Los fondos de inversión sacan las garras: ¿a qué sectores y modelos productivos apuestan en plena pandemia?
Laurence D. Fink («Larry Fink»), presidente y consejero delegado de BlackRock desde 1992.
Desde que estalló la crisis, los movimientos del sistema financiero se han acelerado y sus orientaciones están configurando el mapa productivo que se va a consolidar después de la crisis. Pero lo que vemos es que las direcciones que están tomando ya estaban marcadas por los movimientos que habían realizado en los últimos años, y que, entonces, estamos en un escenario que si bien tiene mucho de incierto, también tiene bastante de pre-figurado. Por Lucía Fernández, para ANRed, desde Barcelona.
Los fondos de inversión están teniendo un papel protagónico en la gestión económica de la crisis global gatillada por la pandemia, y entre ellos, BlackRock se está destacando por sobre el resto. Su presidente, Larry Fink, está vociferando (1) los nuevos caminos que deben seguirse, y sus inversiones se están moviendo globalmente hacia lo que serán los motores de la economía post-corona-crisis. Entre tanta incertidumbre y para-conspiración, observar los movimientos reales que están haciendo los fondos de inversión nos puede servir de indicio sobre lo que – por arriba – están preparando para el porvenir: minería y “energías renovables”, farmacéuticas – con el medicamento contra el Covid 19 en sus manos -, y más especulación inmobiliaria, construcción urbana y mega-proyectos de infraestructuras están en sus carteras.
Lejos de ser abstracto, el sistema financiero funciona como un lenguaje de inter-cambio entre economías reales, en territorios reales, con consecuencias reales, y poderes desiguales. Los fondos de inversión como BlackRock absorben ahorros e inversiones de todas las escalas – desde jubilados hasta millonarios – y colocan el dinero donde proyectan que tendrán mayor ganancia. Se ve que estaban bien preparados, porque ya tenían acciones en todas las industrias claves en medio de la pandemia, y han salido rápidamente a captar nuevos inversores, a colocar nuevas inversiones, y a comprar más acciones de empresas y países que la crisis pondrá en oferta.
Especulación con las deudas externas estatales y el sector energético
Este mes de crisis pandémica, BlackRock no sólo ha absorbido más inversiones en todo el mundo, sino que ha capitaneado los lobbys que presionan a los diferentes gobiernos nacionales para orientar las medidas adoptadas por los Estados y sus instituciones. En Argentina, al ser de los mayores tenedores de bonos de deuda externa, cuya garantía son los recursos naturales del país, están presionando para el pago de la deuda (2) de modo hasta patoteril frente a las autoridades del Ministerio de Economía, encargado de la negociación.
Son los mismos fondos de inversión que se encuentran detrás de los avances para la habilitación del fracking en más provincias y de la mega-minería en territorio patagónico y cordillerano, donde las mineras que operan también tienen acciones en manos de BlackRock – Pampa Energía es una de ellas-.
Chubut es ejemplo de un modelo que, por arriba, se quiere imponer a toda costa porque el contrato para entregar el territorio ya fue firmado en otra parte. La megaminería presiona para realizar modificaciones legislativas que habiliten su actividad, mientras el gobierno provincial genera ahogo económico al no pagar salarios de docentes y trabajadores de la salud, quienes a su vez sostienen fuertemente la lucha anti-minera.
Entre los productos que ofrece a sus clientes inversores, BlackRock vende un paquete de inversión (un ETF) en acciones de las siguientes empresas que cotizan en la Bolsa Argentina: Mercado Libre, Tenaris, YPF, Grupo Galicia, Banco Macro, Telecom, Pampa Energía, TGN, Arcos Dorados y Adecoagro (3).
BlackRock es de los principales inversores que están detrás de las empresas que buscan desarrollar nuevas explotaciones de recursos naturales en América Latina (4) para controlar la transición de los hidrocarburos hacia las energías renovables (5), apoyadas especialmente en la ampliación exponencial de la producción de energía eléctrica (6). Los numerosos conflictos desatados por la explotación de Litio y Cobre en Chile y Bolivia, así como por la instalación de hidroeléctricas que se apropian de los cursos de agua de los territorios en toda América Latina, son la parte para-nada-eco-friendly de la transformación de la matriz energética global que estos fondos de inversión incentivan, fomentan y producen en nombre del cambio climático. De todos modos, son grandes inversores en las energías fósiles y han sido identificados (7) como uno de los responsables de los incendios en el Amazonas durante el 2019 al financiar a las empresas con mayor incidencia.
Farmacéuticas y alimentación
Como si fuera poco, BlackRock además es accionaria principal del laboratorio Gilead, que en la actualidad produce el medicamento Remdesivir (8) que muchos estados nacionales (9 ) en Europa están comprando para tratar a los enfermos de Covid 19. Las acciones de Gilead son de las que mayores alzas (10) han registrado desde que se desató la crisis. Otro gol de media cancha, que tal vez les sirva para compensar las caídas de otras de las empresas en la que son accionista con poder de decisión, Bayer y Monsanto, por la divulgación de los desastrosos efectos medioambientales, económicos y sociales que generan sus modos de producción agroquímicos. Fichas puestas en diversas industrias para garantizarse un libre movimiento hacia donde vaya la ganancia.
Especulación inmobiliaria, control del sector de servicios y de las bolsas en Europa
Gestionando una masa de capital del tamaño del PBI chino, los fondos de inversión como Blackrock no sólo controlan economías colonizadas del sur global, sino que también logran controlar los movimientos de las economías europeas (11).
Una particularidad del mercado inmobiliario en Europa es que gran parte del suelo urbano destinado a vivienda de las grandes ciudades se encuentra en manos de estos fondos de inversión. En este segmento del mercado, la protagonista es BlackStone, prima hermana de BlackRock, aunque ésta también ingresó en el área a comienzos de 2019 a través de su inmobiliaria “colonial”. Por su parte, Blackstone ya viene siendo apuntada por los movimientos sociales de lucha por la vivienda en España por ser responsable directa del aumento de los alquileres y la crisis de acceso a la vivienda que en los últimos años ha explotado en el corazón del primer mundo. En las primeras semanas del confinamiento, Blackstone recaudó 9.800 millones de euros al lanzar un paquete orientado a la inversión inmobiliaria en Europa. Con ese capital que los inversores le ceden para gestionarlo, más el control de precios que ya ejerce sobre el mercado, el fondo tendrá la capacidad de construir el precio para luego salir a comprar propiedades a mansalva una vez más, como ya lo ha hecho luego de la crisis del 2008. El índice bursátil español, el Ibex 35, también está siendo controlado por Blackrock (12), así como las principales entidades bancarias:
“BlackRock es el accionista principal de Santander, BBVA y Sabadell. Es accionista de referencia en casi todos los bancos con relevancia como es el caso de CaixaBank o de Bankia. En definitiva, el conflicto de intereses está servido. BlackRock está en plena disposición de presionar a estos bancos para que los fondos que ofrezcan a sus clientes sean en realidad fondos de BlackRock. (…) Es pues el principal actor en el mercado financiero e inmobiliario y tiene capacidad para arbitrar la política española».
¿Un nuevo patrón colonial?
El poder de financiamiento es poder de decisión, y los fondos de inversión han concentrado ya una cantidad de dinero bajo su gestión -aunque no bajo su propiedad- que les permite establecerse como un supra-poder sobre los proyectos de empresas que solemos identificar –canadienses, estadounidenses o europeas-, pero cuya tarea finalmente se reduce a la logística, la comunicación, el lobby local y el marketing de las explotaciones extractivistas.
Los fondos de inversión son accionistas, pero con capacidad de organización centralizada y poder de mando decidiendo si ponen o no ponen el dinero necesario para llevar adelante los proyectos. Si se consolida el modelo que promueven (13), nos vamos a encontrar en un escenario donde los fondos de inversión – en tanto dirigentes de las finanzas privadas de millonarios, trabajadores, estados y pensionistas – deciden qué sistemas económicos y de intercambio se deben financiar/instalar en cada país y en cada región. Estamos frente a una nueva hegemonía dentro del capitalismo, en una nueva fase de concentración, y con una nueva relación inter-patronal. Es momento de observarlos con mayor atención, porque están en todas partes y en todos los sectores claves de la economía por venir.
(4) https://www.celag.org/eeuu-y-la-disputa-por-la-infraestructura-en-america-latina/
(5) https://www.bloomberg.com/latam/blog/blackrock-capta-us1-000m-para-inversiones-en-energia-limpia/
(6) https://www.blackrock.com/co/vision-de-mercado/electricidad-e-infraestructura-climatica
(7) https://www.blackrocksbigproblem.com/
(10) https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/04/17/companias/1587100973_620180.html
(11) https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/01/02/companias/1546457578_859776.html