Nueva York: la pandemia mata mayormente a latinos y afrodescendientes
Foto: Agencia AP
Según datos vertidos por el alcalde de la ciudad norteamericana, el 62% de los decesos que se presentaron se encuentran integrados por migrantes latinos y afroamericanos a pesar de que estos grupos no representan a la mayoría social neoyorquina. Las causas vertidas que explican el fenómeno se encuentran establecidas por las condiciones de vida de aquellos sectores sociales donde se ven sometidos a trabajos donde abundan las vulneraciones a derechos laborales básicos, ausencia de prestación médica, magros salarios y condiciones de vida expuestas hacia el deterioro físico. La tendencia que relaciona las características de vida con aquellas capas de la población sobrante y su número mayoritario de decesos ante la pandemia también se establece en otros estados de EEUU. Por Máximo Paz para ANRed.
La catástrofe sanitaria que está ocurriendo en la ciudad de Nueva York encontró cierta claridad en su fisonomía el miércoles pasado cuando Bill de Blasio, el alcalde de la metrópoli norteamericana, dio frente a micrófonos y cámaras un informe preliminar sobre la situación, al indicar que de los 3.602 muertos por la Covid-19 en el distrito, el 34% pertenece a la comunidad latina y el 28% a la afrodescendiente, lo cual los porcentajes aclaran que el 62% de las bajas dadas por la pandemia pertenece a aquellos sectores más castigados de la clase obrera neoyorquina.
Las cifras cobran vigor si se entiende que el conjunto latinoamericano que habita Nueva York representa solo el 29% y la comunidad negra el 22% sobre los 8,6 millones de habitantes en la ciudad.
Por otro lado, un 27% de las muertes por coronavirus en el ayuntamiento pertenece a “sujetos blancos”, quienes representan el 32% de la sociedad neoyorquina y un 7% a personas asiáticas, lo que es decir, el 14% de la población.
De Blasio caracterizó en la conferencia lo que está aconteciendo como «una disparidad flagrante». A su vez, el comisionado de Salud de la ciudad, doctor Oxiris Barbot, de origen portorriqueño, quien también fue parte de la conferencia de prensa dada, comentó que «estamos notando que los latinos están falleciendo más que cualquier otro grupo en la ciudad y esta información nos preocupa».
El informe preliminar del alcalde de la ciudad más castigada por el coronavirus desplegó una serie de argumentos -en tono político- en la conferencia de prensa para dar cuenta detallada sobre la situación.
El gobernador neoyorquino, de extracción demócrata, mencionó como uno de los primordiales problemas que rodean al trabajador migrante es que «lo que ha sucedido en el último par de años ha llevado a muchos inmigrantes, sobre todo los indocumentados, pero también a quienes tienen papeles, a alejarse de los lugares donde normalmente buscarían apoyo o atención médica», sostuvo ante el público, haciendo alusión directa a las determinaciones y discursos anti-inmigrante del presidente Donald Trump.
Trabajadores hacen cola para realizarse el test en el barrio de Queens, uno de los más pobres de Nueva York y más castigados por la pandemia | Foto: EFE
También se refirió a las realidades concretas que obligan a aquellos sectores pertenecientes a la población sobrante y que el capitalismo no puede extenderle, al menos, condiciones de explotación dentro del marco de las leyes laborales, a que muchos de ellos no consiguen sostener una cuarentena hogareña dado que se ven obligados a continuar con sus precarios trabajos, sin contrato o en negro, tal como son los repartidores de comida, limpiadores o niñeras y que son ocupados en su mayoría por migrantes y negros.
Por su parte, Barbot completó la exposición al revelar que el cuadro de contraste entre sectores sociales responde a la consecuencia de los bajos ingresos y a la menor tasa de cobertura médica, enfermedades crónicas subyacentes o su hacinamiento en viviendas multifamiliares.
Como punta extrema de un mosaico problemático, el alcalde también encontró en factores menores, como la multiplicidad de lenguajes, otro rasgo que profundiza el drama.
Desde el aspecto epidemio-geográfico también se confirma la apreciación: el mayor número de decesos en Nueva York se concretó en los barrios de Queens y Bronx, ambas jurisdicciones que albergan mayoría inmigrante y afrodescendiente.
El drama que recorta a los sectores más vulnerables aparece en otras ciudades. Por caso, en la metrópoli de Chicago, el coronavirus también aflige de manera excesiva a la población negra. A su vez, de acuerdo con el Departamento de Salud de Michigan, cuya capital es Detroit, las personas alcanzadas por el virus y fallecidas pertenecientes a los sectores afro-americanos representan el 40%, aunque éstos solo componen el 14% de la cantidad poblacional total.
Sin embargo, Nueva York es la ciudad epicentro de la pandemia en Estados Unidos. En el país del norte se estiman 431.437 casos confirmados, 23.496 personas recuperadas y 14.687 muertes. Mientras que la ciudad lleva acopiadas, al día de la fecha, al menos, 5.500 fallecimientos y 141.000 son los casos de casos de contagio.
En el resto del estado de Nueva York, tanto los peninsulares descendientes como los herederos africanos, se están viendo afectados por la pandemia, tal como ocurre en la ciudad, de forma desproporcionada, sumando el 14% y el 18% de las expiraciones, mientras encarnan solo el 11% y el 9% de la población.
Por su parte, el gobierno de México, principal fuente de capital humano migrante, confirmó que 108 mexicanos perecieron por coronavirus en Estados Unidos, con mayoría en el estado de Nueva York.
Recientemente, un estudio elaborado por la Escuela de Graduados de Salud Pública y Política de Salud de la Universidad de la Ciudad de Nueva York sobre una base de mil encuestados, concluyó que cuatro de cada diez latinos perdieron su trabajo en Nueva York por el coronavirus (41%), mientras que el 15% de afectados pertenece, según la encuesta, al sector afroamericano.
Ello encuentra sentido si se aclaran las funciones históricas que fueron encajadas hacia la población migrante y a los descendientes de esclavos cuando fueron recuperados para formar parte de la fuerza de trabajo asalariada estadounidense, al contemplar que son los que portan las peores condiciones de vida, tanto en sus desempeños laborales como en su cotidianidad. La pandemia y sus consecuencias colocan en primer plano estas características.