08/04/2020

La reproducción social y la pandemia, con Tithi Bhattacharya

Enfermeras y simpatizantes en una vigilia en el Centro Médico Ronald Reagan de la UCLA el 30 de marzo de 2020 | Foto: Mario Tama / Getty Images.

La crisis del coronavirus ha dejado claro que los cuidados y los trabajos que “hacen la vida” son los trabajos esenciales de la sociedad. Tithi Bhattacharya ha estado pensando desde un tiempo en cómo sería una sociedad orientada hacia la vida humana en lugar de las necesidades del Mercado Todopoderoso. Es profesora de historia y directora de “estudios globales” en la Universidad de Purdue, coautora de «Feminismo para el 99%: un manifiesto» (que actualmente está disponible de forma gratuita como un libro electrónico de Verso Books), en el consejo editorial de la nueva revista Spectre y editora de un nuevo libro titulado “Social Reproduction Theory: remapping class, recentering oppression”. Hablamos sobre lo que la teoría de la reproducción social puede enseñarnos sobre el momento actual, las demandas que la izquierda debería hacer en este momento y cómo podemos usar estas lecciones para prevenir la catástrofe climática. Por Sarah Jaffe | Traducción: Lucía Sbriller, para ANRed.


La pandemia de coronavirus nos ha demostrado a much*s de nosotr*s, con brutal claridad, cuán rápido puede cambiar la sociedad y sin lo que podemos —y no podemos— vivir. Resulta que grandes partes de una economía capitalista pueden, esencialmente, congelarse en tiempos de crisis, mientras que los recursos se redirigen hacia la atención de la salud. Muchas cosas que nos dijeron anteriormente que eran imposibles – desde liberar prisioner*s de las cárceles hasta suspender alquileres e hipotecas y simplemente darles a todos en el país un pago en efectivo – se están haciendo

Tithi Bhattacharya ha estado pensando desde un tiempo en cómo sería una sociedad orientada hacia la vida humana en lugar de las necesidades del Mercado Todopoderoso. Es profesora de historia y directora de “estudios globales” en la Universidad de Purdue, coautora de Feminismo para el 99%: Un manifiesto (que actualmente está disponible de forma gratuita como un libro electrónico de Verso Books), en el consejo editorial de la nueva revista Spectre y editora de un nuevo libro titulado “Social Reproduction Theory: remapping class, recentering oppression”. Hablamos sobre lo que la teoría de la reproducción social puede enseñarnos sobre el momento actual, las demandas que la izquierda debería hacer en este momento y cómo podemos usar estas lecciones para prevenir la catástrofe climática.

Sarah Jaffe: Para comenzar, explique brevemente qué es la teoría de la reproducción social

Tithi Bhattacharya: La mejor manera de definir la reproducción social es: “las actividades e instituciones que se requieren para “hacer” la vida, mantener la vida y reemplazarla generacionalmente”. Yo lo llamo actividades «que hacen vida».

Hacer vida en el sentido más directo es dar a luz. Pero para mantener esa vida, requerimos una gran cantidad de otras actividades, como limpiar, alimentar, cocinar y lavar la ropa. Hay requisitos institucionales y físicos: una casa para vivir; transporte público para ir a varios lugares; instalaciones recreativas públicas, parques, programas extraescolares. Las escuelas y los hospitales son algunas de las instituciones básicas que son necesarias para el mantenimiento de la vida.

Esas actividades e instituciones que están involucradas en este proceso de creación y sostén de la vida es lo que llamamos trabajo de reproducción social e instituciones de reproducción social. Pero la reproducción social también es un marco. Es una lente a través de la cual mirar el mundo que nos rodea y tratar de comprenderlo. Nos permite localizar la fuente de riqueza en nuestra sociedad, que es tanto la vida humana como el trabajo humano.

El marco capitalista o la lente capitalista es lo opuesto a hacer-vida: es hacer cosas o hacer ganancias. El capitalismo pregunta: «¿Cuántas cosas más podemos producir?» porque las cosas generan ganancias. La consideración no se trata del impacto de esas cosas en las personas, sino de crear un imperio de cosas en el que el capitalismo es el necromante reinante supremo.

La mayoría de estas actividades y la mayoría de los trabajos en el sector de la reproducción social, como enfermería, enseñanza, limpieza, están dominados por trabajadoras mujeres. Y debido a que el capitalismo es un sistema de hacer cosas, no vida, estas actividades y estos trabajadoras están fuertemente infravalorados. L*s trabajador*s reproductivos sociales son l*s peor pagad*s, son los primeros en irse, se enfrentan al acoso sexual constante y, a menudo, a la violencia directa.

Jaffe: Estamos en un momento en el que tenemos ghouls como Glenn Beck diciendo que estarían felices de morir si el capitalismo pudiera seguir funcionando, dejando todo esto muy claro.

Bhattacharya: La crisis del coronavirus ha sido trágicamente clarificadora en dos aspectos. En primer lugar, ha aclarado lo que las feministas de reproducción social han estado diciendo durante un tiempo, esto es que los trabajos de cuidado y de sostén de la vida son los trabajos esenciales de la sociedad. En este momento, cuando estamos encerrad*s, nadie está diciendo: “¡Necesitamos corredores de bolsa y banqueros inversionistas! ¡Mantengamos esos servicios abiertos!» Están diciendo: «Mantengamos a l*s enfermer*s trabajando, a l* trabajador*s de limpieza, a l*s recolector*s de basura trabajando, a la producción de alimentos en curso» Alimentos, combustible, vivienda, limpieza: estos son los «servicios esenciales».

La crisis también ha revelado trágicamente cuán completamente incapaz es el capitalismo de enfrentar una pandemia. Está orientado a maximizar las ganancias en lugar de mantener la vida. [L*s capitalistas argumentan] que las mayores víctimas en todo esto no son las innumerables vidas que se están perdiendo, sino la economía sangrienta. Parece que la economía es l* más vulnerable niñ* pequeñ* que tod*s, desde Trump hasta Boris Johnson, están list*s para proteger con espadas brillantes.

Mientras tanto, el sector de la salud ha sido devastado en los Estados Unidos por las medidas de privatización y austeridad. La gente dice que las enfermeras tienen que hacer máscaras en casa. Siempre he dicho que el capitalismo privatiza la vida y el sostén de la vida, pero creo que debemos reformular eso después de la pandemia: «El capitalismo privatiza la vida, pero también socializa la muerte».

Jaffe: Quería hablar más sobre cómo el trabajo de cuidado y estas otras formas de reproducción social son devaluadas. El gobernador de Pensilvania tenía una lista literal de negocios de soporte vital a los que se les permitió permanecer abiertos. L*s trabajador*s de sanidad abandonaron el trabajo porque no tienen equipo de protección. Nuestra tendencia a devaluar este tipo de trabajo se ve afectada y, también, afecta lo que pensamos de las personas que lo hacen.

Bhattacharya: Los hogares de ancianos y la industria de atención asistida actualmente admiten alrededor de 4 millones de personas en los Estados Unidos. La mayoría de ellos están en Medicare. El New York Times informó recientemente que 380,000 pacientes mueren a causa de infecciones cada año en centros de cuidado a largo plazo, que a menudo no están dispuestos a invertir en sanidad y procedimientos de salud adecuados. Estas instituciones juegan un papel importante en la escalada de epidemias. Compongamos eso con el hecho de que, en los Estados Unidos, 27 millones de personas no tienen cobertura médica.

Cerca del 90 por ciento de l*s trabajador*s de atención de la salud a domicilio y l*s auxiliares de enfermería en los Estados Unidos son mujeres. Más del 50 por ciento de ellas son mujeres de color. No estoy segura -nadie lo está- cuántas de ellas están indocumentadas. Son doblemente vulnerables, tanto a la pérdida de empleos como a las redadas de ICE. En promedio, ganan alrededor de 10 dólares por hora, y en su mayoría no tienen seguro de enfermedad o seguro médico pagado. Estas son las mujeres cuyo trabajo es mantener muchos de los centros de atención de nuestro país.

Tomé algunas de las categorías de trabajos que están en la lista de servicios esenciales que Indiana y Pennsylvania han creado, y comparé los salarios de es*s trabajador*s de servicios esenciales con los salarios de los CEO. La diferencia es astronómica. Las trabajadoras en estos servicios que ahora nos dicen que son esenciales -que como feministas y socialistas siempre supimos que eran esenciales- reciben menos de 10 dólares por hora, mientras que los banqueros están sentados en sus casas.

Durante la crisis, debemos hacer demandas como instituir de inmediato lo que yo llamo «pago pandémico» para l*s trabajador*s de cuidados esenciales. Están arriesgando sus vidas. Necesitan salarios mucho más altos. Inviertan en hospitales y servicios médicos de una vez, intenten nacionalizar la asistencia sanitaria privada, como lo ha hecho España. Brinde cuidado infantil y asistencia financiera inmediata a tod*s, especialmente a l*s trabajadores que tienen que ir a trabajar. Y sin redadas de inmigración ni deportaciones. Esto es algo que impide que las personas accedan a la asistencia médica: temen ir al médico y temen que pueda llevar a ICE hasta ellos. Irlanda y Portugal han instituido leyes que extienden todas las visas y eliminan el estatus de inmigración indocumentada. Estos son los modelos que debemos seguir.

Jaffe: Uno de los grandes brotes en el estado de Washington se produjo porque l*s trabajador*s de hogares de ancianos tenían múltiples trabajos y, por lo tanto, llevaron el virus a múltiples hogares de cuidado. No cobrar lo suficiente en un trabajo está causando una mayor propagación del virus.

Bhattacharya: El virus es, en cierto modo, democrático. Ha afectado incluso al Príncipe Carlos. Sin embargo, esto no debería engañarnos para creer que el acceso a la cura será tan democrático como el virus. Como en todas las otras enfermedades bajo el capitalismo, la pobreza y el acceso a la atención determinarán quién vive y quién muere.

Va a tener un efecto devastador en mi país, India. El primer ministro fascista Narendra Modi acaba de ordenar un aislamiento de veintiún días. Básicamente, todas las ciudades han cerrado los negocios. ¿Qué les sucede a l*s trabajador*s migrantes? ¿Modi tiene un plan para ell*s? No. Millones de trabajador*s migrantes están literalmente caminando por todo el país para regresar a sus pueblos nativos, filas de personas caminando por las calles desde el oeste hacia el este. Modi cerró todas las formas de transporte público y privado para evitar que regresaran a sus hogares porque podrían llevar el contagio. Sin embargo, Modi se aseguró de que los indios que vivían fuera de la India —los indios de clase media alta— volaran de vuelta a casa. Hubo vuelos especiales, se hicieron excepciones para permitir que los vuelos aterrizaran a pesar de los cierres anunciados, y se emitieron visas especiales.

Esta es la forma en que varios gobiernos capitalistas del Sur Global van a tratar con sus pobres. Vamos a ver que la enfermedad acecha en los barrios bajos de Calcuta, Mumbai, Johannesburgo, y otros tantos. Ya están escuchando declaraciones de nuestr*s gobernantes de que el virus es una forma para que el planeta se recupere, para deshacerse de l*s indesead*s. Este es un llamado eugenista para limpiar socialmente a los más vulnerables y débiles.

Jaffe: Lo que nos muestra no es que las emisiones disminuyan sin las personas, porque la mayoría de las personas no está muriendo. Lo que nos muestra es que el mundo es mucho más saludable sin tanto trabajo porque la gente está haciendo -como decías- solo el trabajo que sostiene la vida.

Bhattacharya: Este argumento de que el coronavirus es un botón de reinicio para la Tierra es un argumento ecofascista. Lo que debería ser es un botón de reinicio para la organización social. Si el virus pasa y volvemos a la vida como antes, entonces esto no nos ha enseñado nada.

Debido a que se ha vuelto necesario quedarse en casa, podemos encontrar belleza y tiempo para disfrutar de aquellos con quienes compartimos nuestros hogares. Pero no podemos olvidar que los hogares bajo el capitalismo, si bien brindan seguridad y protección, también son teatros de violencia increíble. Hace dos días, recibí un correo electrónico de un refugio local de violencia doméstica donde solía ser voluntaria, preguntándome si consideraría volver a entrar, porque anticipan un incremento en los casos.

Mis compañeras feministas en Brasil, Sri Lanka e India informan lo mismo: un aumento en el abuso doméstico debido a la olla a presión de tod*s l*s que se quedan en la casa. No necesitamos aislamiento social. Necesitamos aislamiento físico y solidaridad social. No podemos ignorar al vecin* ancian* que vive al otro lado de mi calle; puede que no sea seguro para ellos ir al supermercado. No podemos ignorar a nuestr* compañer* de trabajo que viene a trabajar con demasiado maquillaje alrededor de sus ojos y dice que se han golpeado la cabeza con una puerta. Necesitamos chequear cómo están regularmente.

La gente está haciendo esto voluntariamente a pesar de que nuestros gobernantes hacen lo mínimo para alentarlo. L*s maestr*s conducen cerca de las casas de sus alumn*s, l*s saludan y les dicen: «¡Va a estar todo bien!» Mi distrito escolar, como muchos otros, está proporcionando comidas a cualquier persona menor de dieciocho años, en mi Estado, están siendo entregados a domicilio. Esto no es algo que haya hecho el gobierno federal ni ningún político. Estos son l*s maestr*s y los distritos escolares que deciden hacerlo ell*s mism*s. Hay brillantes actos de solidaridad, amor y cuidado que florecen en esta tremenda crisis. Estos son nuestros recursos para la esperanza.

Jaffe: En este momento me pregunto acerca de las tareas domésticas, porque tenemos una situación en la que muchos de estos trabajos «esenciales» que las personas siguen haciendo son realizados por mujeres. Y el trabajo de cuidado del que esas mujeres son normalmente responsables en el hogar ahora lo realizan sus, de repente menos “esenciales”, maridos. ¿Qué perspectiva aporta eso a la comprensión de algunas personas del trabajo de reproducción social?

Bhattacharya: Joan C. Williams hizo un estudio interesante que muestra que los hombres de clase trabajadora hacen más cuidado de niñ*s que los hombres de clase media. Los hombres de clase media se jactan de ello, mientras que a los hombres de clase trabajadora no les gusta admitirlo porque es trabajo de mujeres.

Me pregunto si ese tabú se debilitará. Las mujeres realizan nueve horas más de tareas domésticas que los hombres de forma semanal en promedio en los Estados Unidos. Esas nueve horas pueden cambiar, pero me pregunto si la actitud cambiará. ¿Se enorgullecerán los hombres de mantener unida a la familia mientras sus parejas mantienen unido al mundo?

Jaffe: Una de las razones por las que los hombres no admiten esto, como dijiste, es porque es trabajo de mujeres. Gran parte del trabajo también está racializado. Muchas de las personas que realizan este trabajo de cuidado son mujeres inmigrantes, mujeres de color.

Bhattacharya: En los Estados Unidos está racializado. En otras partes del mundo, por ejemplo en India, todavía son las mujeres migrantes y la casta más pobre y, a menudo, más baja. L*s más vulnerables de cualquier sociedad realizan este trabajo. Sus salarios y beneficios reflejan eso.

En términos de reproducción social, muchas de las tareas que necesitamos realizar en un día determinado son realizadas por mujeres de color. No podríamos comer, caminar por las calles, cuidar a nuestr*s hij*s y ancian*s, limpiar nuestras casas y hoteles, sin que las mujeres migrantes y las mujeres negras hagan este tipo de trabajo. Este trabajo para sostener el mundo es completamente desconocido por el capitalismo

Jaffe: Estamos escuchando mucho en este momento acerca de que esta crisis es como una guerra. Pero el economista James Meadway se refirió a ella como la economía anti tiempos de guerra, porque lo que tenemos que hacer es lo contrario de la guerra. Tenemos que reducir la producción. Espero que pueda llevar al entendimiento de que el trabajo que es necesario y que tendrá que continuar incluso en un mundo radicalmente diferente es un trabajo que hemos infravalorado sistemáticamente durante siglos, en lugar de «las tropas» que estamos tan acostumbrad*s a fetichizar.

Bhattacharya: Estoy de acuerdo con James en que la producción debe reducirse. Sin embargo, no todo tipo de producción. Deberíamos aumentar la producción de suministros médicos, alimentos y otros recursos esenciales para la vida. En los Estados Unidos, el país más rico del mundo, tengo enfermeras amigas que van a trabajar sin el equipo adecuado.

Pero tomemos, por ejemplo, las compras online. Es encantador poder pedir algo de ropa o zapatos. Pero tenemos que recordar que, incluso si ya se ha hecho un par de zapatos, cuando los ordena tienen que viajar a través de varios lugares de trabajo para llegar a su puerta. Piensa en l*s camioner*s que hacen esto. Piensa en las personas que mantienen abiertas las paradas de camiones. Piensa en las personas que limpian esas paradas de camiones. Si está ordenando medicamentos esenciales en línea, hágalo. Pero ese lindo par de zapatos probablemente puede esperar.

No solemos pensar en el trabajo invisible que hay detrás de esos zapatos. No pensamos en los seres humanos en las cadenas de producción y suministro que entregan esos zapatos a nuestra puerta. Pero en estos tiempos de pandemia, tenemos que pensar en esas personas y tratar de determinar si debemos arriesgarnos a que entren al trabajo y hagan esto por nosotr*s. ¿Es un riesgo que queremos imponerles? Se trata de mirar el trabajo humano en lugar del producto del trabajo humano.

La segunda cosa, sobre la frase «apoyar a nuestras tropas»: creo que necesitamos redefinir las tropas por completo. Nuestr*s trabajador*s de la salud, nuestr*s trabajador*s de la producción de alimentos, nuestr*s trabajador*s de la limpieza, nuestros trabajadores de recolección y eliminación de basura: ¡estas son nuestras tropas! Estas son las personas que debemos apoyar. No debemos pensar en las tropas como personas que toman la vida. Tenemos que pensar en las tropas como personas que dan y sostienen la vida.

Jaffe: Hemos estado lidiando durante décadas con una negativa a cambiar el capitalismo para luchar contra el cambio climático, y ahora estamos viendo qué tan rápido estas cosas pueden cambiar, con destilerías e incluso Ford planeando cambiar a la fabricación de desinfectantes para manos o respiradores. ¿Qué lecciones nos da esto para la futura lucha contra la catástrofe climática?

Bhattacharya: Nuestra lucha por infraestructura es necesaria pero no suficiente. Tenemos que luchar por un cambio de actitud hacia la organización social. Eso es mucho más difícil que simplemente luchar por las ganancias socialdemócratas. Ya sabemos que un aumento de la temperatura global va a poner en crisis nuestra capacidad de producir alimentos a nivel mundial.

Si no se controla, las temperaturas subirán tanto que, en lugares como el sur de Asia y África, la agricultura al aire libre será imposible durante gran parte del año y el ganado morirá. Hoy en Delhi, donde vive mi familia, durante gran parte del año, las escuelas deben permanecer cerradas porque hace demasiado calor, y en los inviernos permanecen cerradas debido al smog.

La amenaza a la producción de alimentos irá en espiral hacia el sexismo creciente y posiblemente la violencia para las mujeres en todo el mundo, porque son las mujeres o a quienes se identifica como mujeres las que son «responsables» de llevar la comida a la mesa y, a menudo, de producirla. Y ya hay una crisis de agua potable en todo el mundo que va a empeorar.

En otras palabras, a menos que lidiemos con el cambio climático con el tipo de urgencia que estamos enfrentando con el coronavirus hoy, esta pandemia parecerá unas vacaciones en comparación con lo que viene. El apocalipsis climático no será temporal, y muchos no tendrán la opción de refugiarse en algún lugar.

Ahora estamos viendo las medidas extraordinarias que los estados capitalistas pueden tomar para enfrentar una crisis. El gobierno británico se hace cargo del 80 por ciento de los salarios de muchos trabajadores. El gobierno de los Estados Unidos planea enviar cheques a las familias. Pero si este tipo de medidas y este énfasis en lo que es esencial se retiran tan pronto como pase la crisis, entonces vendrá el apocalipsis climático y no habrá salida.

Después de la crisis de COVID-19, el capitalismo intentará volver a los negocios como siempre. Se seguirán utilizando combustibles fósiles. Nuestro trabajo no es dejar que el sistema lo olvide.




1 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.
  1. Maternidades, trabajos y tiempos. Parte I – TRAMAS · 2020-10-21 09:04:22
    […] una entrevista más reciente (traducida en ANRed), una de las autoras mencionadas- Tithi Bhattacharya- explicó: “La mayoría de estas actividades […]

Ir arriba