Bolivia: retorno de migrantes desde Chile en tiempos de coronavirus

En estas épocas de pandemia mundial, uno de los grupos más vulnerables es el de los migrantes, la mayoría se ven obligados a abandonar sus países, por falta de fuentes laborales y con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida, tanto de ellos, como de sus familias. Cuando llegan a otros países  lo único que les queda es aceptar lo que hay, trabajando como mano de obra barata, sobre explotada, con largas jornadas laborales de «trabajo-esclavo», pero que les da la posibilidad de subsistir y de enviar las remesas a sus familias que siguen viviendo en sus países de origen. Por Delia Colque, desde La Paz, para ANRed.

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Bolivia no es la excepción, muchos de nuestros habitantes también migraron, sobre todo hacia países limítrofes, en este caso a Chile, donde la mayoría va por trabajos estacionales, ya sea para la cosecha o la siembra, pero también como albañiles, empleadas del hogar, en la costura, etc. En fin: trabajos precarizados.

El COVID-19, agravó la situación de migrantes, sobre todo después de que se dictaran las cuarentenas en los diferentes países, se dieron despidos masivos. Dejándolos, no solo sin trabajo, sino también sin vivienda. Pues hay que tomar en cuenta de que la mayoría de los que son trabajadores estacionales sobre todo, no cuentan con vivienda propia, sino que más al contrario, buscan lugares donde puedan trabajar y vivir.

Es así que muchos de estos se vieron obligados a retornar a Bolivia, porque no están en condiciones de seguir en el país vecino. Y que según nuestra Constitución Política del Estado, en el artículo 21, 7 dice: “Las bolivianas y los bolivianos tienen los siguientes derechos: A la libertad de residencia, permanencia y circulación en todo el territorio nacional, que incluye la salida e ingreso del país.”, cosa que lamentablemente no se está respetando, ya que muchos de nuestros ciudadanos están pasando por un montón de peripecias, para poder ingresar a Bolivia. Mientras que otros países, están haciendo todos los esfuerzos por repatriar a sus connacionales varados en otros territorios.

Aunque acá también se repatrio a gente que necesitaba regresar del exterior como Miami, por ejemplo, pero no así a la gente que necesita regresar de Chile. ¿Acaso será una cuestión de clase? Al parecer así es. Se facilitaron repatriaciones con vuelos humanitarios para extranjeros de Alemania y de Estados Unidos, que se encontraban varados en Bolivia. Y ahora se dio la posibilidad de repatriar a otros bolivianos también de Chile, solo que estos si cuentan con los recursos económicos para poder pagarse una aeronave Ecojet y correr con todos los gastos para su cuarentena, según indicó el director Nacional de Migración Marcel Rivas. Esto lo único que devela es la discriminación hacia los migrantes pobres.

Primera caravana varada en Huara-Chile

El 27 de marzo comenzó la travesía de más de 150 migrantes de origen boliviano, que trabajaban y vivían en Chile. La mayoría trabajadores estacionales, que ante la pandemia del coronavirus, perdieron sus trabajos y al no tener la posibilidad de sostener su estadía en el vecino país,  vieron la obligación retornar a Bolivia. Es así que después de haber recurrido a pedir ayuda, para su retorno al consulado Boliviano y ante la falta de respuesta de este, decidieron comenzar con la caravana, pero fueron interceptados en la carretera por la policía chilena y fueron obligados a retornar a la localidad de Huara.

Ante la indiferencia del estado boliviano y su respuesta de mantener cerrada la frontera de Pisiga, no les quedó de otra más que iniciar un acampe a partir del 28 de marzo. Según los integrantes de la caravana, solo las autoridades chilenas se acercaron para dotarles de carpas, frazadas y alimentos por unos días.

Mientras el Ministro de Defensa Fernando López, da a conocer que “La posición es firme del Gobierno, no pueden ingresar los bolivianos a Bolivia. Se quedan, no hay otra. No es posible que arriesguemos a 11 millones de bolivianos por gente que se fue de vacaciones en época de crisis”. Donde muestra el total desconocimiento de la realidad de estos bolivianos.

El 29 de marzo, después de la presión ejercida por Organizaciones Sociales, de Derechos Humanos tanto de Bolivia como del exterior y el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde recomienda, “La CIDH urge a Bolivia garantizar inmediatamente el retorno en condiciones seguras y la implementación de los protocolos de salud y asistencia adecuados, en coordinación con las autoridades y servicios locales de salud y asistencia”. La Canciller Karen Longaric responde a través de su cuenta de twitter, “mañana, el Min. de Defensa Ferlopezjulio1 y yo vamos a Pisiga para acompañar el ingreso de nuestros compatriotas a territorio nacional.” Situación que no se dio, volviendo a dejar a las y los bolivianos varados con la incertidumbre.

El 31 de marzo Mujeres Creando ofrece sus instalaciones,  para 12 mujeres entre ellas algunas embarazadas con niños y niñas, gestión que fue aceptada. Pero que también quedo en la nada, pues tampoco permitieron que estas mujeres, que habían firmado incluso un compromiso puedan ser trasladadas.

Mientras va creciendo la presión, para que el Gobierno autorice el ingreso de esta caravana, también va creciendo la cantidad de personas bolivianas que intentan retornar y se van sumando al campamento, desde diferentes puntos de Chile, según dio a conocer el Alcalde de la comuna de Huara.

El 1 de abril el Ministro de Defensa da a conocer que “estamos habilitando, centros de acogida y cuarentena en Pisiga, para recibir a nuestros compatriotas que vienen de Chile. En los siguientes seis días estos centros estarán aptos para poder recibirlos de modo seguro y digno, sin riesgo para ellos y para los que estamos en el país. Al momento que ingresen a Bolivia, cumpliremos con todos los protocolos internacionales y luego de 14 días podrán retornar de manera segura a sus hogares.”

Pero ya habían pasado 5 días del inicio del campamento y las autoridades bolivianas aún no se habían comunicado con estas  personas y no hicieron llegar ningún tipo de ayuda humanitaria, como lo habían dado a conocer los integrantes del campamento. El estado chileno también había dejado de proporcionar alimentos y los integrantes de la caravana se estaban quedando sin dinero para poder comprar los mismos, dando a conocer su preocupación de que ya no podían esperar seis días más, como propuso el gobierno a través de los medios de comunicación.

Recién el 4 de abril después de duras críticas hacia el gobierno, se abre la frontera Pisiga, por donde  logran ingresar más de 480 personas a territorio boliviano y son trasladadas al campamento Tata Santiago de Pisiga. Pero al llegar, se percatan de que dicho campamento, no se encuentra en condiciones para que puedan ser habitados. Falta de luz, agua, elementos de limpieza, alimentos, hacinamiento en carpas de 3×3, donde llegan a entrar 6 colchones y más de 8 personas por carpa.

El lunes 6, los repatriados sacan un comunicado, denunciando las condiciones en las que se encuentran: fueron despojados de su Carnet de Identidad; no les hicieron las pruebas de sangre o saliva para detectar la enfermedad del coronavirus; pese a que se encuentran durmiendo entre 10 a 12 personas por carpa, les resulta muy difícil entrar en calor por el frio insoportable; los niños ya presentan síntomas de tos y resfrío; pese a la los esfuerzos del personal médico, las defensas cada vez se deterioran más por la mala alimentación; cuentan con 16 baños colapsados y sin insumos para su limpieza; también denuncian las constantes amenazas del personal policial, con llevarlos a la frontera en caso de reclamar.

Ante esta situación desesperante, la mañana de este martes 7 decidieron hacer una protesta, para que se mejoren las condiciones en las cuales se encuentran, tanto en alimentación, salud y habitabilidad, pese a que se temía una represión por parte del personal policial, como del ejército.

Segunda caravana varada en la frontera Colchane-Pisiga

Mientras tanto otra caravana de 300 migrantes llego este lunes a la frontera Colchane-Pisiga, después de tres días de caminata desde Huara, exigiendo que también se les permita ingresar a territorio boliviano. En dicha caravana también hay familias enteras, mujeres embarazadas, niños y niñas. Todas estas personas no solo vienen resistiendo las inclemencias del tiempo, sino también el rechazo de las autoridades bolivianas para su ingreso, con un fuerte resguardo militar armado.

Una de las integrantes de esta caravana expresa su preocupación, “estamos aquí, si pueden vernos, estamos con los militares bolivianos, están con armas. Queremos pasar a nuestro país porque tenemos niños, tenemos gente mayor, tenemos embarazadas que se nos han desmayado, anoche casi se nos muere un niño, queremos venir para que nuestras autoridades bolivianas nos den solución. Pero miren los, nos apuntan a matar, nos amenazan con meternos presos. Dicen que nos volvamos de nuevo a donde estábamos, a Huara, en Huara no tenemos agua, no tenemos donde vivir, no tenemos comida. ¿Qué vamos a hacer? Hemos caminado desde Huara hace tres días y medio, hemos llegado de noche, casi nos hemos muerto de frío, la noche más fría que nos tocó vivir, por eso que hoy queremos pasar a nuestro país sí o sí. Anoche una señora que está mal, que tiene una cesaría de un mes, que tiene un bebe de un mes, casi ha muerto. Queremos pasar y nos dicen que van a disparar porque tienen  balas…queremos irnos a nuestro país, queremos ponernos en cuarentena como dicta la ley.”

Con respecto a esta caravana, el Director Nacional de Migración Marcel Rivas declaró: “… los tenemos identificados, tienen su residencia, tienen su vivienda, tienen su casa habitual en Chile, es decir no viven en Bolivia, ellos viven en Chile… estoy hablando  de estos cuadros políticos del Movimiento al Socialismo, que hicieron campaña por el Movimiento al Socialismo en Chile, tanto en Iquique como en Tarapaca, en todas las regiones en las cuales tenemos bolivianos. Gente que hizo campaña, que aparecen ahora en estas supuestas marchas de ciudadanos que quieren ingresar al país. Y lo que nos llama poderosamente la atención, es que lo único que están buscando estos ciudadanos es romper la cuarentena en Oruro, lo que están queriendo hacer es destruir todo el trabajo, todo el sacrificio que han hecho miles de ciudadanos y bolivianos… Quieren romper el esfuerzo y el sacrificio de 11 millones de bolivianos, porque lo único que buscan ellos, no es regresar al país, ellos tienen su vida en Chile. Lo que buscan es romper la cuarentena, generar disturbios, generar caos y problemas. Y eso no se los vamos a permitir, estos ciudadanos no tienen nada que ver con los otros bolivianos que ya están ubicados, están con todas las condiciones, las mejores condiciones, que hemos podido dar como gobierno en el centro de cuarentena. Lo que ellos quieren es entrar, ya tenemos informes de inteligencia y lo que quieren es entrar y romper con la cuarentena en Pisiga, lo que quieren luego es entrar a Oruro empezar a generar disturbios, para generar violencia en Oruro y no se los vamos a permitir…”, estas declaraciones estigmatizantes, lo que generaron fue más molestia en los migrantes varados en esta frontera.

El día de ayer ante la negativa de dejarlos ingresar, generó que crezca la tensión entre los integrantes de esta caravana, que también denuncian  la falta de alimentos y de lugares donde poder pasar la noche, ya que se encuentran durmiendo a la intemperie, donde la temperatura desciende a los 3° grados. Pese a todo esto fueron reprimidas.

Hoy dio a conocer el director de migración, que se procesaran a 33 personas, tanto de las que se encuentran en el campamento, como de los que aún se están en la zona fronteriza, calificando a estas personas como un grupo de “delincuentes terroristas”.

Mientras que hoy a la mañana llegaron 36 bolivianos y bolivianas que se encontraban varadas en Chile y que tuvieron la posibilidad de contratar una aeronave Ecojet, según el director Nacional de Migración fue por “razones humanitarias” y porque estas personas están corriendo con todos los gastos, tanto del vuelo como de la cuarentena obligatoria. Privilegios que son masivamente cuestionados, porque se facilitan repatriaciones para las clases pudientes, pero no para migrantes pobres, que dejaron el país, para poder conseguir un trabajo y que ahora que necesitan retornar a sus hogares con sus familias, el gobierno se los impide poniendo un montón de trabas y criminalización.

 

Mas información: Carta abierta de migrantes bolivianos varados en Chile