02/04/2020

Tahiana, la veterana de Guerra

Tahiana Marrone, es una chica intersex oriunda de Corral de Bustos Córdoba. Hace 38 años participó como combatiente en la Guerra de Malvinas. Compartimos la historia de esta veterana de guerra, que hoy lucha por la igualdad y la diversidad «ahora me dedico a dar charlas, a informar sobre la sexualidad, la ESI, los afectos, en diferentes colegios de primaria, secundaria, terciario o universitario. Es necesario dar educación sexual, enseñar para la diversidad y aprender compartiendo». Por ANRed


Soy una ex combatiente de Malvinas. Más allá de haber estado en una guerra, toda mi vida fue una lucha, porque no comprendés ciertas cosas, recién ahora en este siglo XXI mucha gente comprende y puede investigar el porqué de esto, aquello o lo otro. ¿A quién le iba a preguntar yo lo que me pasaba?. Cuando yo nací mi padre tenía 46 años, era la última de 6 hermanos, pero hoy tenés redes sociales Internet se puede investigar, y no había los conocimientos científicos tecnológicos que hay en estos días.

Mi vida fue siempre un mambo, hasta que a los 20 años me hice un estudio, me dijeron que era infértil. Me hice un tratamiento de hormonizacion, para estar acorde a lo que dicta la sociedad. Un error total.

Así estuve 3 décadas inyectándome testosterona una vez al mes. Formé una familia, tuve hijos, mal viví mi vida podríamos decir, no la viví 100% bien. Pero rescaté algo importante pude tener dos hijos.

Yo siempre dije que para hacer ciertas cosas tenes que poner la balanza lo que ganas de lo que perdés y en mi caso yo perdía más de lo que ganaba en un principio. Primero perdí afectos, amistades, familia, que me dijeron que estaba equivocada, pero gané que pude ser yo, estar bien conmigo.

Recién en el 2015 hice un estudio de cromosomas y eso reveló que tengo un cromosoma más, soy XXY, este estudio arrojo que tengo el 78% de mujer y 22% varón. Deje de tomar testosterona y me dedique a ser yo. Deje de tener problemas de mal carácter y mi cuerpo volvió a la “normalidad” mi cuerpo se volvió mas femenino, cambio mi carácter. Hay épocas que recuerdo como era y mis amigas me decían que antes no me reía, me enojaba por todo, ahora me siento plena.

En mi infancia jugaba a las cosas de niñas a la rayuela, la ronda y cuanto me enteré de esto me di cuenta porque de esas cosas siempre fui mas mujer. Hasta los 20 fue una lucha con tendencia hacia lo femenino, robarle la ropa a mi hermana.

Antes de los 20 fui a Malvinas, todo me costaba mucho, mi cuerpo era de una mujer, me tuve que esforzar bastante para hacer las cosas.

Yo entré en Malvinas por sorteo, en el 1981 ya los militares quería tomar la isla. Hasta ese momento te podías salvar por números bajos, por homosexual, de 1000 se salvaban 300 pero yo tenía compañeros petisos, afeminados, de religiones que no juran la bandera, que se salvaron re poquito por numero bajo. Llamaron de todos lados.

Cuando nos incorporan en enero del 82, íbamos mucho a prácticas de tiro, cosa que charlando con los que estaban antes, después caímos en la cuenta. Todos los días íbamos al polígono.

En marzo, yo pertenecía a la compañía de Ingeniero N°9 de Sarmiento de Chubut, era una compañía de apoyo dentro del regimiento 25. Nosotros éramos 300, éramos de apoyo del Eb25, el grupo estábamos alistados con sus bolsos y sus cosas, un día para otro dormía vestidos, en cualquier momento partía supuestamente a un entrenamiento. El entrenamiento era Malvinas.

Llegó el 1 de abril, nos llevaron a Comodoro, nos subimos al avión al entrenamiento, que no sabía dónde ni como era, después de andar un tiempo nos dice “vamos a aterrizan en Malvinas con posibles enfrentamientos bélicos” y ese día nos enteramos que íbamos a la guerra.

Diferente fue los que fueron el 15 de abril, ya sabían a donde iban y que pudieron avisar a la familia.

Nos hicieron jurar la bandera el 26 de abril en Malvinas, no eramos soldados hasta ese momento. En nuestro caso a mi padre recibió un telegrama que decía que se tenía que poner orgullos que su hijos esta defendiendo la patria. Mi mejor amigo me contaba, que mi viejo andaba muy mal, se había dejado la barba larga, cuando volví de Malvinas mi hermano me llamaba y no podía dar conmigo, pensaba que no había vuelto hasta que pudimos hablar.

Cuando volvimos estuvimos en engorde, nos invisibilizaron porque habíamos perdido la guerra.  Decí que nos pagaron el sueldo por haber estado en la colimba, con eso nos volvimos por nuestra cuenta en bus, desde Buenos Aires. Después vino la negación, el olvido, de todos los gobiernos, de Alfonsín y de Menem, nos negaron.

Cuando llegue a mi pueblo nos hicieron un agasajo medallas y reconocimiento, pero solo un año, después fue olvido, pasamos hacer los loquito de la guerra, 10 años haciendo quilombo para que nos reconozcan.

Por eso hay 639 soldados muerto en la guerra y hay más de 700 suicidios. Estuvimos abandonados, sin contención psicológica, tu familia te quería ayudar, pero nadie les dijo como se trata el síndrome post traumático de guerra.

Algo rescate de la guerra, me dio la posibilidad de amar la vida, las cosas sencillas, fuerza, creo que esto que estoy haciendo ahora viene de ahí la fortaleza que me dio en la cabeza.

Yo lucho por una sociedad más inclusiva y equitativa, no solo por la comunidad LGTQI, sino por los derechos de todos. Voy por mi cuenta, me cuesta embardenarme en un partido.

Los ex combatientes no tenemos bandera política y creo que la comunidad LGTBIQ no tendría que tener, aunque la necesitas porque si no conseguís nada. Es difícil, yo crecí trabaje y trabajo como un varón. Salí del clocet con una estabilidad, en cambio sí lo haces de chica lo más probable es que la familia te eche, que termines en la prostitución y todo lo que eso lleva. No me pongo como ejemplo a mí me recorrido. Yo todo lo que logré lo hice como varón. Recién ahora empezó a cambiar la vida para las chicas trans pero falta mucho.

Ahora me dedico a dar charlas, a informar sobre la sexualidad, la ESI, los afectos, en diferentes colegios de primaria, secundaria, terciario o universitario. Es necesario dar educación sexual, enseñar para la diversidad y aprender compartiendo.

Yo lucho por los que viene atrás, por los que no están incluidos en la sociedad, solo me falta una cosa que me hijos me comprendan.



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