Chano: un sobreviviente del Correntinazo que la policía baleó y apresó por carrero
Las marcas de los balines de las postas en la espalda y glúteos de Chano resultan un elocuente retrato del lado oscuro del aislamiento social obligatorio: la violencia estatal no ha cesado de intensificarse desde el 20 de marzo descargándose fundamentalmente sobre los sectores más vulnerables. Por Cara Tapada
Juan Alberto “Chano” Cáceres es carrero desde gurí, vive de lo que junta día a día, como cientos de otros hombres, mujeres y niños que recorren las calles de la ciudad de Corrientes, Resistencia y las grandes urbes argentinas
El viernes a la mañana Chano decidió salir con su carro y su caballo. En el barrio Juan de Vera el hambre es implacable y siempre algo falta. Salió a la calle, sin demasiado temor a lo que podría pasar el #QuedateEnCasa, una opción burguesa que el sentido común y la práxis de lxs de abajo no puede asimilar: ¿Cómo quedarse en casa si no hay nada para comer allí?
Recorriendo el barrio se encontró con unos obreros que estaban tirando los escombros de una pared; les pidió los materiales y se los dieron. El carro de Chano volvió a arrancar pero, al poco de andar, un patrullero de la comisaría 2da comenzó a perseguirlo: “Fue perseguido con balas de goma y, ante la situación, el animal que tiraba del carro salió a correr asustado, lo que fue interpretado por los agentes como un “intento de fuga”, relataron desde la Red DD.HH. de Corrientes.
A una semana del decreto presidencial que dispone el confinamiento de la población argentina, la represión se ha convertido en el principal instrumento para controlar la desobediencia civil, sobre todo en los sectores pobres donde cumplir esa orden es imposible por el hambre, el hacinamiento y la violencia machista. Por algo ha sido en las cárceles donde primero afloró el conflicto; al reclamo de los presos por limpieza, acceso a la salud y contacto con sus familias, el Estado respondió con represión: cinco muertos en dos cárceles santafesinas (4 en Las Flores y 1 en Coronda) y decenas de heridos en la unidad penal 6 de Corrientes, la 7 de Chaco, Bower (Córdoba) y otras de Entre Ríos y Buenos Aires.
Fuente: Cara Tapada