06/03/2020

Repudian y expulsan de espacios al docente y periodista Ariel Bargach por acoso sexual

Ariel Bargach, profesor de Periodismo Gráfico en la UNLZ y periodista en Télam, denunciado por acoso sexual | Foto: Realpolitik

Luego de que estudiantes y ex estudiantes mujeres de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora publicaran en sus redes sociales denuncias por acoso sexual, abuso de poder, pedido de favores sexuales a cambio de trabajo o insinuaciones para aprobar materias, contra el docente de Periodismo Gráfico y periodista de Télam Ariel Bargach, las autoridades de la universidad decidieron apartarlo preventivamente de su cargo. La asamblea de mujeres y disidencias de Télam repudió su accionar y exigió a las autoridades que «no tenga más personal a su cargo y que se le apliquen las sanciones pertinentes». El Sindicato de Prensa de Buenos Aires apoyó las denuncias y suspendió su afiliación. En tanto, también fue expulsado de la Coordinadora de DD.HH. del Fútbol Argentino, y del colectivo Banfield por los DD.HH., que integraba. Por ANRed.


Ante la trascendencia de las denuncias, autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) decidieron apartar preventivamente de su cargo de profesor adjunto de Periodismo Gráfico a Ariel Bargach, en el marco de la aplicación del Protocolo de Actuación en Situaciones de Violencia y Discriminación por Cuestiones de Género, mientras continúa la investigación de las denuncias.

El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) apoyó las denuncias y suspendió la afiliación de Bargach, «por lo que queda impedido de participar de cualquier instancia colectiva convocada por este sindicato y de asumir cualquier cargo de representatividad hasta tanto se tome una resolución al respecto», anunció el sindicato en un comunicado, que este sábado tratará su situación cuando discuta en asamblea general la reforma del artículo 9.3 de su Estatuto «incorporando como causal de expulsión la violencia de género». «Consideramos una falta grave que un afiliado haya utilizado su lugar de poder como delegado, docente y jefe para acosar y humillar a compañeras, por lo que instamos a todas las instituciones de las que forma parte a no otorgarle un lugar de representatividad ni de poder».

Por su parte, desde la Asamblea de mujeres y disidencias de Télam repudiaron «los acosos sexuales, hostigamientos y persecuciones que sufrieron» las estudiantes de Bargach, consideraron que «se trata de una persona que, tanto en ese ámbito como en éste, ostenta una posición de poder, como docente o como jefe». Asimismo, la asamblea feminista decidió por «unanimidad solicitar a la conducción de la empresa que dicho empleado no tenga más personal a su cargo y que se le apliquen las sanciones pertinentes, aún cuando hasta este momento no se registran denuncias formales contra el individuo en cuestión dentro de Télam. En esa línea, reclamamos la inmediata aplicación de la Ley de Capacitación Obligatoria en Género, conocida como “Ley Micaela”, así como un taller específico para quienes ocupan jefaturas».

También fue expulsado de la Coordinadora de DD.HH. del Fútbol Argentino: «el acusado fue parte de nuestro equipo de comunicación, y realizó notas referidas a género, violencias y prácticas machistas e incluso editó folletos con esta temática, lo que nos deja una profunda indignación, considerando grave la incoherencia ética y política – expresó la coordinadora – No vamos a ser partícipes de ningún silencio, manifestamos nuestro absoluto repudio y nos ponemos a disposición del conjunto de compañeras que han sido víctimas para que no quede impune«, expresó.

De la misma manera, el colectivo Banfield por los Derechos Humanos anunció su expulsión y expresó: «esta situación, de la cual tomamos conocimiento el día 26/02, nos interpela a seguir repensando nuestras prácticas y a reforzar nuestro compromiso con los Derechos Humanos. Militamos y luchamos para construir en los espacios que habitamos, lugares libres de violencia y que tienen como finalidad la igualdad de géneros. Por ello, no podemos permitirnos entrar en contradicción y avalar este tipo de hechos que van en contra de nuestros principios».

«Si para ingresar en un medio es necesario acostarse con un viejo asqueroso e irrespetuoso, no quiero: eso es abuso de poder y acoso»

Como sucede en muchos de estos casos, cuando hay varones violentos referenciados en lugares de poder, con complicidad de sus entornos y con verdades que sólo circulan como «secretos a voces» en los pasillos, el hecho estuvo escondido o sin trascender durante años. Pero todo cambió con las denuncias de la semana pasada: bastó que se animara una, para que empezaran a surgir más y más testimonios y denuncias.

La primera en denunciarlo fue una estudiante de la UNLZ, que relató en sus redes sociales: «este profesor de la UNLZ y señor creyó que podía aprovecharse de mí sólo por conseguirme un ‘trabajo’, que no le pedí. Me consiguió una entrevista en un medio de prensa. Yo estaba feliz, porque era de lo que estaba estudiando. Finalmente conseguí el trabajo. Después de eso insistió muchas veces con que le debía una cena, y no paró de decir cosas que jamás le permití. Me psicopateaba todo el puto día. Hasta el punto que ya no sabía que responderle. Ni hablar de las machiruleadas que decía (que pueden ver en las capturas). El tipo tenía novia, o al menos eso decía, pero como verán en las capturas le importaba muy poco. Típico de machirulo», relató la joven, en referencia a las capturas de chats que hizo públicas en su Facebook.

Y continuó su relato: «a los meses de esto, recibo un mail que en el asunto decía «tiempo cumplido» (y pueden leerlo en las imágenes). El asco que me causó esta persona al leer eso. Se creyó dueño de mi tiempo y mi decisión. Como no respondí al mail, insistió a través de Facebook (también pueden ver las capturas). Sentí miedo de cruzarlo por los pasillos de la facultad y hasta el día de hoy me pasa, porque decidí dejar esa carrera y empezar otra. Porque si para ingresar en un medio es necesario acostarse con un viejo asqueroso e irrespetuoso, no quiero. Esto es abuso de poder y acoso».

«Se ponía insistente, a pesar de mis ‘no’ y mis excusas infinitas e insólitas para justificarle que no quería tener ningún espacio no académico con él»

Luego sumó su testimonio otra estudiante, quien hizo públicas las prácticas machistas violentas de Bargach hace muchos años más atrás, en 2011: «El primer día de clases nos hacían llenar una planilla con datos como mail y celular ‘por si necesitaban contactarnos por tps o avisarnos que se suspendía alguna clase’ o algo así. Bastó enviar el primer trabajo práctico por mail para que empezara el calvario, decenas de correos a los que contestaba sin entender mucho lo que estaba pasando y con la inocencia de una alumna que apenas comenzaba a conocer el mundo universitario y que tenía miedo de que si contestaba mala onda a un docente podía desaprobar, recursar o vaya a saber qué – y no estaba tan equivocada -. Los mails empezaban a desviarse de tema, me hacían sentir incómoda, nerviosa, con vergüenza. Llegué a no dormir bien, me preocupaba todo eso, me hacía mal y no podía cortar ‘los intercambios’ porque él se enojaba, ponía un tono amenazante, se ponía insistente, a pesar de mis ‘no’ y mis excusas infinitas e insólitas para justificarle que no quería tener ningún espacio no académico con él».

La estudiante remarcó que el acoso de Bargach también iba dirigido hacia su entorno: «se ensañó en particular con una de mis amigas, la que más lo exponía y le hacía frente. Les decía de todo a mis amigas en clase, les reprobaba trabajos prácticos, nos monitoreaba a todas todo lo que decíamos en cada red social y me hacía comentarios, nuevamente, por privado al mail, lanzando una serie de chicanas, amenazas y psicopateadas que pretendía que le llegaran a mis amigas también. Hasta que llegó la parte que más me dolió: mi amiga tenía que dar el final de la materia y comenzó a hacerle la vida imposible, a desaprobarla sistemáticamente sin ponerle la nota en la libreta para que tuviera que seguir presentándose por siempre, le tomaba pies de página, preguntas imposibles, la chicaneaba con todo lo que se les pueda ocurrir. Y yo moría de culpa: mi amiga no aprobaba por mí, aunque hoy entienda que yo no tenía la culpa de nada. Todo lo que él quería se daba. Hasta que un día, después de que ella se presentara a rendir no sé cuántas veces y fallara, recurrimos a exponerlo ante algún superior: mi amiga mostró capturas de los mails que me mandaba resguardando mi identidad y logró que el final de la materia se lo tomaran los 3 profesores de la cátedra (Bargach incluido) y no solo él. Ese día, obvio, aprobó».

«Le dije que como profesor tiene un lugar de poder y que no es ético que lo utilice para levantarse minas.»

Los testimonios van más atrás en el tiempo. Otras de las mujeres que sumó su testimonio fue Ana Rita Vagliati, ex estudiante de periodismo de la UNLZ y ex integrante de esta agencia, que relató que en los 90′ vivió una situación de abuso durante una instancia de final que tomó Bargach: «cuando B sale de dar el final, como es habitual, todos los que esperamos en el matadero, corremos a preguntarle qué le tomó el profesor. B no pudo contestar. Estaba nerviosa, agitada, entre consternada y alegre: se había sacado un 10. Me aparta del grupo de desahuciados y me comenta de qué se trató su examen: el profesor estuvo entre 20 o 30 minutos, elogiándole los ojos, el pelo, su hermosura, mientras, por debajo de la mesa le franeleaba las piernas. Jamás le hizo una sola pregunta sobre la materia. Cuando me tocó el turno, estaba sola. Entré, respondí a cada una de las preguntas que me hizo (no recuerdo con cuánta rigurosidad y elocuencia, pero sí recuerdo que gambeteé bien cada una de las preguntas). Luego de un rato, con mi libreta universitaria en sus manos, a punto de poner mi nota en ella, me dice: ‘Bueno, ahora decime qué es lo que opinás de mí.’ Me sentí un poco desorientada: llevaba casi 34 horas sin dormir y 10 horas en tensión de final. Y a los nervios por los contenidos aprendidos y memorizados, se sumaba el hecho de que, seguramente, mi aspecto no entraba en el target de belleza del docente. Increíble, pero ese era un objetivo más de la currícula de la materia y yo, me acababa de enterar. Con todo esto, no me esperaba esa pregunta. Le contesté que no me parecía que me hiciera esa pregunta sin que él, primero, cerrara la nota de mi evaluación. Me puso un 7 y me dijo: ‘Bueno, dale, ahora decime’. Muy nerviosa y enojada le dije que como profesor tiene un lugar de poder y que no es ético que lo utilice para levantarse minas. A lo que respondió que eso era parte de su vida privada. Y le recordé que, como docente de una Universidad Pública, tiene una responsabilidad y una función pública y que frente al aula, no se pone en juego su vida privada».

Además de haber sido estudiante de periodismo de la UNLZ, Rita en los 90′ era integrante de la agrupación estudiantil Quemar Las Naves y del equipo de la revista universitaria «Jaula Magna«, que trataba problemáticas del periodismo, la comunicación y su enseñanza en las universidades. Más tarde también fue integrante de la agencia ANRed. Al año siguiente del oscuro episodio vivido en el examen final, compañeros y compañeras de su agrupación universitaria se presentaron en la clase de Bargach y, frente al curso, denunciaron los hábitos «de levante» del profesor. «Paradójicamente, muchas estudiantes salieron en su defensa. Quedó claro que en una de las materias más importantes en cuanto a práctica periodística, la consigna ‘si querés ascender en periodismo, sometete al macho’, formaba parte del currículo oculto de la formación profesional. Junto al ‘estilo de escritura Clarín’, las mentiras de la objetividad periodística y el sometimiento, incuestionable, a las corporaciones mediáticas, también se nos enseñaba sobre el rol sexual de las mujeres periodistas», expresó.

Entrevistada por esta agencia Rita reflexionó en torno al ambiente en el cual se gestó un profesor como Bargach: «él, junto a grandes periodistas hoy, formaron a principios de los 90′ la Agencia Universitaria de Noticias (AUNO) de la UNLZ, un proyecto de base, artesanal, que tenía que ver con hacer clabes de noticias con los medios de la zona. Con el tiempo y por diferentes disputas de poder de la universidad, termina institucionalizándose, y el paso por ella era a través de las materias Periodismo Gráfico I y II. Lo que recuerdo de él es que cuando estaba la lucha cuando se discutía la Ley de Educación Superior, no estaba muy empapado ni le interesaba el compromiso político ni la participación política ni la discusión sobre las políticas académicas. Más bien siempre se acomodó dentro de las gestiones de turno. La gestión actual cabe aclarar que es la misma que estaba en los 90′. Jaula Magna era una revista que formaba parte de una agrupación llamada Quemar Las Naves. Sosteníamos que la Ley de Educación Superior no sólo tenía que ver son el arancel y el presupuesto, sino también con una mirada ideológica en lo académico, con los perfiles de profesionales que se estaban armando en la facultad. Era dar la discusión académica dentro de las caulas y debatir posturas poco pedagógicas de algunos profesores, y el pensamiento único que había en muchas de las cátedras. Quemar Las Naves y Jaula Magna nace unos años después de que despidieron a 95 docentes, todos ellos concursados, que fueron los últimos y nunca más se llamó a concurso, y se ponen a dedo los profesores de la facultad».

«En esta lógica es que se construye un profesor como Bargach – reflexionó Rita – No es el único que tiene estas practicas. Hay rumores de muchos años de que profesores intercambian favores sexuales a cambio de notas. Bargach se sumó a un pony de impunidad terrorífico, porque se siente con la libertad de chatear con una estudiante y decirle las barbaridades que les decía. En aquella época se decía que Bargach llevbaa a sus estudiantes de paseo a Télam, y luego se las llevaba a su casa. Además, realizaba una especie de purga de periodistas «sexys» versus periodistas «bagallos». De mi se aprovechó en aquel momento de un espacio de vulnerabilidad en un final, donde sabemos que un docente tiene una situación de poder. Y esperó a que estuviera sola», concluyó Rita.



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  1. Denuncian penalmente al periodista Ariel Bargach por acoso sexual en la agencia Télam | INTERRADIAL · 2020-08-29 18:19:42
    […] La trabajadora ingresó a Télam en el año 2001 cuando Bargach era jefe de la sección política y desde entonces sufrió el hostigamiento en contexto de violencia de género con mayor o menor intensidad a través de los años, según el puesto que ocupara en la agencia el profesor separado del cargo en marzo pasado cuando varias de quienes fueron sus alumnas, en diferentes época…. […]
  2. Argentina. Denuncian penalmente al periodista Ariel Bargach por acoso sexual en la agencia Télam - Boltxe · 2020-08-18 22:34:05
    […] La tra­ba­ja­do­ra ingre­só a Télam en el año 2001 cuan­do Bar­gach era jefe de la sec­ción polí­ti­ca y des­de enton­ces sufrió el hos­ti­ga­mien­to en con­tex­to de vio­len­cia de géne­ro con mayor o menor inten­si­dad a tra­vés de los años, según el pues­to que ocu­pa­ra en la agen­cia el pro­fe­sor sepa­ra­do del car­go en mar­zo pasa­do cuan­do varias de quie­nes fue­ron sus alum­nas, en…. […]

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