28/02/2020

Condenada y sin derechos

Un tribunal de Bahía Blanca condenó a ocho años de cárcel a una mujer por la muerte de su bebé. La joven, que ocultó el embarazo por miedo a quedarse sin su trabajo en un frigorífico, parió sola en su casa, se desmayó y al despertar la criatura estaba muerta. Por RedEco Alternativo


El hecho ocurrió entre el 18 y el 19 de mayo de 2005. R trabajaba en el frigorífico de pollos “La Gleba”, que depende de la Universidad Nacional del Sur, desde las 5 de la mañana hasta las 9 de la noche. Estaba inscripta en el régimen del monotributo y carecía de derechos laborales. “Se encontraba en un contexto de vulnerabilidad económica y social y si hacía ostensible su embarazo probablemente fuera despedida, sus anteriores parejas no se hicieron cargo de sus hijos. La imputada se vio obligada por las circunstancias a ocultar su embarazo”, explicó Fabiana Vanini, defensora oficial.

R. tenía cuatro hijos, y parió sola en su casa de Argerich, partido de Villarino. Llamó a los gritos a sus hijas menores de edad para que la ayudaran, y luego se desmayó. Estuvo inconsciente durante horas y al despertar vio que la beba había fallecido.

“Debido al desvanecimiento, R. tuvo una ausencia de capacidad para poder realizar la conducta ordenada. Fue incapaz de evitar el resultado, por incapacidad física y psíquica, por su historia de vida, el cansancio debido a jornadas de trabajo inhumanas (…). Existió omisión del Estado para con ella y la recién nacida, por las condiciones de vida que llevaba, también sobre la inexistencia de tutela laboral para mujeres embarazadas, que R. no podía realizarse los controles de embarazo pues ello le representaba faltar a su trabajo y no cobrar por dicha jornada”, expresó Vanini

R.fue juzgada en 2006, pero ante el riesgo de una pena a perpetua decidió escapar con sus hijos. La detuvieron tras ser identificada a través de una cámara en Retiro. La volvieron a juzgar y el 19 de febrero pasado el Tribunal Criminal Nº 3 la condenó a ocho años de prisión efectiva por no haberle brindado a su hija recién nacida los cuidados necesarios, ocasionando con ello su muerte.

“A ella la juzgan en 2006 y se va un día antes de que concluya el juicio porque el riesgo de la prisión perpetua en ese entonces era absoluto. Tenía 4 hijos menores de edad, se va, le dictan una orden de captura. Ella creía que ya estaba, que la justicia se había olvidado de ella. En junio del año pasado por un reconocimiento de rostro de una cámara de Retiro, se detecta que tenía pedido de captura y, a partir de allí, comienza esta pesadilla (…). El fiscal (Jorge Viego) la acusa por no haber atado el cordón de la recién nacida y haber atado el suyo. En la sentencia hay un pasaje curioso que muestra la absoluta falta de perspectiva de género: que la defensa no puede plantear que ella no sabía qué tenía que hacer porque R. es una mujer que tuvo 4 hijos y que ya estaba bastante experimentada en el tema. El planteo es un disparate: ¿cómo una mujer madre de 4 hijos no sabe qué hacer en un parto? (…). El fiscal decía que decir que se había desmayado era ponerse en una mejor situación cuando él no pudo probar lo contrario. Los jueces concluyeron que sí -lo que es aun más grave- que el desmayo existió pero que de todas formas ella debía haber auxiliado a su hija”, afirmó Vanini en diálogo con FM de la Calle.

En su voto, la jueza Daniela Castaño aseguró: “La inminencia del parto, el alumbramiento sin asistencia, los dolores, el cansancio extremo, el temor por su estabilidad laboral han limitado su capacidad de razonamiento, llevándola a obrar de la manera que lo hizo”. Sin embargo, señaló: “No ha surgido de la causa que la imputada se haya visto frente a una situación extrema que le anulara su autodeterminación al punto de tener que optar entre la propia vida y la de la recién nacida”. Así fue como, con el acompañamiento de sus colegas Eugenio Casas y Alfredo D´Empaire, dispuso condenar a R. a ocho años de prisión por encontrarla autora penalmente responsable del delito de homicidio calificado por el vínculo mediando circunstancias de atenuación.

“R. tenía 4 nenes, siempre estuvo sola, la luchó, trabajaba un montón de horas, oculto su embarazo por miedo a perder su trabajo. Cuando tuvo a uno de sus hijos le dieron 15 días, no tenía licencia por maternidad y, de repente, de nuevo embarazada. Ella se fue por miedo a que la condenen. Ella nunca se olvidó lo que había pasado, tuvo a su nena, que tiene ahora nueve años y la está pasando muy mal”, contó Andrea, hermana de R., también en diálogo con FM de la Calle.

Vanini adelantó que apelarán la condena ante la Cámara de Casación y que mientras tanto volverán a insisitir con la solicitud del arresto domiciliario.

Fuente: FM de la Calle.



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