Obligado a robar para la policía
El joven de 26 años rompió la calma de un móvil de televisión para denunciar al aire que el día anterior había sido secuestrado por efectivos policiales y forzado, mediante torturas y amenazas de muerte, a robar. Abogados de DDHH exigen que se investigue y dicen que estos hechos son comunes en la ciudad. José Luis Zarvansky luego fue detenido e ingresó al hospital con una fractura en el pie. Por ANRed
El viernes pasado, mientras los movileros de Cadena 3 de la ciudad de Rosario transmitían en directo para el programa “de 12 a 14”, se presentó un joven ansioso por realizar una alarmante denuncia. Los periodistas, sorprendidos, cedieron el espacio a José Luis Zarvansky de 26 años que inmediatamente comenzó a relatar cómo el día anterior había robado a comercios, restaurantes y atracado a mano armada. Pero quien lo había forzado a realizar el rally delictivo era la propia policía luego de secuestrarlo y aplicarle torturas.
El relato de Zarvansky es convincente, como aseguró Mario López integrante de la APDH de Rosario que, además, explicó que estos testimonios son comunes y tienen un carácter sistemático en la ciudad. Ante las cámaras de televisión José Luis no pareció estar “bajo los efectos de estupefacientes” como deslizaron algunos medios de comunicación haciendo hincapié en los antecedentes de problemas de consumo que arrastra el joven. Es relevante tener en cuenta que en el historial de estos tipos de crímenes policiales, las víctimas son jóvenes en el máximo estado de vulnerabilidad, es decir; pibes seleccionados por su factibilidad de ser manipulados, sin posibilidad de oponer defensa ante la extorsión y borrar todo rastro susceptible de ser investigado ante la posibilidad de una posterior denuncia. El caso paradigmático fue el asesinato y desaparición de Luciano Arruga, quien por negarse a delinquir para la comisaría 8ª de Lomas de Mirador fue ejecutado bajo la modalidad “que parezca un accidente” utilizando la estigmatización social hacia el joven, pobre, y con antecedentes. Esto, para una institución tan compleja y poderosa como la policial, permite actuar con amplios márgenes de impunidad.
«Algo pasa en el móvil»
José Luis cuenta que el día jueves, aproximadamente desde las 18hs, fue secuestrado por la policía mientras circulaba en su motocicleta. No tenía encima la documentación del vehículo y este fue el motivo para subirlo a un automóvil y llevarlo a un descampado. Luego, los efectivos lo habrían ingresado a un automóvil Fiesta Kinetic color gris. En el auto, fue amenazado por tres policías y obligado a robar en cada uno de los objetivos «marcados» por los uniformados con expresa indicación del sitio donde se guardaba el dinero. Para la «tarea» le habrían proporcionado una pistola 9 milímetros que no tenía munición.
Junto con el relato, José Luis mostró ante los televidentes, las marcas en sus muñecas y piernas producto de las esposas que lo inmovilizaban para el traslado de un lugar a otro. «En el cuello me metieron una bolsa», describió, detallando que usaron la tortura del submarino seco para amedrentarlo dentro del vehículo.
Casi inmediatamente después de hablar en vivo en el móvil de tv, José Luis fue reducido por efectivos y llevado en un móvil policial a la comisaría N°15 por orden del Fiscal de Flagrancia, César Cabrera y permaneció al menos 5 horas en la comisaría hasta que fue trasladado al hospital provincial de Rosario.
El médico forense del Tribunal que lo revisó luego de ser detenido constató que las lesiones en su cuerpo no eran auto-infringidas y en el Hospital Provincial la madre del joven expresó que se le diagnosticó una fractura en el pie que no tenía antes de su apresamiento. Entonces, Zarvansky, una vez detenido, ¿sufrió más torturas por parte de la policía?
La Multisectorial contra la Violencia Institucional que interviene en el caso manifestó que si no había ningún delito constatado no se tendría que haber actuado con esa violencia en la detención como se observa en el video y «se debía tomar la denuncia de los hechos declarados por Zarvansky y darle protección».
La abogada de la APDH de Rosario, Julia Giordano, comentó que el relató de José Luis no los sorprende. «Lamentablemente sabemos que son modos de operar que tiene la policía. De todas maneras, estos hechos requieren de una investigación más seria del Ministerio Público de Acusación (MPA)«. La descripción de los actos delictivos en distintos puntos de la ciudad que habría realizado Zarvansky aquel jueves, no fueron constatados por denuncias formales en la policía. Pero el abogado Mario López expresó que esto no debe detener la investigación porque es parte del típico accionar que los asaltos recaigan sobre lugares ligados al dinero ilícito que luego no pueden ser denunciados: mesas de juego clandestino, prostitución o narcotráfico son objetivos para estas operaciones que garantizan la tutela de la clandestinidad bajo la cual se dificulta que prospere algún tipo de investigación.
Ayer por la noche, el MPA comunicó que Zarvansky estaba internado pero la APDH desmintió la información explicando que el joven permaneció dentro de un móvil policial hasta las 22hs y luego ingresó a internación. En el último informe la Multisectorial contra la Violencia Institucional, el joven permanecería en el hospital provincial de Rosario a la espera de concluir los exámenes y observaciones requeridas para evaluar su estado de salud y que «más allá de las averiguaciones del Ministerio Público de la Acusación sobre la aparente inexistencia de los hechos denunciados por el joven, éste le refirió igual relato del que hizo en TV a su madre, y el médico forense no descartó que su relato pudiera ser cierto «.
Estas son las declaraciones de José Luis Zarvansky al aire en Cadena 3 de Rosario: