05/04/2015

El primer llanto de Lady Day

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En estos días se cumplen 100 años del nacimiento de Billie Holiday, una de las más influyentes voces del jazz, que durante su corta y atormentada vida pudo contar desde su música sus pesares, que también fueron los de la comunidad afroamericana y la opresión de muchas mujeres en la actualidad. Con su centenario, además de su música, renacen nuevamente las reivindicaciones que florecieron poco después de su muerte vinculadas a la represión a la población afroamericana. Por Ramiro Giganti, para ANRed.


Eleanora Fagan Gough nació el 7 de abril de 1915 en Filadelfia. Pasó parte de su infancia en un suburbio de Baltimore. Su madre Sarah Julia Fagan era muy joven cuando nació, y su padre (que distintas biografías debaten si realmente fue su padre biológico), Clarence Holiday, también, quien abandonó a ambas por su carrera como músico. Víctima de violación en su infancia, fue enviada a una escuela religiosa a los 11 años, de la que escapó dos años más tarde. El violador, un vecino, solo recibió una condena de 3 meses; la víctima también recibió su condena siendo enviada al hogar religioso «Good Shepherd”.

Fue al año siguiente, cuando junto a su madre emigraron al Harlem neoyorquino, donde escuchó pos primera vez discos de Louis Amstrong y Bessie Smith. A los 13 años, Billie ya trabajaba ayudando a su madre en trabajos domésticos, y cuando no había trabajo, al igual que su madre, empezó a prostituirse. El 2 de mayo de 1929, tanto Billie Holiday (con sólo 14 años) como su madre fueron condenadas a pasar unos meses prisión. Poco tiempo después empezó a cantar adoptando el nombre Billie Holliday, por Billie Dove, una actriz que ella admiraba y el músico Clarence Holliday, su «probable” padre, que fue guitarrista de jazz, e incluso formó parte de la orquesta de Fletcher Henderson.

Entre finales de 1929 y 1931 Billie Holyday cantó junto con su vecino, el saxofonista Kenneth Hollan, en distintos clubes de la calle 133, como Grey Dawn, Pod’s y Jerry’s. Luego de ser escuchada por Benny Goodman y de seguir dándose a conocer por sus actuaciones en bares, su popularidad se disparó en 1933, cuando el productor John Hammond, quien había llevado a Benny Goodman a escucharla, habló de ella en su columna. Su debut comercial fue cuando cantó junto a un grupo dirigido por Benny Goodman en la grabación de la canción «You mother´s son in law” , el 27 de noviembre de 1933.

Además de sus grabaciones, su éxito fue creciendo con sus presentaciones en lugares cada vez más trascendentes. El 23 de noviembre de 1934 cantó en el teatro Apollo teniendo buenas críticas. Poco tiempo después Holiday empezó a presentarse regularmente en numerosos clubes en la calle 52, un símbolo en la historia del jazz en Nueva York. En los años siguientes Billie conoció a diversos músicos con los que trabajó, uno de ellos el saxofonista Lester Young, quien sería uno de sus principales compañeros artísticos. También, entre otros, se destaca su participación junto a Count Basie.

Si bien su registro vocal era muy limitado (tan solo de una octava), Billie lo compensaba con una enorme capacidad interpretativa, mucha espontaneidad emocional y un sentido rítmico implacable, lo que en la jerga del jazz se suele denominar como «Swing”. Su vida personal fue tan turbulenta como muchas de las canciones que cantaba.

En 1939 Billie Holiday grabó «Strange Fruit”. Compuesta y escrita por Abel Meeropol, la canción fue una de las obras de arte que predicó con más fuerza el repudio a los linchamientos en los estados del sur de los EE. UU. y uno de los primeros lemas del movimiento por los derechos civiles estadounidenses. La expresión «Strange Fruit” se convirtió en un símbolo de los linchamientos. Esa «fruta extraña” que cuelga de los arboles alimentando a los cuervos, son las víctimas de los crímenes contra los afroamericanos en los años 30′. Actualmente esa «fruta extraña” puede ser Mike Brown, asesinado en Ferguson el año pasado, o Eric Garner, el vendedor de tabaco que murió asfixiado por un grupo de policías en Nueva York a quien se recuerda con la frase «I can´t breed” (no puedo respirar) en diversas manifestaciones anti racistas en la actualidad.

En 1999 «Strange Fruit” fue premiada por la revista Time, como la «mejor canción del siglo XX”. Lamentablemente todavía hay muchos que no han comprendido el significado de su letra.

Holiday explicaba el sentido del efecto dramático de sus canciones diciendo: «Yo he vivido canciones como esa» . Desde muy joven fue consumidora de drogas psicoactivas, como la marihuana, algo muy común en los músicos de jazz de esos tiempos (Louis Amstrong era un conocido consumidor de marihuana). Pero fue en los años siguientes (a partir de 1940) donde Billie Holiday empezó a tener un uso abusivo de drogas intravenosas como la heroína, lo que luego terminaría arruinando su vida. Otros músicos en los años siguientes también tendrían graves problemas con la heroína, algunos con muertes muy prematuras, tal vez el ejemplo más conocido sea el del genial Charlie Parker, quien murió en 1955 a los 35 años.
Durante esos años estuvo en pareja con distintas personas, desde músicos, hasta dealers y personas vinculadas a la mafia. Además de sus adicciones, las relaciones abusivas con hombres violentos cambiaron su voz y contribuyeron al deterioro de su vida. En los años 50′ Holiday declaró abiertamente su bisexualidad sin ningún tipo de prejuicio y circularon rumores sobre aventuras con otras mujeres que nunca fueron confirmadas.

Muchas veces fue perseguida y arrestada por su consumo de drogas. En muchos casos, la tenencia de drogas era la excusa para condenarla por otros motivos que molestaban más a las autoridades, como por ejemplo sus interpretaciones en vivo de ”Strange Fruit”, que por su contenido y la coyuntura de esos tiempos, muchos artistas no se animaban a cantarla en vivo. Billie Holiday lo hacía sin inhibición.

En sus últimos años, fue arrestada y permaneció 8 meses presa por tenencia de heroína, también le sacaron su tarjeta para poder cantar profesionalmente, lo que le impedía trabajar. El 12 de julio de 1959 volvió a ser condenada por tenencia de drogas a arresto domicialiario. Cinco días después murió de cirrosis hepática a los 44 años. Su patrimonio era de 70 centavos en el banco y 750 dólares en efectivo.
Por muchos es recordada como alguien que vivió como se lo propuso. Podra ser considerada una interpretación superficial, quizás quienes lo hacen ocultan todas las adversidades por las que pasó. Lo cierto es que su determinación fue también la que le valió diversas persecuciones, algunas de ellas con contenido político no solo por las prohibiciones sino por el mensaje de parte de su obra.

En muchas de sus canciones, pero principalmente en el repaso de su vida, se hecha luz sobre una historia de opresión que todavía no se termina: opresión a las mujeres, a los afroamericanos, opresión al consumo de drogas en lugar de atacar el negocio.

El «llanto” como muchos describían a su manera de cantar, de Lady Day, no solo es un legado artístico, sino un grito por esa libertad que todavía no llega. Pero también, ante todo, esa alegría que transmite la música aún en los momentos más difíciles.



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  1. Federación Anarquista Noticias anticapitalistas y informaciones libertarias · 2021-03-12 17:40:30
    […] en Nueva York, lo que le dificultaba tocar en clubes, algo similar a lo que le había sucedido a Billie Holliday, Thelonious Monk y Chet Baker, entre otros. Pero nada lo golpeó de manera tan dura como la muerte […]

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