Autopistas: Informe de situación y conflicto
Por Federico Iglesias, trabajador despedido de Autopistas del Sol en enero pasado.
A partir de la campaña de solidaridad que realizamos luego del despido y que logró, a mi juicio, una gran difusión del conflicto y un apoyo moral muy importante para los compañeros (pocos en ese momento, que no bajamos los brazos) las cosas fueron mejorando debido a una combinación de factores. Básicamente dos: por un lado una puja y una pelea que se está dando dentro de la misma burocracia de UECARA, entre la conducción patronal de ahora y el moyanismo, que quiere copar el gremio; y por otro la impugnación que presentamos al Convenio Colectivo en el Ministerio para que no se homologara.
La intervención del moyanismo, a través de los compañeros de Au La Plata, fue decisiva para que el Ministerio no homologue el Convenio. Esto hizo que la comisión directiva del sindicato desista de su política patronal y se «vea obligada» a tratar de alguna manera de «ponerse al frente» de los reclamos de los trabajadores de autopistas. Porque saben que necesitan firmar el Convenio para asegurarse el encuadramiento de la actividad de autopistas en su gremio, que no tiene nada que ver con nosotros. En estas circunstancias la burocracia del sindicato (y en ésta incluyo al delegado traidor Daniel Soto), también toma nuestro reclamo por los $ 1800 de salario, mi reincorporación y la re-negociación del Convenio impugnado.
O sea que los tres ejes de conflicto serían la recomposición salarial, mi reincorporación, y lograr un Convenio lo «menos peor» posible. En ese orden. Esta situación nos dio mucha confianza frente a la base, ya que hasta hace poco más de un mes la burocracia nos acusaba de ser «un grupo minoritario que teníamos intenciones espurias e intereses políticos» (sic burócratas) y después tuvieron que darnos la razón en cuanto al Convenio, en una asamblea frente a los compañeros, y ponerse al frente del reclamo por el aumento.
En cuanto al reclamo por la recomposición salarial, empezamos con asambleas de veinte personas hace más de un mes y en la última se juntaron cincuenta compañeros en la asamblea en el troncal de Pilar. En estas asambleas se decidió ir a medida de fuerza ya que la empresa propuso aumentos irrisorios, con el antecedente inmediato de que Au La Plata ya había ganado ese aumento (los $ 1800) un mes atrás. Ante esto la empresa pidió al Ministerio una conciliación, que el sindicato y la asamblea acataron. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los compañeros son muy «legalistas» en el sentido que siempre quieren estar resguardados por la supuesta «legalidad» de los conflictos, por lo que es muy difícil salir a dar una pelea de conjunto sin el aval del sindicato, menos ahora que Soto y la gente que no es mucha que lo sigue están resentidos porque se les cayó la cara y tienen muy poca autoridad para hablar en las asambleas. De hecho en el ramal Pilar, que es la zona que menos participa y activa, están los compañeros más allegados a Soto, junto con los de seguridad vial.
En cuanto a mi reincorporación, el sindicato también tomó el reclamo. Fuimos varias veces a reuniones con la comisión directiva y a través de esto hicimos tres audiencias en el Ministerio de Trabajo. En estas audiencias, la empresa argumentó que no quiere mi reincorporación pero que quería llegar a un «acuerdo económico» conmigo. Las tres veces rechazamos el acuerdo económico e insistimos en que queremos el puesto de trabajo. Ante las negativas reiteradas de la empresa la «conducción» del sindicato se comprometió (aunque yo no les creo) a llamar a la medida de fuerza por mi reincorporación cuando termine la conciliación obligatoria, el 17 de abril. Lo más seguro es que la empresa pida los cinco días más con lo que el conflicto sería para después del 22 de abril.
La gente está muy decidida a salir a pelear con el apoyo del gremio, y la idea es que la pelea por el salario y por mi reincorporación se den juntas. Eso es lo que estamos proponiendo en las asambleas, aunque los burócratas quieren «manejar» los conflictos por separado. La excusa que ponen es que yo inicié la demanda judicial por mi lado y que son «carriles» separados (es curioso el uso de metáforas automovilísticas en la jerga de los burócratas).
También en Autopistas del Oeste están en un proceso similar al nuestro, y estamos coordinando desde principio de año una misma prensa (ya llevamos 4 números en el año) y queremos dar la pela por el salario y mi reincorporación con un plan de lucha unificado.
En cuanto al Convenio nos parece que ahora no es momento de discutir la re-negociación del convenio. Esa es una estrategia de las empresas para cambiarnos condiciones de trabajo por salario. Lo que proponemos es que los $ 1800 y mi reincorporación sean condiciones indeclinables para la discusión del Convenio. Hoy por hoy el sindicato no nos está poniendo demasiadas trabas para la organización pero no colaboran en nada. Lo que más nos interesa es que acaten las resoluciones de las asambleas a la hora de decretar los paros. Paralelamente a esto tenemos intenciones de coordinar las medidas con las agrupaciones y los movimientos que nos viene apoyando en todo este proceso. Sabemos que más temprano que tarde los burócratas nos van a traicionar y para eso tenemos que estar preparados. Vamos a empezar invitando a algunos de estos compañeros a las asambleas para que los compañeros los escuchen y los conozcan, e ir planteando la necesidad de coordinar la lucha con otros sectores.
El panorama que se abrió es mejor de lo que parecía hace dos meses, pero en lo particular yo tengo mucha incertidumbre por lo que se venga, sobre todo con la actitud del sindicato. A esta altura y después de casi tres meses de despedido es obvio que yo tengo mucho más apuro y más impaciencia por salir a la pelea que mis compañeros, pero son ellos los que van a marcar los tiempos.
Federico Iglesias
Abril 2006