24/08/2017

Un mar de fueguitos por Santiago Maldonado

tapa_nota-2.jpgLas desapariciones forzadas duelen. Golpean en el epicentro del tejido social haciendo débiles los lazos comunitarios, sembrando el miedo y el terror. Pero aún así las expresiones de solidaridad afloran. Mensajes escritos en pizarrones, preguntas en guardias médicas, respuestas en evaluaciones de escuelas secundarias y el hackeo a la página web de la Gendarmería son la demostración de un pedido latente y furioso, que no descansará hasta que sepamos ¿qué pasó con Santiago Maldonado? «Porque vivo lo llevaron, vivo lo queremos” . Por ANRed | Imagen de tapa: Carlos Brigo


«Mucha gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo” (Eduardo Galeano)

Desde el 1º de agosto, cuando la Gendarmería Nacional llevó adelante una feroz represión sobre la comunidad mapuche de la Pu Lof en Resistencia del departamento de Cushamen (Chubut), Santiago Maldonado está desaparecido.

Durante estos 24 días sin Santiago, el Estado no ha dado respuestas sobre su paradero y los medios de comunicación hegemónicos aportaron a la confusión generalizada, en ocasiones con noticias falsas. Sin embargo, todas las pistas que se saben hasta ahora apuntan a la Gendarmería como la principal responsable del secuestro y posterior desaparición forzada del joven.

Su desaparición, como un acto disciplinador, apunta a destruir la solidaridad entre quienes integramos una comunidad. Como nunca antes, la batería de gestos crueles, sobre todo en los medios de comunicación, tienen como correlato una disminución de la empatía, de la sensibilidad hacia el sufrimiento de los otros, porque su intención es transformar la vida en una cosa. Sin embargo, en esta vorágine moderna y contradictoria allí donde parece que todo está perdido, simultáneamente afloran los gestos de solidaridad y resistencia de quienes exigen «Â¡Aparición con vida de Santiago Maldonado!»

Cada quien desde su pequeño lugar aporta a la búsqueda de la verdad y la justicia, que repare el sufrimiento colectivo. Numerosos gestos de humanidad se han podido vislumbrar desde ese 1º de agosto y el mensaje de «Aparición con vida de Santiago» se multiplicó en el espacio público. El puntapié fue en los pizarrones del cuarto oscuro durante las PASO, y la creatividad en la denuncia fue creciendo. También hubo carteles en distintos lugares de trabajo.

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Una mujer contó lo sucedido mientras se encontraba en la sala de espera de un hospital: «hoy le tocó control a mi hijo por una fractura de brazo. Lo llevé al Hospital Materno Infantil. Mientras esperaba en la sala llena, sale un médico y llama por apellido. Un paciente, dos y al tercero dice:
¡Maldonado Santiago, Maldonado!
Nadie contesta. Me incluyo porque estaba en la mía y otra vez:
¡Maldonado Santiago!
Silencio.
¿Saben por qué no vino Santiago Maldonado?, pregunta el médico y ahí me di cuenta:
¡Porque se lo llevó gendarmería!, le dije.
¡Exacto!, contestó»

En las pruebas estandarizadas TESBA que toma el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a los alumnos de las escuelas públicas también se hizo sentir el pedido. Algunos alumnos no contestaron el test y dejaron su leyenda: «¿Donde está Santiago Maldonado? Si el Estado no da respuestas, yo tampoco”

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También en el espacio virtual se coló la exigencia de aparición con vida de Santiago: nada más ni nada menos que en la página web de la Gendarmería Nacional, que esta mañana fue hackeada. Visible y contundente, allí en el sitio web de la principal fuerza sospechosa de la desaparición del joven.

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Estos numerosos gestos aún pareciendo minúsculos frente al dolor de no saber qué pasó con Santiago, Julio López y otros/as tantos/as, son pequeños aportes que como dice el gran escritor uruguayo Eduardo Galeano, pueden cambiar el mundo.



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