06/04/2017

6A: Sobran motivos para el paro

docentes-4.jpgAunque los funcionarios del gobierno y el mismo presidente Mauricio Macri dicen que no existen motivos para el primer paro general a su gestión, un breve balance de estos 16 meses indica que sí los hay. Por ANRed.

El primer año de Cambiemos

Mauricio Macri asumió la presidencia el 10 de diciembre de 2015. Los primeros conflictos en el sector sindical comenzaron con los despidos en dependencias municipales, provinciales y estatales. Por aquellos días, incluso tomó impulsó «El Despidómetro”: todos los días surgían nuevas cesantías que había que sumar a la lista de desempleados.

El sector privado también comenzaba a sentir los cambios de una economía que abría las puertas a las importaciones, a lo que se sumó el aumento en los servicios públicos que golpearon fuertemente a la industria, llevando a muchas empresas al cierre.

A noviembre de 2016, un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) indicaba un total de 162.141 despidos en el sector privado y 70.145 en el público.

Por otra parte, a pocos días de asumir, Macri autorizó una devaluación del peso del 42%. Asimismo, la inflación de 2016 alcanzó el 35%, lo que repercutió negativamente en la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora. La venta en supermercados, por ejemplo, acumuló una caída cercana al 7% en 2016. Los aumentos en los servicios de luz, gas, agua y transporte también golpearon el bolsillo de los asalariados y de las clases populares, en el marco de un escenario claramente regresivo.

Los números de pobreza e indigencia completan el panorama del 2016: con datos a septiembre del año pasado, la indigencia acumula 2,7 millones de personas y la pobreza, 13 millones. Unas 600.000 y 1,5 millones más de personas, respectivamente, que a fines del 2015. En porcentajes significa 6,9% de indigentes y 32,9% de pobres. Y en criollo, que un tercio de la población está bajo la línea de pobreza.

Los beneficiados fueron otros, ya que, desde el inicio de su mandato, el gobierno de Cambiemos profundizó el modelo de concentración y extranjerización de la economía. La quita y disminución de retenciones a las exportaciones agrarias y mineras así como el perdón fiscal que supuso el blanqueo de capitales, son otros signos de su gestión. Parte del sector agropecuario y sus proveedores, como los productores de fertilizantes y de maquinaria agrícola, fueron los principales ganadores de 2016; a los que sumaron los bancos y los servicios públicos.

Cabe señalar que la apuesta aún no concretada de la llegada de inversiones extranjeras implica la reducción del costo de producción empresario, especialmente el salario, flexibilizando aún más las condiciones de trabajo. Condiciones que a Cambiemos no le quitan el sueño.

Los primeros meses del 2017

Los despidos, las suspensiones y el crecimiento de trabajo no registrado continúan siendo noticia. Sólo por citar algunos ejemplos concretos: SanCor despidió a 500 trabajadores tras el cierre de 4 plantas; desde el sindicato de trabajadores textiles señalan que se perdieron 1.500 empleos y que otros 3.600 trabajadores están suspendidos; en la industria del calzado -solamente en los primeros 45 días del 2017- hubo 4.000 cesanteados. Los trabajadores de AGR-Clarín también enfrentan 380 despidos y ocuparon la planta de Pompeya, en la Ciudad de Buenos Aires, contra el cierre fraudulento de la gráfica. Las automotrices también son ejemplo de esta situación: en Volkswagen Pacheco hay 700 suspensiones; en Volkswagen Córdoba, 60 y en General Motors Santa Fe, 350. Paradójicamente, aumenta la venta de automóviles 0km, lo que demuestra la desigualdad entre las clases acomodadas y los trabajadores.

Respecto a las cooperativas hay una renovada búsqueda de su destrucción. Bastan dos ejemplos: el 3 de marzo se llevó a cabo el desalojo de la ex Petinari, luego del veto de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires a la expropiación. En el Hotel Bauen -tras el veto a la expropiación, esta vez desde la Casa Rosada- la amenaza de desalojo es para la próxima semana.

Otra mala noticia para los trabajadores fue que este año se aprobó la reforma de la Ley de Riesgos de Trabajo, que implementó nuevas barreras para el acceso a la justicia de los trabajadores accidentados, limitando la posibilidad de reclamo y resarcimiento de quienes sufran accidentes laborales.

En este poco tiempo, Cambiemos también intentó rebajar las jubilaciones, lo que causó un rechazo masivo. Cabe señalar que la jubilación mínima en marzo apenas supera los $6.300. Además, la famosa «reparación histórica” significó en la práctica que una minoría tuviese aumentos de entre $2.000 y $3.000 y otros un incremento promedio del 10,5%.

Por el momento y ante el próximo escenario de elecciones, el gobierno postergó el aumento en transporte, que había sido anunciado originalmente para abril, y dividió en cuotas el aumento de la luz y el gas, al tiempo que redujo el incremento en el servicio del agua. Pero la caída del poder adquisitivo sigue vigente.

Por otra parte, el primer bimestre de 2017 alcanzó un 3,85% de inflación y una proyección del 25,4% anualizado, muy lejos de la meta entre 12 y 17% establecida por el BCRA, el presupuesto nacional y el techo paritario imaginado por patronales y el gobierno nacional del 18%.

Los sindicatos docentes encabezan una lucha hace más de un mes y que aún hoy no vislumbra solución: rechazan el aumento entre el 18 y el 19% en cuotas, así como las sumas no remunerativas, y exigen la paritaria nacional, ley que Cambiemos pisoteó al afirmar que «es muy importante que los sindicatos se sienten con cada una de las provincias, que son los empleadores», en palabras de Marcos Peña, jefe de gabinete.

La pelea docente formó parte de un «marzo caliente”, donde las movilizaciones de distintos sectores se sintieron con fuerza, y que incluyó un acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social de los sectores más vulnerables.

Específicamente en relación al paro, el acto del 7 de marzo llevado adelante por el triunvirato que conduce la CGT fue signado por el grito de las bases de «Poné la fecha” y la huida de los principales dirigentes ante el descontento de los trabajadores. Este paro demorado por la «tregua” de 16 meses que la CGT le dio a Cambiemos, finalmente se concretó para hoy, dándole carácter activo los sindicatos combativos y organizaciones sociales, estudiantiles y políticas de izquierda.

En suma, los motivos existen, mal que le pese a Cambiemos y, por mucho que lo nieguen, hoy, salvo sus aliados encabezados por Gerónimo Venegas, sectores de gastronómicos y petroleros, el paro de la CGT fue apoyado también por las CTAs y el mismo Movimiento de Acción Sindical Argentino.

La recesión, el ajuste, los tarifazos, los despidos y las suspensiones, así como la exigencia de paritarias sin techo, no se pueden tapar.



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