Ganó el odio: Las primeras repercusiones tras el triunfo de Trump
Donald Trump, el magnate con denuncias de abuso sexual y violación, racista apoyado por el Ku Klux Klan y con cero experiencia en gestión pública, será el presidente número 45 de Estados Unidos a partir del 20 de enero. Luego de la noticia hubo cientos de casos de racismo y misoginia, miles de personas salieron a la calle, anunciaron los primeros personajes de ultraderecha en el gabinete, se sorprendieron del voto latino por Trump y las mujeres temen por la pérdida de derechos reproductivos. Algunos dicen que el triunfo de Trump es un rechazo al sistema, otros afirman que es un triunfo del racismo. Todo esto, a una semana de las elecciones. Por Lorena Mans, desde EE.UU., para ANRed.
Tras la victoria de Trump, la gente salió a la calle
Desde el miércoles se realizaron movilizaciones y continuaron en los siguientes días, en varias partes del país, con las consignas «Not my President» (No es mi presidente) y «Love Trumps Hate» (un juego de palabras que significa «el amor gana al odio»). En el Estado de California se realizaron varias manifestaciones: hubo cortes de autopistas y trece detenidos, en Los Ángeles miles se reunieron en el ayuntamiento con banderas mexicanas, en Santa Clara y en Oakland la policía tiró balas de goma, bombas aturdidoras y gas pimienta durante las manifestaciones, entre otras ciudades. Hay que tener en cuenta que California es el Estado donde la población latina supera a la blanca.
Según el noticiero Democracy Now, también hubo protestas en Chicago, Illinois; Seattle, Washington; Portland, Oregon; Miami, Florida; New Orleans, Louisiana; Richmond, Virginia; Austin, Texas; Boston y Filadelfia. En Nueva York, diez mil personas salieron a la calle y rodearon la Torre Trump cerrada por barricadas, donde Donald Trump vive, y hubo 65 detenidos. Hay que esperar si estas movidas incitan a la gente para organizarse.
Algunos números de las elecciones
El 58 por ciento de los votantes blancos, el 8 por ciento de los votantes afroestadounidenses, el 29 por ciento de los votantes latinos y 29 por ciento de los votantes asiáticos eligieron al candidato Republicano. Más de la mitad de la gente adulta de 45 años para arriba votaron a Trump. Entre los hombres, el 54 por ciento lo eligieron, mientras que entre las mujeres, el 42. Si hubiese sido válido el voto popular, Clinton tenía una ventaja de 2 millones de votos. Es un error cuando cuentan que la clase trabajadora votó a Trump, porque esa «clase trabajadora” sólo se limita a referirse a las personas blancas. Como si los latinos o los afroestadounidenses no tuvieran fracción de la clase trabajadora. El problema es que a nivel general, no se concibe un análisis fusionado de clase y raza. Pero este tema es para largo.
Echale la culpa al Colegio Electoral
El funcionamiento del Colegio Electoral hizo que Hillary Clinton sea la quinta candidata presidencial de Estados Unidos que gana el voto popular pero no llega a la presidencia gracias a esta manera de sufragio indirecto. El colegio electoral funciona así: teniendo en cuenta la cantidad de habitantes en cada Estado, existe un número de miembros del Colegio Electoral para representar de forma proporcional al país. Pero en una gran mayoría de los Estados, el candidato que obtiene más votos es el que se lleva los votos que corresponden al Colegio Electoral. Es así que en esta oportunidad, Hillary Clinton obtuvo alrededor de 2 millones de votos más que Donald Trump, pero sólo ganó en 20 Estados y Washington DC, mientras que Trump ganó en los otros 30 Estados.
Los que defienden el Colegio Electoral tienen el pretexto de que de esta manera se pueda respetar la decisión de Estados pequeños y así no elige solamente el voto de las capitales urbanas donde se condensa más gente. En este momento, se realiza una junta de firmas para que el 19 de diciembre el colegio electoral vote como ganadora a Clinton con la excusa de que ganó el voto popular. Pero que eso suceda es muy poco probable. Por otro lado, para cambiar el sistema de votación, es decir el Colegio Electoral, se debería modificar la Constitución Nacional.
El voto Trump latino
Muchos se sorprendieron al ver que el 29 por ciento de los latinos con posibilidad de voto lo hizo por la persona que pretende hacer un muro para dividir Estados Unidos de México. Cuando decimos voto latino, nos referimos a los descendientes de latinoamericanos nacidos en EE.UU. y a las personas que adquirieron ciudadanía. Pero el individualismo, el «yo primero», el ansia capitalista y la falta de análisis y solidaridad, como en en otras lugares del mundo, hace que una parte de latinos piensen de manera obtusa. Como ejemplo, Marcos Gutiérrez, fundador de Latinos por Trump dijo: «Mi cultura es una cultura muy dominante. E impone y está causando problemas. Si no hacen algo sobre eso, van a tener camiones de tacos en cada esquina».
Con las propuestas de que van a cerrar fronteras y mantener la industria sólo para los estadounidenses, algunos de los latinos se entusiasmaron. Con el discurso de que los inmigrantes «nos quitan el trabajo”, éstos tomaron postura por Trump. Se viralizó en las redes sociales unos videos de hijos de mexicanos nacidos en el país quemando una bandera mexicana mientras decían «If you don´t like it, go away” (Si no te gusta, andate). Otro video era de un hombre hablando en Spanglish argumentando de que si cierran las fronteras «habrá más trabajo para nosotros, guey”.
Hay un grupo de mujeres llamado Latinas por Trump en Miami compuesta en la gran mayoría por descendientes de cubanos. Algunas de las declaraciones de estas mujeres fueron: «Trump está atacando no a todos los latinos, sino a los latinos de otra generación, a los inconscientes”; «Elijo a Trump porque es un hombre que va a proteger nuestros negocios”; «Lo más importante para mi es que él no es un político profesional”; o «Tiene una retórica fuerte, pero es como un padre que reta a sus hijos”. Pero cuidado, ellas son muy autónomas, porque no quieren aceptar dinero del Partido Republicano. Otras muchachas que representan la intersección del patriarcado y el capitalismo.
Blancos y de derecha en el gabinete de Trump
Los primeros llamados para ser parte del nuevo gobierno son Stephen Bannon como Jefe de Estrategia y Reince Priebus, entre otros. Bannon es el líder de Alt Right (Alternativa de Derecha), un movimiento nacionalista blanco y fue director del medio de derecha Breitbart Media. Priebus es presidente del Comité Nacional Republicano. Esto refleja el arco que tiene que contemplar el electo presidente a la hora de conformar su gabinete, ya que el Partido Republicano no dejará que Trump esté sólo.
El perfil de Stephen Bannon deja mucho que desear. Tiene denuncias de violencia familiar, es antisemita, misógino, y no tiene prurito para manifestarlo. Mientras fue director de Breitbart Media, tiraba titulares como: «El control de la natalidad vuelve a las mujeres poco atractivas y locas” o «Bill Kristol: republicano aguafiestas de la candidatura de Trump, judío renegado”.
Se legitima el odio racial, hacia las mujeres y la comunidad LGTBITQ
El odio a las mujeres, las personas de color (es decir, todas las personas menos las blancas) y la homolesbotransfobia se legitimó ni bien Trump ganó las elecciones. Haber tenido un presidente negro tiene su precio. David Duke, político, activista racista y exlíder del Ku Klux Klan (KKK) tuiteó: «Los negros y otros creían que su Coalición Arco Iris duraría, pero no. Latinos y Europeos se alinearán=los negros perderán”, y a las horas de ganar Trump, puso: » Es una de las noches más emocionantes de mi vida. No se Equivoquen, nuestra gente jugó un papel enorme en la elección de Trump. #MAGA (Make America Great Again)” Por otro lado, se rumorea que el KKK hará una marcha celebratoria el 3 de diciembre en Carolina del Norte.
Ya en la cotidianidad de la vida, desde el miércoles pasado, cientos de personas denunciaron agresiones físicas, verbales y amenazas. En Pennsylvania, en una escuela secundaria, los jóvenes blancos le gritaban «recolectores de algodón” a los jóvenes negros; en otra secundaria de Michigan, un video muestra a estudiantes blancos cantando «construye una pared”; una niña de 10 años en otro colegio tuvo que ser recogida de la escuela antes porque un niño le agarró la vagina argumentando que si un presidente lo hace, él también puede. Muchas mujeres musulmanas temen usar velo por miedo a represalias, mientras que otras denuncian que se los han arrancado en público.
En Nueva York, en una universidad encontraron una muñeca negra con una cuerda atada al cuello, mientras que en Wellsville NY, registraron una pintada que decía MAKE AMERICA WHITE AGAIN (hacer América blanca de nuevo) con una esvástica.
Por otro lado, las líneas telefónicas de ayuda para prevenir suicidios dentro de la comunidad LGTBITQ anunciaron que las llamadas han aumentado considerablemente y ya 8 personas trans se han suicidado.
Llama la atención que en instituciones educacionales con infantes en los primeros años de escolaridad es donde se producen estos hechos de odio. Es así que en lugares como Minnesota y Colorado, los distritos escolares están armando gabinetes para ayudar a estudiantes que están angustiados y con temor a la deportación y al acoso de parte de la sociedad que apoya a Trump.
Corren peligro los derechos reproductivos
Donald Trump se declaró una persona «pro vida” e intentará que el derecho al aborto, lucha ganada por el movimiento feminista estadounidense desde hace décadas, sea política de los Estados y no una cuestión federal. Con ironía manifestó que las mujeres no se quedarán sin abortar, sino que tendrán que hacerlo donde algún Estado lo permita. Pero antes de decir esto, en marzo había sugerido que las mujeres que abortan tendrían que tener algún castigo.
Mientras tanto, en estos momentos miles de mujeres están intentando acceder al DIU, método anticonceptivo que dura entre 3 y 12 años, es decir, más tiempo que el gobierno de Trump. Es lógico que las mujeres quieran aprovechar tener acceso a métodos anticonceptivos, ya que el magnate presidente ha prometido sacarle recursos a Planned Parenthood, la organización de salud reproductiva que proporciona anticonceptivos a muchas mujeres alrededor de los Estados Unidos, y desmantelar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, que garantiza el acceso a la anticoncepción.
Reflexiones de Naomi Klein y Michael Moore
La periodista y escritora canadiense opinó en The Guardian reflexionando que las derechas en Europa y Trump responden con nostálgico nacionalismo y enojo contra las burocracias económicas, ya sea Washington, el acuerdo de libre comercio de América del Norte, la Organización Mundial del Comercio o la UE. Y, por supuesto, lo responden atacando a inmigrantes y personas de color, difamando a los musulmanes y degradando a las mujeres. Según Klein, esto es parte de la continuidad del Neoliberalismo.
El cineasta Michael Moore opinó en un medio nacional que «el presidente electo se verá obligado a renunciar o será destituido del cargo porque es posible que rompa las leyes, incluso sin intención, pensando únicamente en lo que sea mejor para él.”
Por otra parte, criticó al Partido Demócrata destacando que no logró atraer a la comunidad latina y descifrar los sentimientos de los votantes y aseguró que las protestas tras la victoria del republicano continuarán y el pueblo seguirá oponiéndose. «Habrá una resistencia masiva y será la mayor manifestación vista hasta ahora», declaró con esperanza.
Fuentes consultadas:
The Guardian
Democracy Now
RT
CNN