La Plata: Justicia para Sandra Ayala Gamboa
A más de seis años del femicidio de Sandra Ayala Gamboa familiares, amigos y movimientos sociales se manifestaron el pasado jueves en contra de la apertura del edificio ex archivo de Rentas de calle 7 entre 45 y 46, lugar donde Sandra fue asesinada y violada. Hoy, ese lugar es símbolo de la lucha contra las violencias hacía las mujeres. Por Ulises Rojas, para ANRed
La iniciativa de reabrir el lugar viene por parte del Ministerio de Economía, que se comunicó con Nelly Gamboa -la madre de la joven que lidera la lucha por la memoria de su hija asesinada en febrero del 2007- para comunicarles la intención. Por ello las distintas organizaciones políticas y movimientos sociales se manifestaron con una radio abierta y una nueva pintada del mural del edificio.
-«Esta es la casa de Sandra”- se escuchaba fuerte por los parlantes, y aún hoy, tantos años después del hecho, no existe un total esclarecimiento del mismo, pero sí se busca pasar por alto la lucha, se quiere darle un punto final, borrar lo que allí sucedió, porque reabrir las puertas de ese lugar significa eso, olvidar.
Sandra como muchas, era una mujer inmigrante, pobre y desocupada. En octubre del 2006 vino a La Plata, sola, en busca de un futuro, para poder estudiar y trabajar, para poder pagar la pensión donde vivía. Hasta que ese verano se convirtió en una de las tantas víctimas del sistema patriarcal, en tanto este hombre o los hombres que se creyeron dueños de la vida y el cuerpo de Sandra, la asesinaron. La justicia sólo encontró un culpable.
Loreley Baumann, que integra «La Campaña Nacional Contra las Violencias hacia las mujeres”, participó de la jornada por Sandra, y declaró: «Invitamos a la comunidad a tomar real dimensión de las responsabilidades que tienen las instituciones respecto de estos hechos. El Estado, la Justicia, el conjunto de leyes, la Policía y quienes silencian, son responsables de sostener una sociedad machista y desigual, donde parece que siempre debe haber alguien mejor que otro: varones que agreden a sus parejas, que cobran más que las mujeres, donde la mayoría de las mujeres son consignadas a tareas del cuidado de la familia y la casa y a ser «˜felices»™ y «˜apropiadas»™ en esos roles, donde hay varones que son fuertemente obligados por pares a esconder sus emociones para ser «˜verdaderos hombres»™, etc».
Por ello la casa es de Sandra, es de todas las identidades que fueron y son víctimas de la violencia machista. Volver a darle una nueva fachada al mural, cambiarlo como forma de protesta para mantener viva la memoria y no olvidar lo sucedido. Esa fue la intención que desde las once de la mañana del jueves se hizo realidad en la ciudad de La Plata: exigiendo que no se olvide lo que sucedió allí, que ese lugar sea símbolo de la lucha antipatriarcal.