03/10/2012

Sin rumbo en Europa, se recrudecen las protestas

desempleo.jpgDurante el último fin de semana, miles de personas salieron a las calles en las principales ciudades europeas para manifestarse en contra del ajuste que está ocasionando picos históricos de desempleo. Las políticas, en contra de recomendaciones, buscan la estabilidad fiscal y financiera a costa de negativas consecuencias sociales. Por ANRed


Desde hace varios meses que las protestas de los ciudadanos europeos son regulares, pero el fin de semana último han alcanzado una envergadura pocas veces vista. Cientos de miles de trabajadores ocupados y desocupados, estudiantes y jubilados, algunos de izquierda, otros simplemente ecologistas y unos cuantos sin una orientación política del todo definida, se movilizaron por las principales ciudades europeas en contra del creciente desempleo, la austeridad económica, el salvataje a los bancos, y para pedir por una redistribución progresiva de la riqueza y por la «democracia robada”, entre otros variados reclamos.

La crisis económica mundial sigue haciendo estragos en el Viejo Continente. El índice más representativo es la insólita tasa de desempleo. Golpea tanto a los países que arrastran mayores deudas, como España y Grecia, con el 25% y el 24%, respectivamente; como a los que suelen mostrarse en mejores condiciones económicas y sociales, tal es el caso de Francia, que superó la barrera histórica del 10% y los 3 millones de desempleados. Con respecto al 2011, la tasa de desempleo creció en 20 de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE).

La respuesta de los mandatarios europeos no apunta a la generación de empleos, sino que se inclinan por la austeridad para la búsqueda de estabilidad fiscal y financiera. La UE ha concretado hasta el momento ayudas a Grecia, Portugal e Irlanda, con epicentro en el salvataje de los bancos locales; y España duda en acudir al suyo propio. Por otra parte, el 2 de marzo de este año, todos los países de la UE a excepción del Reino Unido y la República Checa, firmaron el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza (TECG) en la Unión Económica y Monetaria. El TECG busca la solvencia fiscal y promete «“por sobre cualquier aspecto de índole social- traer estabilidad financiera a la zona euro. Pero pocos defienden estas políticas.

Paul Krugman, el premio Nobel de Economía, por ejemplo, no duda en darle la razón a las personas que salen a manifestarse en contra de la austeridad. Según un artículo con su firma en el diario español El País, «imponer más austeridad no va a servir de nada; aquí, quienes están actuando de forma verdaderamente irracional son los políticos y funcionarios supuestamente serios que exigen todavía más sufrimiento”. El Nobel agrega que «este sufrimiento, posiblemente inevitable, se está viendo tremendamente magnificado por los drásticos recortes del gasto”. Este famoso economista que es seguido por la socialdemocracia es más partidario del endeudamiento antes que a la austeridad.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), con una perspectiva distinta a la de Krugman, también alertó sobre las consecuencias negativas que traen los recortes del gasto en plena recesión. Según el organismo, los mismos provocan una reducción en la confianza de los inversores, porque aceleran el ritmo del deterioro económico.

Y hasta una editorial reciente del prestigioso periódico estadounidense The New York Times advierte al presidente de España, Mariano Rajoy, que «nuevos recortes en los empleos restantes y el poder adquisitivo no traerán la recuperación. Sólo podrían traer más miseria y confusión». Esta recomendación la hacen en un momento donde la Comisión Europea le reclama al gobierno español que revise el sistema de pensiones para disminuir el déficit fiscal.

Movilizaciones en toda Europa en contra del ajuste

Con este contexto de explosión e incertidumbre social, el sábado 29 de septiembre hubo movilizaciones en ciudades como Lisboa, Madrid, Varsobia y en 40 ciudades alemanas, con concurrencia que fueron desde las 150 hasta más de cien mil personas. Al día siguiente, en París tuvo lugar una manifestación de 80 mil personas convocada por el Frente Anticapitalista de Izquierda junto a 60 organizaciones sociales.

España es posiblemente el país más convulsionado del momento: el desempleo en este país es el más alto del continente, en cualquier momento se puede concretar el pedido de una ayuda multimillonaria al Banco Europeo con el objetivo de salvar bancos comerciales, Cataluña está discutiendo con más fuerza que nunca la separación de España, y su gobierno es uno de los más austeros de Europa en cuanto a políticas sociales y económicas.

El 25 de septiembre, miles de personas se dieron cita en los alrededores del Congreso de Madrid «contra el ajuste del gobierno español, la explotación y los capitales financieros, y en favor del reparto equitativo de riquezas, la educación pública y los derechos humanos”. Los manifestantes fueron convocadas pacíficamente para «Rodear el Congreso”, para reclamar la disolución de las Cortes y una nueva asamblea constituyente, ya que lo consideran el lugar donde se dictan las regresivas leyes que deparan en salvajes ajustes y en donde la democracia es robada. Sin embargo, fueron terriblemente reprimidos por aproximadamente 1500 agentes. La coordinadora «25S” volvió a marchar al día siguiente y también el sábado 29 de septiembre.

En París, por su parte, tuvo lugar la convocatoria más numerosa del fin de semana. Los franceses no piensan quedarse de brazos cruzados ante el inminente ajuste que significaría la aprobación del tratado TECG impulsado por la canciller alemana Angela Merkel y el ex presidente francés Nicolas Sarkozy. Este empezó a tratarse el martes 2 de octubre en el Parlamento francés, que debe tener una resolución antes de fin de mes.

Las 80.000 personas que se movilizaron exigen una iniciativa plesbicitaria y que el presidente francés que está afiliado al Partido Socialisa, François Hollande, respete su promesa pre-electoral: para captar votos de la izquierda había dicho que iba a renegociar el tratado que había sido impulsado por su predecesor. Los principales líderes de la convocatoria marcharon detrás de una bandera que tenía el lema: «Por una Europa solidaria, contra el tratado de la austeridad”.

En Alemania hubo concentraciones en 40 ciudades para pedir por la redistribución de la riqueza. Berlín y Hamburgo fueron las ciudades con mayor número de adherentes a la jornada, con una participación de 40.000 y 7000 personas, respectivamente. Según los organizadores, el ingreso del 10 % de la población alemana más pobre disminuyó entre 1999 y el 2009 en 9,6 %, mientras que los del 10% más rico aumentaron en un 16,6%.

En Varsovia, bajo el lema «Despierta, Polonia”, 50.000 personas se movilizaron para protestar contra las reformas económicas llevadas a cabo por el gobierno, entre las que se encuentra el aumento de la edad jubilatoria hasta los 67 años, y frente a las «políticas contra los católicos». La marcha fue convocada por el partido opositor nacionalista y católico, y se denunciaba al «ultra liberalismo perverso” y el «anti catolicismo” del gobierno polaco.

En Lisboa, miles de personas volvieron a alzar su voz en contra del rescate financiero de la UE y el FMI aprobado el año pasado. La protesta fue lanzada por el principal sindicato del país, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP), y fue apoyada por el movimiento de indignados que ya se había movilizado el 15 de septiembre en la misma ciudad. Cuando se aprobó el rescate para Portugal por 78 mil millones de Euros, el gobierno se comprometió a llevar a cabo un programa de recortes del gasto que incluye la privatización de empresas y servicios públicos, la congelación de salarios y pensiones y la subida de impuestos, entre otras medidas con el objetivo de reducir el déficit del presupuesto de 5% para el 2012 y llegar al 3% antes de 2014.


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