18/09/2009

¿Y Julio López? 3 años de impunidad

julio_lopez.jpg A tres años de la desaparición de Julio Lopéz, testigo clave en el juicio contra el genocida Etchecolatz, se realizarán hoy diversas actividades en el país. En Buenos Aires el espacio Memoria, Verdad y justicia convoca a marchar a las 17.30 desde Congreso a Plaza de Mayo, exigiendo su aparición con vida. En la ciudad de La Plata la marcha será desde Plaza Moreno hasta la Gobernación. Publicamos un informe sobre la desaparición forzada de Julio López. Por CAUCE, MES, Bondi de Suteba, Galpon de Tolosa y La Ciega, desde La Plata.


Jorge Julio López

Es una de las tantas personas que con su coherencia de vida y su lucha, colaboraron en la primera condena de un genocida desde la nulidad de las leyes del olvido y del perdón.
Toda su vida luchó por la memoria, la verdad y la justicia contra quienes «necesitan» que la impunidad continúe cubriendo con su negro manto las aberraciones del pasado.

Su primera desaparición forzada

El 27 de octubre de 1976, Jorge Julio López fue detenido ilegalmente y mantenido en cautiverio hasta el 25 de junio de 1979. Estuvo secuestrado en los Centros Clandestinos de Detención que funcionaron en cuatrerismo de Arana, en el «Pozo de Arana», en las comisarías 5º y 8º de La Plata y finalmente fue puesto a disposición del PEN en la Unidad 9 del Servicio Penitenciario Bonaerense, lugares en los que fue torturado y, según su testimonio, en ocasiones torturado por Camps y Etchecolatz en persona (1) .

Su segunda desaparición

El 18 de Septiembre de 2006, el día anterior a la lectura del histórico veredicto que finalmente condenó a Miguel Osvaldo Etchecolatz a la pena de reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad en el marco del genocidio -causa en la cual prestó testimonio – en la ciudad de La Plata fue secuestrado Jorge Julio López, por segunda vez en su vida.

La Causa

Procesalmente y a grosso modo podemos hablar de tres instancias por las que ha transitado la segunda desaparición forzada de Julio:

1) En la justicia ordinaria provincial, a cargo del Fiscal Marcelo Martini y la Jueza de Garantías Marcela Garmendia. En esta etapa, la policía bonaerense inclinó la investigación a la búsqueda de una persona perdida o extraviada, o que se ausentó por propia voluntad, tomando medidas que apuntaban a corroborar esa hipótesis y no a la más obvia y coherente, por el contexto en que se dieron los hechos, de una persona secuestrada o desaparecida.

Mientras la policía seguía esta línea, el entonces Gobernador Felipe Solá y el Ministro de Seguridad León Arslanián reconocieron a los querellantes que necesariamente se estaba frente a un secuestro relacionado con los juicios contra los genocidas de la última dictadura. El seguimiento de esta línea impidió, como mínimo por negligencia, abordar oportunamente otras que tenían mayor asidero investigativo.

2) La causa pasa a la Justicia Federal. El 14 de diciembre de 2006 la Corte Suprema determinó que la causa quede a cargo de la Justicia Federal de La Plata, siendo el Juez Corazza quien llevaría adelante la investigación (2) .

Al momento de pasar la causa a la justicia federal, y en relación a los encargados de la investigación por parte del Ministerio de Seguridad, se apartó a Silva (quien averiguaba por el supuesto «extravío» de Julio) y se designó a Matzkin, quien estaba a cargo de la Superintendencia de Investigaciones en Función Judicial. Debía seguir la línea investigativa de un secuestro.

Sin embargo la causa no iba a encontrar en esta instancia un seguimiento responsable y comprometido, sino todo lo contrario.
Enumerar todas las irregularidades que tiñeron esta etapa haría de este texto un material inabordable. Por lo que repasamos sólo algunos puntos ejemplificativos:

 No se tomaron medidas de investigación sobre Miguel Osvaldo Etchecolatz y su entorno, ni se ahondó en la posibilidad de que otros policías mencionados por López en su declaración pudieran tener interés en su silencio, tampoco en el personal del servicio penitenciario afectado por lo que López hubiese podido declarar en la causa en la que se investiga al personal penitenciario de la Unidad Nº 9 de La Plata (3) .

 Se sucedieron rastrillajes sin ningún criterio, que obedecían a llamados anónimos al 911 y denuncias de vecinos.

 Se abandonaron (o se viciaron de nulidad) líneas investigativas que daban con el rastro de López a pocos días de su desaparición.

 No se siguió seriamente una línea de investigación respecto de: Hugo Alberto Guallama, Raúl Pedro Muñoz, Carlos Alberto Basualdo, Oscar Emilio Bravo, Juan Ramón Rodas, Gregorio Urbano Medina, Julio César Pasquale, Héctor Alberto Herrera, Jorge Antonio Bergés, Julio César Garachico, Manuel Aguiar, Ángel Francisco Trotta, Carlos Ramón Gómez, José Alfredo Orellana, un policía de apellido Urcola, un policía o funcionario penitenciario de apellido Ponce y un funcionario policial conocido como Rudi Calvo,«… quienes habrían participado en hechos de la represión ilegal durante la etapa del terrorismo de Estado, respecto de los cuales habría resultado damnificado Jorge Julio López, entre otros».

 Pista Garachico: Julio César Garachico, vinculado con el centro clandestino que funcionó en la comisaría 5ª y con la patota de Miguel Etchecolatz. Desde mediados de los `60, según registros de la Dipba (4) , integró un «comando de la represión» dependiente de la Dirección de Investigaciones, donde prestó servicios durante la guerra sucia.

 Se efectuaron allanamientos que fueron llevados adelante por el Ministerio de Seguridad sin control fiscal o de las querellas.

 Sobre las requisas efectuadas en Marcos Paz. La investigación sobre los detenidos por delitos de lesa humanidad en Marcos Paz, tiene sentido en tanto se piense en el interés de quienes están allí detenidos, por evitar la continuidad de los juicios. Respecto de estos, sólo se efectuó una requisa, no existió control judicial ni acceso de las querellas al procedimiento, so pretexto de evitar filtraciones.

 La agenda de Miguel Osvaldo Etchecolatz, por lo menos ameritaba el análisis. De esta surgió, por ejemplo, el nombre de Susana Beatriz Gopar (5).

 Pista Chicano. Esta línea de investigación se abre en noviembre del año 2006 por un aporte de organismos de derechos humanos: una foto que acredita la presencia de Oscar Chicano a pocos pasos de Jorge Julio López el día 12 de agosto de 2006. Tal presencia de Chicano resulta incomprensible, salvo que se encontrara en el lugar realizando una tarea de inteligencia o similar. Refuerza la necesidad de investigación el hecho de que pertenencia a la Secretaría Privada de Jefatura durante la etapa en que Etchecolatz fue responsable de la fuerza.

 Pista Atalaya. El día 23/09/06 se realizaron procedimientos en la localidad de Atalaya, partido de Magdalena, donde se encontraron rastros de Julio. En una serie de procedimientos plagados de irregularidades, en los cuales «la bonaerense» se cansó de embarrar la cancha, esos rastros se perdieron, no se dejó constancia correctamente de los mismos, etc. No ha quedado claro por qué se tomó la decisión de investigar en Atalaya, ni por qué se interrumpió este procedimiento, con argumentos como «lo tupido de la vegetación y la oscuridad reinante» a pesar de encontrarse ante la posibilidad de seguir hallando rastros de Julio.

 Sobre la línea «miembros del Servicio Penitenciario Bonaerense». Es sabido que Jorge Julio López tenía planificado declarar y presentarse como querellante en los procesos iniciados a los miembros del Servicio Penitenciario Bonaerense en la causa denominada Unidad 9, donde casi veinte procesados esperan el juicio.

Las querellas agrupadas en el Colectivo Justicia Ya! pidieron el análisis de las llamadas entrantes y salientes de los ex agentes del SPB, pero solo han sido incorporadas al VAIC en una muy mínima parte, sin un informe elevado al Juzgado que permita conocer los motivos por los cuales la investigación no se completa, o por lo menos, qué nombres del VAIC corresponden a la línea.

 Cadáver calcinado en Punta Lara. Debe recordarse también que a tres días de la desaparición de López apareció un cadáver calcinado en Punta Lara. Arslanián y Solá reconocieron en su momento la íntima relación de la aparición del cadáver con la desaparición de López, aceptando la hipótesis formulada por los querellantes de que se trataba de un mensaje mafioso, propio de la policía bonaerense, puesto que el cadáver calcinado apareció en un lugar emblemático para la ciudad de La Plata (6). En la causa provincial que investiga esa muerte no se registró ningún avance.

Las relatadas son algunas de las muchísimas irregularidades que cometió el Juez Corazza mientras tuvo en sus manos la causa. Podemos decir que:

Corazza llenó miles de hojas en expedientes que no conducen más que a la impunidad; movilizó cielo y tierra para investigar pistas que evidentemente no conducían a nada y no hizo lo más mínimo en las que sí tenían asidero. Realizó allanamientos tardíos y viciados de nulidad; sistemáticamente se negó a seguir las pistas aportadas por los querellantes. No hizo nada para solucionar la falta de coordinación entre las distintas fuerzas que operan, y entre los propios asignados a la investigación por el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires cuando era el encargado de dirigir la instrucción. Recopiló ciegamente comunicaciones a través del Programa VAIC, sin realizar después un análisis de las mismas. Retaceó y demoró en las medidas de prueba solicitadas, etc., etc., etc.

Luego de 29 meses de su segunda desaparición y como producto de una «interna judicial» instigada por el Juez de la Cámara Federal Alberto Durán (7) , Corazza se inhibió de seguir participando en la causa. Así, la investigación que nunca tuvo dirección y que aún no tiene ningún imputado, se quedó sin Juez.

3) La causa pasa al juzgado del Juez Blanco (o tercera desaparición de Jorge Julio López). Luego del período en el que la causa estuvo sin juez, finalmente quedó radicada ante el juez Blanco quien, para estudiarla, la sacó de la Secretaría Especial en que se encontraba. Se comenzó la investigación desde foja cero retomando líneas investigativas que habían sido correctamente abandonadas, y ordenando medidas de prueba que ya se habían producido, etc.

Recientemente, Casación Penal revocó la decisión de la Cámara Federal de Apelaciones que disponía que la instrucción de la causa la siga Blanco y ordenó que se dé la investigación la Fiscalía de Franco quien ya había manifestado no quererla. Otra vuelta más y van…

La ineficiencia, la morosidad, la complicidad y el encubrimiento que rodea toda la investigación del secuestro y la desaparición de nuestro compañero Jorge Julio López han hecho prácticamente inabordable la causa judicial.

Hasta el momento, lo único que ha dado resultados positivos en cuanto a romper el silencio, combatir la impunidad de los genocidas y la complicidad del Gobierno, y retomar el compromiso de Julio López y de los miles de compañeros y compañeras que lucharon y continúan luchando por un mundo distinto, sin opresores ni oprimidos, ha sido la lucha y organización de todas las organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, que no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos con los genocidas de ayer y de hoy.
Ha seguir ganando las calles… si el presente es lucha, el futuro es nuestro.

Exigimos al Gobierno aparición con vida YA! de Jorge Julio López

CAUCE,MES, Bondi de Suteba, Galpon de Tolosa y La Ciega

Notas:

(1) Sentencia causa nº 2251/06 c/ Miguel Osvaldo Etchecolatz, TOF 1 de la ciudad de La Plata.

(2) En el fallo, la Corte consideró que debía intervenir ese fuero porque allí se sustancian los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, entre ellos el que derivó en la condena contra el represor Miguel Etchecolatz y en el que López fue querellante hasta que fue secuestrado.

(3) Causa N° 15.275, Juzgado Federal N° 1 cargo del Dr. Blanco.

(4) Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires

(5) El lugar donde un testigo vio por última vez a López, es casi exactamente la casa de Susana Gopar, calle 66 Nº 2125, domicilio surgido no solo de su legajo, sino del teléfono que figura en la agenda de Etchecolatz cuyo número, según la información de la empresa telefónica, está registrado en esa misma dirección.

(6) Allí eran arrojados los cadáveres de las personas asesinadas por la Triple A y otros grupos parapoliciales, práctica que continuó durante la dictadura.

(7) Denunciado por el Colectivo Justicia YA! Por su complicidad con la bonaerense



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