22/02/2009

Gatillo fácil en Villa Fiorito

cana-2-2.jpgUn chico de 16 años fue asesinado el 24 de enero pasado de un balazo en la espalda en Lanús. El homicida fue el jefe de calle de la comisaría quinta de Villa Diamante. El policía está procesado por homicidio culposo, carátula que oculta la intencionalidad del crimen.


Carlos Ezequiel Ávalos, de 16 años, volvía el 24 de enero junto a tres amigos de acompañar a unas chicas a tomar el colectivo, cuando fue alcanzado por uno de los cinco disparos efectuados por Jorge Horacio Gómez, jefe de calle de la comisaría quinta de Villa Diamante, partido de Lanús.

Los cuatro jóvenes estaban parados en la entrada del pasillo que daba a la casa de Aválos, en la intersección de Larrazábal y Camino de La Rivera, cuando sintieron los tiros provenientes del arma reglamentaria de Gómez. El policía estaba de civil y disparó desde su auto sin siquiera dar la voz de alto, como reconstruyeron los testigos.

Tres de los muchachos lograron escapar y avisar a Fernando Ávalos, el padre de Carlos. Cuando el hombre se desplomó sobre el cadáver de su hijo, ya había un patrullero en el lugar perteneciente a la comisaría de Villa Fiorito. En ese mismo instante, llegó otro vehículo policial del que descendió el mismo Gómez, vestido de civil pero con chaleco de la Bonaerense, y le ordenó que no moviera el cuerpo. Como denunciaron desde la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) Sur, eran los mismos compañeros de armas del asesino quienes lo estaban encubriendo.

El policía Gómez está procesado por homicidio culposo, es decir, como si hubiera obrado sin intención de cometer el crimen y en libertad. Las fuerzas represivas, ni lerdas ni perezosas, le plantaron un arma al lado del cuerpo de Carlos para simular un enfrentamiento. Las pericias indicaron que el revólver no tenía huellas dactilares ni de Carlos Ezequiel ni de los otros jóvenes.

A la semana del asesinato, se hizo un escrache a la comisaría para señalar su responsabilidad en el caso de gatillo fácil. Actualmente, CORREPI Sur junto a organizaciones sociales de la zona y víctimas del gatillo fácil están organizando una nueva actividad de repudio. «Esperamos que la próxima vez el intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, no nos ponga 200 policías para amedrentar a los familiares y seguir encubriendo la política sistemática del gatillo fácil del gobierno de los Derechos Humanos; sino que haga algo para poner en la cárcel al asesino de ‘Pochi'», manifestaron desde CORREPI Sur.



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