20/08/2015

Declaración de Trabajadores de la Niñez: «La violencia institucional la ejecuta el Estado y sus funcionarios que condenan a lxs pibxs y lxs trabajadorxs»

Declaración de trabajadoras y trabajadores de la Niñez en ATE Sur-Lomas de Zamora y ATE Brown-Pte. Perón

Agosto de 2015

JÓVENES «PELIGROSOS” Y TRABAJADORES DE LA NIÑEZ: LOS CHIVOS EXPIATORIOS DEL ESTADO

Retorno a los «menores”»¦

Las políticas de Estado hacia la niñez y la juventud más pobre de nuestro país, no detienen su paso camino al paradigma de la exclusión, la omisión, el chivo expiatorio y el exterminio.

Luego de las sanciones de las leyes que venían a enterrar al viejo Patronato de «Menores” a mediados de la década pasada (aquella herramienta de un Estado que buscaba barrer bajo la alfombra la presencia de niños y niñas en las calles institucionalizándolos, limpiando las ciudades de «menores”), los gobernantes nos hablaban de un capitalismo «más humano” en el que nuestros pibes y pibas serían tratados como sujetos de derechos, como decía la letra.

Pero en el capitalismo, por más «humano” o «en serio” que quieran pintarlo, los cambios de fondo nunca llegan. En la medida en que las etapas políticas necesitaran de un ajuste hacia abajo para mantener las mega-ganancias por arriba, estas políticas serían indefectiblemente un «gasto improductivo”, una de las variables de ese ajuste.

Y así fue: en la provincia de Buenos Aires, progresivamente los diferentes dispositivos de la Secretaría de Niñez, actualmente con Pablo Navarro y Scioli a la cabeza, se iban vaciando de recursos, abandonando la función restitutiva de los derechos que ese mismo estado les había quitado desde que estxs pibxs llegaban al mundo.

Acomodándose a los discursos ganadores de las clases dominantes como el de la baja de la edad de imputabilidad, que decían que el camino de lxs pibxs más pobres debía ser «de la cuna a la celda”, los programas para los más chiquitos fueron desapareciendo, al igual que los destinados a la reinserción de adolescentes; en los lugares que albergan niñxs y jóvenes institucionalizadxs, el ingreso de personal faltante se detenía y los que lo hacían eran precarizados; las condiciones de trabajo deterioraban aceleradamente la salud de lxs trabajadorxs; los alimentos e insumos básicos para la vida cotidiana se reducían drásticamente en cantidad y calidad; la infraestructura edilicia de las mismas mostraba el rostro bajo el maquillaje: la caída a pedazos del sistema que decía promover y proteger esos derechos tan sagrados. Nada se hablaba de quienes realmente organizaban el delito, de la policía que manda a robar, del narcotráfico o las redes de trata, aceitadas mundialmente, vinculadas y amparadas por grandes bancos y empresas, gobiernos, jueces y el aparato represivo.

De esta manera, se veía claramente que el destino obvio se hacía realidad: cada vez menos gasto en instituciones y dispositivos que prevengan, contengan y traten humanamente a quienes fueron, antes que toda consecuencia, víctimas de un sistema de opresión y explotación salvaje, pues era mucho más económico sostener lugares con muy poco personal, sin recursos, de carácter penitenciario, donde solo se deba dejar autorregular las miserias humanas que surjan del encierro, el hacinamiento y la desidia.

El lugar de los trabajadores de la niñez

A la hora de referirse a lxs trabajadorxs de la niñez, la Comisión por la Memoria, el Comité contra la Tortura y no pocos bienintencionadxs promotores de los derechos de lxs niñxs y jóvenes, suelen cometer errores groseros. Simplificar, generalizar y descalificar al laburante, a veces esconde un profundo desconocimiento y otras veces descarga en uno de los eslabones más débiles, la responsabilidad que le cabe al estado y a sus principales funcionarios por la violencia institucional, que la mayoría de las veces, lxs propixs trabajadorxs enfrentan y logran paliar arrancando con lucha, conquistas que mejoran la vida cotidiana y alivian el sufrimiento real de nuestrxs pibxs.

Hablar de todos los trabajadores de institutos como carceleros o torturadores, sobre todo en lugares como el CREU de Lomas de Zamora, donde la organización de los mismos ha logrado, con el acompañamiento de otros trabajadores, acorralar a autoridades, frenar el autoritarismo y arrancarle al gobierno mejoras en las condiciones de encierro concretas es, a nuestro entender, golpear en uno de los pocos focos de resistencia dentro de las instituciones y no aportar a la transformación de estos lugares en espacios de restitución de derechos. Es favorecer el plan de gobierno y las clases dominantes en hacer desaparecer instituciones en donde los pibes son asistidos por trabajadores y pasarlos directamente a lugares con presencia de fuerzas de seguridad con carácter netamente penitenciario.

Es material y concreta la lucha abierta y sin tregua con el gobierno provincial, de los trabajadores del CREU de Lomas. En innumerables ocasiones fue el único vehículo que trajo la ropa de abrigo para los pibes, los colchones nuevos, los insumos para limpieza, los arreglos para el agua caliente, los medicamentos faltantes, la ambulancia, la mejora en la calidad y cantidad de la comida enfrentando negocios espurios, el agua potable, el arreglo del sistema cloacal, las desratizaciones, desinsectaciones, desmalezamiento, el incremento de la cantidad de personal que hace a la mejora de la atención y de las condiciones de trabajo y de vida, aumentos salariales, etcétera. Sólo la voz del operador de niñez del CREU de Lomas es la que sigue denunciando que los pibes hace tiempo que no cuentan con teléfono ni un espacio digno para realizar los llamados a sus familias.

También en la Casa de Abrigo Sur venimos logrando algunas mejoras en las condiciones de habitabilidad del lugar, mientras que en el Servicio Zonal fue la organización de las trabajadoras la única que hizo hacer respetar el derecho de lxs más chicxs de contar con la infraestructura y recursos necesarios para atender y resolver los problemas. Fueron las compañeras de las Unidades de Desarrollo Infantil de Rayuela y las Infancias de Don Orione pilares de las luchas en toda la provincia para dignificar esos jardines maternales y a sus trabajadoras e impedir los cierres, que dejarían a muchísimas familias trabajadoras sin ese recurso. Fueron los y las trabajadoras del Programa ENVIÓN los que en condiciones de extrema precariedad y salarios de miseria levantaron la voz contra el uso clientelar que hacían los gobiernos de los pibes más necesitados en nuestros barrios.

Rechazamos la violencia y sobre todo la dirigida a quienes se encuentran en condiciones de mayor vulnerabilidad como nuestros pibes y pibas y no nos dejamos engañar creyendo que la matriz nace de lo que en realidad son algunas consecuencias como lo son los hechos de violencia puntuales. La violencia institucional la ejecuta el Estado y sus funcionarios que condenan a lxs pibxs y lxs trabajadorxs a las peores condiciones de vida, de trabajo, de hacinamiento, de desprotección, de violencia.

Es necesario no conformarnos con la denuncia política, el posicionamiento propio, sino avanzar en organización de todos los sectores que damos pelea por los derechos humanos de manera integral, atando todos sus cabos, por mejores condiciones de vida para el pueblo en general, por la niñez y la juventud, por la escuela pública, la salud pública y los trabajadores y sus hijos, las principales víctimas de un sistema, que más que humano, es salvaje.

TRABAJADORAS Y TRABAJADORES DE NIÑEZ EN

ATE SUR-LOMAS DE ZAMORA Y ATE ALTE. BROWN-PTE. PERÓN



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba