La risa como derecho
El pasado jueves se aprobó la ley provincial para permitir el ingreso de payasos dentro de instituciones hospitalarias y centros de salud, como actividad complementaria a los tratamientos brindados a los pacientes, con el fin de darle lugar a la risa y el arte como herramientas de sanación. Por ANRed
Es muy habitual ingresar a instituciones de salud en donde predominen las gamas grises entre el mobiliario, las tonalidades de la infraestructura y el agregado de los uniformes de los profesionales de atención que allí trabajan.
Años atrás, con arduo trabajo por parte de profesionales de la salud, se comenzó a pensar en maneras alternativas de «curar” a los padecientes sin caer en la sobremedicalización e internación como única solución posible y generando un espacio de atención con mayor «alegría” visual. Esto comenzó a pensarse a raíz de Hunter «Patch” Adams, médico estadounidense especialista dentro del ámbito de Salud Mental, quién, con ayuda de otros colegas investigó e intervino en las prácticas habituales de hospital con la risa como activador del sistema inmune del cuerpo.
En la actualidad, y ya con varios años dentro del ámbito de salud, el «Movimiento payamédicos”, que persigue la linea de Patch Adams y en el cual participan diversos agentes de salud y también estudiantes, no solo de carreras afines, sino también personas que tienen como único fin incentivar la alegría en la vida diaria de los pacientes, al igual que varios otros movimientos, fueron surgiendo dando posibilidad a lo terapéutico a través del arte en todas sus formas.
«Los médicos deben tratar a las personas, no a las enfermedades”, aclaró Adams en su última visita al Hospital Borda de Buenos Aires en Septiembre del año 2013.
Con el crecimiento de este tipo de terapias se fueron formando otros movimientos dentro de Argentina, quizá no con el mismo lineamiento ideológico, pero si con el fin de llevar «alivio” a través de visitas semanales a aquellas personas internadas dentro de los diferentes espacios de salud. Estas prácticas, a pesar de su carácter científico ya que han sido estudiadas y validadas como positivas a la hora de que el paciente no solo se piense como portador de enfermedad sino también como sujeto ligado a la expresión y el arte, muchas veces han sido frenadas por las diferentes instituciones ya que muchos profesionales de la salud no las consideran relevantes en la vida de los pacientes, sino mas bien un obstáculo. Muchas veces también se ha negado el acceso de los «doctores de la risa” por no responder a pedidos, por parte de directivos de hospitales, a la línea política que estos persiguen dejando, una vez mas, relegado al paciente sin brindarle posibilidad de mejora a través de tratamientos que no solo respondan a la medicalización del mismo.
«No es una enfermedad mental lo que nos afecta, es un sistema que nos está dañando y necesitamos cambiarlo”, apunto también Patch en el Hospital Dr. José T. Borda cuando visitó a los pacientes del lugar brindando un espacio artístico y reflexión.
Hoy, con una ley que entiende al payaso de hospital como aquella persona especializada en el arte clown quien cuenta con las condiciones y la formación necesarias para desarrollar su tarea dentro de instituciones de salud, se busca mejorar la vida de los pacientes entendiendo que la condición de «enfermedad” no limita a los mismos y estos pueden desarrollar un proceso de resiliencia a través de la risa como terapia.