Ibarra amenaza con desalojar el barrio Rodrigo Bueno por decreto
Ante la negativa de los vecinos a abandonar el asentamiento de Costanera Sur el gobierno porteño amenaza con expulsarlos por decreto. Son más de 400 las familias que quedarán en la calle. Quieren desalojarlas para construir el primer barrio cerrado de Buenos Aires.
Luego de varios meses de resistir las presiones para abandonar el barrio, los vecinos de la Villa Rodrigo Bueno se pusieron nuevamente en alerta. La Secretaría de Desarrollo Social que dirige el Vicejefe de Gobierno, Jorge Tellerman, entregó a los delegados de la villa el texto del decreto de desalojo que firmará Aníbal Ibarra. Allí se sostiene que el asentamiento «no posibilita el pleno desarrollo ambiental» y que «impacta negativamente en el ecosistema» de la Reserva Ecológica. Con ese argumento ambientalista se busca esconder el verdadero objetivo de la erradicación: la construcción del primer barrio privado de la ciudad, que costará más de 500 millones de dólares.
El pasado domingo 7 de agosto los delegados de la villa convocaron a una asamblea para informar al resto de los habitantes del lugar sobre el decreto y organizarse ante un posible desalojo. Allí se acercaron brindar su apoyo referentes de otros barrios que ya pasaron por esa situación. «En Villa 31 quisieron hacer lo mismo» comentó un integrante del asentamiento de Retiro y agregó que «los que agarraron la plata terminaron bajo el puente de la Juan B. Justo». Todos los participantes coincidieron en que los subsidios del gobierno son una burla y no garantizan el acceso a la vivienda para nadie. También rechazaron el argumento «ecologista» con el cual se los acusa de no permitirle disfrutar del medio ambiente a los habitantes de la ciudad. Afirman que la Villa Rodrigo Bueno existe antes que la Reserva Ecológica y que poco le importa al Gobierno de la Ciudad el impacto ambiental que producirá el barrio Santa María del Plata, que se levantará en los terrenos de la ex Ciudad Deportiva de la Boca.
Aníbal Ibarra ya había mostrado sus intenciones cuando a fines del 2004 vetó un proyecto para urbanizar la villa. Desde entonces, el gobierno porteño bloqueó toda iniciativa que permitiera mejorar las condiciones de vida en el lugar. Pretende así forzar a las familias a aceptar los subsidios mínimos que ofrece desarrollo social. No se habla de relocalización ni de entrega o construcción de viviendas. Hasta ahora la táctica oficial apunta a negociar individualmente con cada familia para impedir cualquier acción conjunta del barrio.
Los delegados denunciaron que en la oficina operatoria que instaló el gobierno en el barrio trabajan psicólogas que «buscan meter miedo y dividir a las familias». También consideraron discriminatorios los argumentos del decreto. «Nosotros también somos habitantes de la ciudad» declaró Marino, vecino y delegado del barrio. «Sienten vergüenza de nosotros, por eso quieren erradicarnos con engaños y mentiras», agregó. Para los habitantes de la Rodrigo Bueno el gobierno se burla de ellos cuando reconoce que «ven menoscabado su derecho a la vivienda digna» y, al mismo tiempo, les impide acceder a ella. Quieren quedarse en el lugar donde levantaron sus casas, que se les garantice el acceso a los servicios esenciales y poder emprender un proyecto de autoconstrucción.
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