19/10/2014

Volver a desaparecer a Luciano Arruga

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Luciano Arruga, desaparecido durante 5 años y 8 meses, vuelve a desaparecer en las coberturas de algunos de los principales medios masivos: ya no es un emblemático desaparecido en democracia, ahora sólo es una víctima de un accidente, atropellado por un automóvil en una avenida. De cómo la desaparición de un joven pobre y marginado sólo es noticia de tapa si viene en el envase morboso y espectacular de un cuerpo enterrado como NN. Por Fernando Ruffa (ANRed).


El pasado viernes 17 de octubre, que estaba destinado a ser simplemente el comienzo de otro plácido fin de semana y la conmemoración histórica del Día de la Lealtad Peronista, se reconvertiría en el día en que uno de los casos más emblemáticos de desapariciones de personas en democracia en los últimos años daría un giro inesperado, con la aparición sin vida del cuerpo de Luciano Nahuel Arruga, desaparecido durante 5 años y 8 meses. Tiempo durante el cual los amigos y familiares del joven, junto a organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, políticas, estudiantiles y medios alternativos, organizaron jornadas y actividades de difusión pidiendo por su aparición con vida, como también se viene haciendo con el pedido de aparición de Jorge Julio López, desaparecido hace 8 años, y de tantos otros casos similares.

Ya varios medios masivos se habían adelantado torpemente al pedido de cautela y respeto, sin esperar a la conferencia de prensa de los familiares y amigos, saliendo con la primicia en sus pantallas y portales: «Apareció muerto Luciano Arruga» . Fue el caso de las señales informativas de cable TN y 26 TV, que parecían disputarse segundo a segundo quien daba a conocer más primicas sobre sobre la novedad. La desaparición, luego devenida en muerte, de un joven pobre como mercancía informativa espectacular sujeta a las reglas del «rating» y la «primicia ya!».

Los familiares se encargaron en la conferencia, a través de Vanesa Orieta, de poner las cosas en claro: «La voz oficial está acá, no en otro lugar”.

Los medios comunitarios, alternativos y populares, como es costumbre, respetaron el pedido de la familia de Luciano. No es casual que, de hecho, los familiares y amigos de Arruga hayan creado hace poco su propio medio alternativo, Radio Zona Libre – que integra la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) – para poder a dar a conocer su voz, la misma voz que la gran mayoría de los medios masivos se encargaron de invisibilizar o cubrir de forma marginal durante éstos últimos 5 años y 8 meses. Pero hoy es tapa, porque «garpa» la noticia.

Pero no se quedaron ahí los principales medio masivos, y el sábado 18 desde temprano redoblaron la apuesta: una cobertura morbosa y desvirtuada del caso.

Caso resuelto: fue un accidente de tránsito

«Mi mamá todavía tenía la esperanza de encontrar vivo a Luciano», es el título de una nota de Clarín, ubicada estratégicamente al lado de otra que analiza: «Cómo los argentinos narran a mamá», a tono con las vísperas del día de la madre. Destacarían – certeramente – el aspecto sentimental y emotivo de la jornada: «Vanesa pudo hablar, pero su mamá no: tenía los ojos brillosos y la mirada perdida, y se desmayó antes de que terminara la conferencia».

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Con gran claridad Vanesa Orieta, hermana de Luciano, anticiparía en la conferencia de prensa lo que luego varios medios harían: «ustedes pueden informar que fue un pibe que cruzó la autopista y lo atropelló un auto y ya. Pero van a estar mintiendo. Porque la familia denunció que hubo acoso policial. Que está confirmado que el 22 de septiembre de 2008 fue víctima de una golpiza. Y que cuando mi hermano desaparece, hubo peritajes positivos que arrojaron que Luciano había estado en un patrullero, había estado en un descampado, que los patrulleros se salieron de la cuadrícula. Esto no cierra con un pibe que cruzó la autopista. Hay que saber la verdad”.

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Para Clarín, en su versión digital, el caso ya está resuelto, alineándose sin dudas con la versión del peritaje oficial. Apelando a su vieja y conocida fórmula de construir sus noticias comenzando con el «Ahora…», los creadores de «La crisis causó dos nuevas muertes» dieron su punto final: «Ahora el caso tuvo un giro inesperado y revelador: ayer se descubrió que el adolescente fue atropellado por un auto el día de su desaparición y que tres días después fue enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita (…) El caso era hasta ahora un emblema de las peores prácticas de la Policía Bonaerense. Antes de su desaparición, Luciano había sido detenido sin motivo por agentes de Lomas del Mirador (La Matanza) en al menos dos oportunidades y había sufrido apremios ilegales. Pero ayer su familia fue informada por la Justicia de que su final habría sido ajeno a todo esto

Caso cerrado. El de Luciano «era» hasta ahora un emblema de las «peores prácticas» de las instituciones y políticas represivas del estado, o del maltrato o ninguneo de las políticas e instituciones del estado hacia los jóvenes pobres. Ya no, porque su final fue «ajeno a todo esto».

Al final de la nota, el «gran diario argentino» le dedica dos párrafos a las «pequeñas» dudas de la causa: cómo llegó Luciano ahí; la sospecha sobre un puesto policial que hay cerca del lugar donde supuestamente fue atropellado; porqué los perros rastreadores en su momento marcaron que Luciano había estado en el destacamento de Lomas del Mirador, en un patrullero y en un predio cercano. Pequeñas dudas nomás. Por eso Clarín le dedicó el final de la nota.

Cualquier estudiante de periodismo de cualquier facultad sabe que la jerarquización de la información no es inocente y que si algo importante está al final, es que se lo está ocultando o minimizando.

La Nación aprovechó la novedad y la usó para marcar contradicciones internas hacia dentro del kirchnerismo. Se sabe públicamente que Verbitsky es asesor y allegado al círculo íntimo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En este sentido, remarcaron el «silencio del gobierno ante la crítica del CELS», destacando que «anoche sólo hubo un breve comunicado dado a conocer por el vocero de la Gobernación» y que «ningún funcionario de primer nivel bonaerense quiso ayer formular declaraciones». El diario, conocido opositor al gobierno kirchnerista, también informó que según sus fuentes pudo comprobar que «tras la noticia de que el cuerpo de Arruga apareció en una tumba NN, los teléfonos del Ministerio de Seguridad bonaerense no dejaron de sonar«. También apuntó contra el ministro de Seguridad, Alejandro Granados, quien «ayer tampoco prefirió hacer una declaración sobre el tema».

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Y en un intento de sumarse a la marejada de los principales medios, confunde deliberadamente la exposición del CELS con la versión oficial, como si fueran una e indiferenciada: «Según lo que pudo reconstruir el CELS, que representa legalmente a la familia de Arruga, el adolescente intentaba cruzar la avenida General Paz, desde la Capital hacia la provincia, a la altura de Emilio Castro, cuando fue embestido por un automovilista. El conductor, de 21 años, llamó al 911 y una ambulancia del SAME trasladó al adolescente al hospital Santojanni, donde falleció».

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Por su parte, Infobae se sumó a la versión oficial dándola por cierta titulando: «Luciano Arruga fue atropellado el día de su desaparición y enterrado como NN». En otra nota titulada «Qué determinó la autopsia que le realizaron a Luciano Arruga en 2009» detalla que «los médicos resolvieron que falleció por múltiples traumatismos a causa del accidente. No hallaron signos de tortura en el cuerpo, pero exhumarán el cadáver para determinar si había otras lesiones». Aunque con más cautela luego en otra nota señalaría que «para la familia de Arruga y para el CELS, el caso no está cerrado».

Ninguno de estos medios destacó ni puso en el mismo nivel la versión oficial con la contrapuesta que sostiene el cuerpo de abogados que acompaña a la familia. O desvirtuaron sus declaraciones para hacer un uso político de las mismas.

Tampoco destacaron que la Morgue Judicial, a través de un comunicado del Ministerio Público, informó que el Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial asegura que dos meses después de la desaparición de Luciano Arruga informó que en la morgue de la Capital Federal no se había recibido a nadie con las características Luciano, desaparición de la que recién toma noticia por la denuncia radicada el 31 de enero de 2009 por la madre de Luciano, Mónica Alegre, quien aportó «sus características personales, como la vestimenta con la cual fue visto por última vez».

Los que ni, los que sí y los de siempre

Luego están los semi indiferentes con el caso, como el Cronista Comercial, que sólo le dedicó una nota de 5 párrafos en su sitio titulada «Hallan sin vida a Luciano Arruga y apuntan contra la policía bonaerense», y en la que al final también confunde – como hizo La Nación – la versión oficial con la voz de los familiares, como si fueran una, aportando a la confusión en un tema de por sí ya complejo y confuso, y aprovechando para cargar las tintas contra el gobierno nacional.

Página/12, Crónica, Ambito financiero, Infonews y Diario Popular se diferenciaron del resto, en el sentido de darle más relevancia a las sospechas y denuncias de la familia y el CELS, destacando que el caso no está cerrado, que el Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial asegura que cuando se comunicaron con la morgue porteña para consultar por el joven le negaron haber recibido un cuerpo con sus características, y que sigue abierta la investigación, además de destacar que tanto Verbitsky como Vanesa Orieta apuntaron contra la «desidia» y el abandono del estado, y las múltiples irregularidades en la causa

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En algo coinciden casi todos y es que si bien estaban todos presentes ayer en la conferencia de prensa, la mayoría no le brindó en estos 5 años y 8 meses que se encontraba desaparecido Luciano, el espacio suficiente en sus páginas o sitios, o sólo lo hacían de forma marginal, teniendo en cuenta que era, por las circunstancias del caso, emblemático en cuanto a lo que desaparición forzada de personas en democracia se refiere.

Está clara la intención informativa de los principales medios masivos, aquellos que llegan a la mayoría de la población por sus diarios, sitios, radios y TV´s, los famosos «formadores de opinión». Se posicionaron rápidamente del lado de la versión oficial, desvirtuando, cuando no ninguneando o confundiendo, la versión de la familia y el CELS, y dando a entender que el caso ya está cerrado. Los medios de (in)comunicación de esta forma se convierten en virtuales «desaparecedores» de la víctima: Luciano se convierte así en simple víctima de tránsito, y deja de ser otro desaparecido en democracia.



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