08/01/2005

Marcha en conmemoración de las luchas obreras de 1919

A 86 años de las jornadas que culminaron con un saldo de 500 obreros asesinados, la convocatoria se realizó bajo el lema «Los crímenes de una clase, la vigencia de una lucha».


Cerca de 500 personas, entre organizaciones sociales, movimientos de desocupados y partidos políticos, se movilizaron en memoria de los hechos de la Semana Trágica, ocurrida en 1919. La marcha partió a las 18:15 horas de Amancio Alcorta y Pepirí hasta la plaza Martín Fierro, donde las organizaciones convocantes hicieron llegar sus adhesiones y dieron lectura del documento elaborado en conjunto. El acto finalizó cerca de las 20:30 horas luego de la puesta en escena del «Grupo Boedo», que llevó adelante una obra de teatro con una temática de la época.

«Lo importante es que después de 86 años la construcción de la memoria pasa por recuperar los valores de aquel entonces, solidaridad de clase, acción directa y unidad en la lucha», señaló Javier, uno de los participantes de la convocatoria. Por otra parte, Mario de la Agrupación Ventarrón, manifestó:»La marcha se realiza desde hace siete años y esta
realidad es muy parecida a la de ese momento, tratamos de luchar por las reivindicaciones de ayer y de hoy».

Los sucesos de la Semana Trágica se dieron en el marco de un fuerte plan de lucha llevado adelante por los trabajadores de los talleres Vasena, quiénes peleaban por la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas, mejoras salariales y descanso dominical. Piquetes en las fábricas, actos de sabotaje contra las empresas, barricadas en las calles y otros métodos de acción directa fueron la respuesta de los trabajadores para conseguir las reivindicaciones por las que peleaban. La represión, ordenada por el Presidente radical Hipólito Yrigoyen, dejó un saldo de 500 obreros muertos y más de 20.000 presos durante las jornadas del 7 al 13 de enero de 1919.

Entre las organizaciones presentes se encontraban el MTL(Movimiento Territorial de Liberación), el Polo Obrero, el Partido Comunista, Espacio Asambleario Parque Patricios, la OSL(Organización Socialista Libertaria), Asamblea Popular Plaza 1º de Mayo, MUP(Movimiento de Unidad Popular), Red
Libertaria, Agrupación Ventarrón, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Asamblea «El almacén» de San Cristóbal y Asamblea de Almagro de Corrientes y Ángel Gallardo.

Semana del 7 al 13 de enero: los hechos

Desde hacía un mes, los 2000 obreros de los Talleres Metalúrgicos Pedro Vasena(de capital argentino británico)se encontraban en una dura huelga contra la patronal. Sus reivindicaciones eran las siguientes: aumentos de salarios, reducción de la jornada de 11 a 8 horas, descanso dominical y la reincorporación de los delegados despedidos desde el comienzo del conflicto.

El 7 de enero por la tarde se dirigían varias chatas con materia prima a la planta de Vasena, ubicada en Pepirí y Santo Domingo, en el barrio de
Pompeya, conducidas por carneros contratados por el sindicalismo amarillo y católico de la Asociación del Trabajo y rodeados por un cordón policial que les servía de escudo. Al llegar a las calles Pepirí y Alcorta son detenidos por un piquete de huelguistas.

Al no detenerse, los obreros, que estaban acompañados por mujeres y niños, comenzaron a tirarles piedras. En ese momento la Policía que hacía de custodia carga contra los manifestantes, librándose un combate desigual por casi dos horas. Cuando termino el choque se pudo observar el resultado: sobre el pavimento estaban los cuerpos de cuatro obreros muertos y más de treinta heridos, algunos de los cuáles fallecieron horas
después.

Fue la gota que rebalsó el vaso. El mismo día 7 la Sociedad de Resistencia Metalúrgica y los obreros marítimos van a la huelga. Al día siguiente, en la reunión de su Consejo Federal, la Federación Obrera Regional Argentina(FORA)del V Congreso declara para el día 9 la huelga general activa, con actos relámpagos y piquetes de trabajadores para asegurar el total acatamiento de la medida y acompañar los féretros de los obreros asesinados por la Policía.
La FORA del IX Congreso, tras algunas dudas, llama al paro pero sin actividades de agitación.

El día 9 la ciudad amaneció paralizada, sobre todo en los barrios populares del sur, virtualmente tomados por los grupos de huelguistas organizados en torno a sus sindicatos, a los que se les sumaba espontáneamente cientos de hombres, mujeres y niños.

En las puertas de la fábrica Vasena y en las calles adyacentes los obreros bloquearon la entrada y salida de la misma, levantando decenas de barricadas. En el interior de la empresa permanecieron encerrados varios
miembros del directorio, miembros del sindicato amarillo y delegados de la FORA del IX, que estaban negociando algún tipo de acuerdo con la patronal.

A las 15 horas partió desde el barrio de Pompeya el cortejo fúnebre de los obreros asesinados el día 7, compuesto por 15. 000 personas. A la cabeza marchaba un grupo de militantes que actuaría como autodefensa. Tres horas más tarde el cortejo llegaba al cementerio de la Chacarita. Detrás de los muros se encontraban agazapados policías y bomberos fuertemente armados que comenzaron a disparar contra la multitud. La
desesperación se apoderó de los manifestantes. Sólo el grupo de autodefensa, más algún que otro obrero que había llevado su revólver, se plantaron, rodilla al piso, intentando defender al resto de la gente. La
provocación terminó con un saldo de más de 50 muertos.

Cuando se difundió la noticia se desató la furia popular. Varios grupos de trabajadores comenzaron a disparar a comercios, comisarías y asaltar armerías. Esa noche el Presidente radical Hipólito Yrigoyen dio
la siguiente orden: por primera vez el ejército, comandado por el General Dellepiane, sería el encargado de llevar adelante la tarea de reprimir.
Durante la noche se produjeron decenas de enfrentamientos contra la policía, ya no como respuesta a la represión sino con un alto espíritu
ofensivo, llegando incluso a atacar comisarías y liberar detenidos. La huelga general, con la FORA del V y los anarquistas como vanguardia, había evolucionado en claras situación insurreccional, aunque se notaba la falta de una estrategia clara que posibilite la incorporación de un número mayor de trabajadores al enfrentamiento.

Durante el día 10 la huelga se mantuvo total y continuaron los enfrentamientos y la generalización de las barricadas.

Pero dos elementos se incorporaron a la dinámica de la lucha. Por un lado el Gobierno convoca y comienza a negociar en secreto con la FORA del IX el levantamiento de la huelga, presionando también a Pedro Vasena para que acepte alguna de las reivindicaciones obreras. Por otro lado, se focaliza e intensifica la represión contra la FORA del anarquista del V.
En ese entonces, es que hace su aparición la Liga Patriótica, un grupo de «ciudadanos defensores del orden», formado por empresarios, militares y «niños bien», que contó con la bendición de la Iglesia, el Gobierno radical y fue conducido por el político conservador Manuel Carlés, junto al Almirante Domeq. Este grupo se lanzó a la caza de cuánto «judío y
maximalista» encontraba, asesinando y entregando a la Policía a cientos de militantes obreros, quemando locales y saqueando bibliotecas e imprentas.

En medio de la represión militar, la FORA del IX declaró el levantamiento de la huelga quebrando la unidad de acción callejera que se había gestado hasta el momento.

El día 11, de todas formas, la mayoría de las bases de la FORA del IX no acató la consigna y no concurrió a trabajar. Hasta el día 13 la FORA del V mantuvo la huelga, en medio de la represión y más de 20.000 personas detenidas durante los días 10, 11 y 12, junto con el asesinato de 500 luchadores.

Fue una derrota táctica significativa, pero con grandes enseñanzas estratégica de experiencia y acumulación popular.



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