14/12/2004

120 trabajadores de Bagley fueron despedidos tras el cierre de la planta en Barracas

La tradicional fábrica alimenticia de galletitas Bagley Danone-Arcor cerró el sábado pasado la planta ubicada en el barrio de Barracas y dejó sin trabajo a 120 obreros. Desde el lunes, los trabajadores están en las puertas de la fábrica para pelear sus puestos de trabajo. Hoy tienen audiencia con el Jefe de Gabiente del Ministerio de trabajo.


Sin previa antelación, los trabajadores fueron despedidos después, en un día normal de jornada. Luego de recibir los telegramas, con fuerte presencia de seguridad privada, los trabajadores tuvieron que retirar sus pertenencias. «Algunos de los que participaron en las últimas elecciones sindicales en las que ganó la oposición a Daer, fueron custodiados como delincuentes hasta ser llevados fuera de la planta», expresaron los trabajadores.

Desde el lunes pasado, los obreros instalaron una carpa en las puertas de la fábrica ubicada en Montes de Oca al 200 como medida de rechazo a los despidos y el intento de cierre de la fábrica hasta que su estabilidad laboral esté garantizada en Bagley.

Cientos de trabajadores ocupados y desocupados, organismos de derechos humanos, vecinos, estudiantes y organizaciones sociales y políticas se acercaron para solidarizarse con los trabajadores y gracias a ello lograron acordar una audiencia en el Ministerio de Trabajo con el Jefe de Gabinete de esa cartera.

El delegado de los trabajadores, Horacio Villar, expresó que estaban esperando la decisión del Ministerio de Trabajo para que deje sin efecto las cesantías, al tiempo que reclamó la ayuda del sindicato de la Alimentación, al que están afiliados. «Nadie del Sindicato se comunicó con nosotros, esperamos que venga, nos apoye, que ponga la cara, cuando nunca la dio: que aproveche ahora para darla», puntualizó Villar.

Por citación del Ministerio, estarán presentes la patronal y el sindicato de la alimentación. «Este mismo Sindicato es cómplice de la situación que estamos viviendo porque no sólo no ha hecho nada antes sino que ahora pretende desentenderse del cierre de nuestra fuente de trabajo y hasta ya considera la fábrica cerrada. Es necesario que Daer convoque a un paro del gremio en apoyo a nuestro reclamo («¦) «En estos años hemos pasado preocupaciones por nuestra estabilidad laboral y hemos perdido conquistas laborales por desidia de nuestro gremio que nos fue quitando beneficios en beneficio de ellos», enfatizaron los trabajadores.

Asimismo desde la concentración del lunes, los trabajadores son apoyados por las comisiones internas de delegados de las fábricas de la alimentación como Terrabusi, Stani y Pepsico, miembros de la lista Celeste y Blanca opositora a Daer en el gremio.

Desde hace meses la empresa viene amenzando con el cierre de la planta, repitiendo lo mismo que ocurrió con Canale y Chocolates Aguila, emblemáticas para la zona sur de capital y el conurbano.

Danone-Arcor, desde su fusión y la adquisición de Bagley, logró posicionarse de manera hegemónica (superando a Terrabussi-Kraft) como la primera empresa de galletitas líderes en toda Latinoamérica, con más del 40 por ciento del mercado cuya facturación asciende cerca de 300 millones de dólares. Por el contrario, una de las versiones del cierre de la planta se debe a su traslado a la provincia de San Luis para abaratar costos y maximizar la fabricación.

El grupo Danone de capitales franceses llegó al país recién en noviembre de 1994, cuando por 240 millones se quedaron con el 51 por ciento de Bagley (el resto de las acciones de esa compañía se reparten entre la Bolsa y los anteriores dueños, la Fundación Pedro Masoteguy).

Según datos oficiales, los oligopolios en la alimentación en Argentina, está haciendo enormes ganancias: la producción de estas empresas creció más de un 11 por ciento en el mes de julio. Desde la devaluación, los trabajadores de la alimentación aumentamos la productividad en un 23 por ciento, y el poder de compra de salarios cayó más de un 20 por ciento.

Desde los noventa, las multinacionales son mayoría en la cúpula de las 500 principales empresas del país, luego de adquirir algunas de las grandes firmas locales y concretando despedidos a más del 25 por ciento del personal en los últimos años. Además de la expulsión de gran parte de la masa trabajadora y las cifras millonarias de sus ganancias, las transnacionales utilizan más capital intensivo que empresas argentinas de similar tamaño: por cada millón de dólares de inversión, crean sólo 2,8 puestos de trabajo, la mitad que sus pares de propiedad local, además de importar insumos principalmente desde su país de origen. En tanto que por cada dólar de ganancia de la filial en el país, alrededor de 70 centavos son remitidos a la casa matriz. Aunque el beneficio de la devaluación para estas mega-corporaciones surta efecto en utilizar materias primas y bienes intermedios locales, no deja de ser una dinámica del sector la fuga de capitales.



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