25/11/2004

Osvaldo Bayer:»Tenemos este ejemplo que es Zanon, que hay que defenderlo a muerte».

Osvaldo Bayer presidió, el lunes pasado, el espacio que los obreros de Zanon organizaron en el acampe frente al Congreso para que distintas fabricas ocupadas relataran e intercambiaran sus experiencias. Todas juntas van por una ley de expropiación definitiva.


«Aquí no puede venir el Señor Sobich a decir que no se produce nada, eso lo dice porque quiere terminar con este verdadero ejemplo de dignidad», fueron las palabras con las que el historiador Osvaldo Bayer, comenzó la charla. «Han aumentado de la nada, la producción a 360 mil metros. En las empresas privadas no pasa eso. Esto es lo que a uno le da ganas de vivir. Tenemos la capacidad de producir. Zanon es un ejemplo absoluto en este sentido». De esta manera dio comienzo a la mesa-debate sobre empresas recuperadas que el lunes a las 18.30 se realizó en el acampe que desde el viernes 19 los obreros de Zanon montaron en la plaza de los dos Congresos. Cerca de 400 personas escucharon su voz pausada cuando hizo un recorrido histórico de las luchas del movimiento obrero.

Relató el famoso primero de mayo en el que gran parte de los obreros de Chicago dejaron sus vidas exigiendo la jornada laboral de ocho horas.»Los trabajadores querían ocho horas para después poder gozar de la cultura, leer, amar a sus mujeres, y los ahorcaron, los ahorcaron». Luego, se remitió a la historia argentina recordando a la semana trágica. «Los obreros en vez de levantar la bandera argentina, levantaban las banderas rojas y fueron apresados, y muchos otros fueron fusilados. Pero los ignorantes no sabían que la bandera del sindicalismo era roja» ironizó Bayer y luego agregó: «El caso de Zanon es como volver a esos tiempos, a ese espíritu solidario entre trabajadores, todos para todos y ellos, encima producen esa maravillosa cosa que es producir ellos mismos. Tenemos este ejemplo que es Zanon, que hay que defenderlo a muerte».

Zanon, presente

Tras un fuerte aplauso de los presentes a manera de agradecimiento por apoyar la jornada de los ceramistas, Bayer cedió el micrófono a Francisco Morillas, coordinador del área de producción de Zanon, quien en pocas palabras narró, cómo llevaron adelante tamaña envergadura. El primero de octubre de 2001 cuando el turno de la mañana llega a la planta, ve que el turno noche estaba afuera de la fábrica. Los compañeros le comentan que el dueño decidió cerrar la planta porque había dejado de ser rentable y ya había comenzado a apagar hornos. Ambos turnos esperaron en las puertas a que llegara el turno de la tarde e hicieron una asamblea masiva y deciden quedarse hasta volver a trabajar de nuevo, pero sin querer la próxima vez, sería bajo control obrero. Hasta esa fecha nunca hicieron un corte de ruta pero la necesidad los llevó a salir a la calle.

«Imprimimos panfletos para informar a la comunidad sobre la situación en la estábamos. Muchos de mis compañeros fueron a hacerlo a la universidad, otros repartieron en la ruta y tuvimos que empezar a pedir alimentos y armar un fondo de huelga para poder sostener el proceso».

En marzo de 2002, finalmente, en asamblea, deciden ingresar a la fábrica y tratar de poner en funcionamiento la maquinaria. En esa oportunidad 60 trabajadores se alejaron de la lucha, mientras que los 260 restaban rompían las cadenas de los portones.

Así comenzaron a producir con insumos que habían quedado dentro de la planta. Con ellos alcanzaron para hacer 10 mil metros de producción que luego vendieron en la puerta de la planta. En estos tres años ascendieron a 360 mil y abrieron casi 190 puestos de trabajo que fueron dados a desocupados, hijos de ceramistas, ex trabajadores de cables Vision, mapuches y discapacitados. Hoy mensualmente venden 270 mil metros. «No fue fácil. No sabíamos como se compraba la materia prima. Tuvimos que pasar por varias formas de organización hasta que encontramos la acertada. La venta era un trabajo enorme. De muchos lados nos corrieron. Pero ahora somos todos iguales, decidimos todo y todos, ganamos todos lo mismo y es tan importante el que barre como el secretario». Sin embargo hoy lograron más que eso. Lograron que la comunidad neuquina sienta que Zanon es del pueblo. Así, realizaron un sin fin de donaciones a hospitales y escuelas. Además crearon un centro de salud en un barrio, entre otras cosas. Los ceramistas transformaron a Cerámica Zanon en una fábrica de producir para la comunidad.

A más de tres años de labor auto-gestiva, el poder judicial se empeña por lo reconocer la labor de los obreros, pese a haber decretado el lock out ofensivo, la remoción del directorio por ocultamiento de balances y hace poco decretó la quiebra personal de Zanon. Al presente les pesa una orden de desalojo con pedido expreso, de la Jueza Ana Lía Zapperi de Busechián, a la gendarmería si es necesario para rematar las maquinarias de una deuda con el IADEP que Zanon contrajo durante su gestión. Dicha orden se suma a cinco anteriores.

Frente a ello Francisco expresó «la legalidad de esta justicia hija de puta es amparar a los empresarios y atacar a las universidades para que después con la ignorancia se aprovechen de nosotros». Frente a eso Chaplin, obrero de Zanon agregó que la fábrica es una escuela abierta para quien quiera visitarla. «Zanon es un ejemplo chiquito de lo que se puede hacer, de lo que puede hacer la clase trabajadora. La clase obrera puede generar alternativas».

Otras fábricas, otras voces

Presentes en el lugar en apoyo a los obreros de Zanon, trabajadores de otras fábricas recuperadas relataron la experiencia propia.

La histórica Farmacia Franco-Inglesa surgida en 1923, durante 2000 entró en convocatoria de acreedores. Al año siguiente comenzó a sentirse el peso de tal medida con el no pago de alquiler, a proveedores, cargas sociales. El 30 de agosto pasado, comenzó el proceso de vaciamiento pero los trabajadores evitaron que se llevaran las maquinarias. El 16 de septiembre la policía federal tocó las puertas de la legendaria farmacia con una orden de desalojo del juez Ernesto Boto. Con el apoyo de legisladores, diputados nacionales y personalidades los trabajadores resistieron hasta que el 17 a la madrugada en forma violenta la policía los sacó a la calle. «Hay responsabilidad de todos cuando los trabajadores se quedan sin trabajo. La justicia, el síndico no hacen nada. Exigimos una solución», enfatizó Ricardo Díaz Mendoza, representando a la totalidad de los trabajadores de la Farmacia. Hoy están a la espera de una solución y se lo ve a los mediodías en una mesita frente a la puerta de la Franco-Inglesa recolectando firmas para que la farmacia se declare patrimonio histórico, cuya idea es impulsada por los vecinos. Ya llevan 30 mil firmas recaudadas.

Por su parte, Ernesto Gonzáles de Chilavert reseñó la historia de la imprenta, a la cual ya se le venció el carácter transitorio de la expropiación. «Tenemos que reunir fuerzas para que esto no se venga en contra.» enfatizó Gonzáles. Hace dos años atrás, Chilavert comenzó el proceso de vaciamiento y los trabajadores evitaron que sacaran las maquinarias y al mes la firma quebró. Los once trabajadores lograron la expropiación transitoria por dos años, pero el mes pasado se les venció el plazo. Ahora están gestionando una prórroga y se encuentran a la espera de que este jueves se trate entre los cuatro proyectos presentados sobre leyes expropiatorias la que corresponde a Chilavert. Frente a eso, Gonzáles manifestó: «queremos que salga la ley de expropiación definitiva».

También hizo uso de la palabra, Ricardo Piñeiro, trabajador de Impa, una de las fábricas metalúrgicas pioneras en el fenómeno de empresas recuperadas. Piñeiro centró su exposición en la necesidad de lograr un marco legal. Frente a ello, expresó: «Queremos un marco legal, una ley de quiebras que contemple a los trabajadores. Tenemos todo el marco legal que está hecho para la Argentina. S.A. Esta ley se la pueden meter en el culo».Además mencionó que:» nuestra lucha es similar a todas las luchas. Es la lucha del trabajador argentino. Venimos a acompañar y participar fuertemente de la lucha de los compañeros de Zanon.»

Además expusieron, trabajadores de Brukman, trabajadores del Ferrocarril Roca que fueron despedidos.

A modo de cierre, Bayer se comprometió y comprometió a los presentes a «apoyar esta lucha tan positiva y tan pura». Además invitó al presidente de la Nación a conocer estos procesos y dar una solución definitiva. El mensaje fue claro: «es una cuestión de voluntad». Con esa frase cerró la jornada.



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