12/01/2013

Contra las balas de la policía

briann.jpgLa policía sigue sumando cadáveres ilícitos en su haber, el último caso registrado en Neuquén es el de Brian Hernández, de 14 años, asesinado hace poco por el «resbaladizo» gatillo del agente Claudio Salas. Familiares y organizaciones políticas y de derechos humanos se movilizaron exigiendo justicia. Por ANRed Comahue


El oeste neuquino es conocido por albergar periódicamente casos de violencia policial. En el oeste viven en su mayoría masas trabajadoras de la ciudad capital, sectores marginales y desocupados. Allí, las balas de la Policía de la Provincia de Neuquén resuenen con frecuencia. El último caso fue el de Brian, un chico de 14 años, que junto a sus amigos habían sacado el auto del padre de uno de ellos para dar una vuelta. La policía vio el coche, grito que se detengan, luego disparó sobre la luneta. Brian recibió el impacto en la nuca y sus amigos detuvieron el auto. Hasta el lugar donde el auto dejó de andar fue al cual movilizaron los familiares y amigos de Brian, junto a varias organizaciones políticas, estudiantiles, sindicales y de derechos humanos, para exigir justicia.

La columna caminó varias cuadras hasta llegar al fatídico lugar, el día en que Brian habría cumplido 15 años. Ahí, la mamá, Elizabeth Hernández, expresó palabras de dolor e impotencia: «Brian era un chico con proyectos, quería terminar el secundario para ser guarda parques, pero ahora ya no está porque me lo mataron”. Elizabeth agregó el pedido de justicia por las torturas que padecieron en la Comisaría del Menor los amigos que viajaban en el auto con Brian, de entre 13 y 14 años, y que fueron torturados por la policía luego del mortal disparo.

Brian Hernández

Entre los que tomaron la palabra a continuación estuvo la organización de derechos humanos Zainuco, desde la cual manifestaron la sistemática violencia policial, enumerando casos como el de Cristian Ibazeta asesinado por la policía en centro penitenciario U11 de 24 puñaladas por denunciar a la policía.

A la convocatoria se la mamá de otro chico asesinado recientemente en extrañas circunstancias por agentes oficiales. «A mi hijo me lo mataron y no me dejaron ver el cuerpo por días alegando que las características físicas no se correspondían con las que ellos tenían. Cuando finalmente pude tener acceso vi que era él, pero me lo habían vaciado, me lo devolvieron sin órganos”, dijo entre lágrimas.

Hace poco el asesino condenado del maestro Carlos Fuentealba, Darío Poblete, fue visto caminando libre por las calles de la ciudad de Zapala, provincia de Neuquén. Los asesinos de Cristian Ibazeta, ultimado en el penal U11, no están condenados. Meses atrás, el fin del proceso judicial contra los genocidas de la «Escuelita” dejó absueltos a varios de ellos. Matías Casas, de 19 años, fue fusilado por la espalda por un oficial también meses atrás en Neuquén. Son muchos los miembros de las fuerzas represivas del Estado que caminan libres luego de pertrechar homicidios (incluso en el poder político, como el ex gobernador Jorge Sobisch, responsable intelectual del asesinato de Fuentealba). Mientras tanto se siguen sumando víctimas y familiares del gatillo fácil y otros tipos de violencia policial.

*Foto de tapa: 8300


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