05/03/2007

«Mientras Bolivia no resuelva el problema de la tierra es imposible el cambio económico y social»

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Entrevista a Mario Bustamante, Secretario de Cooperativas y miembro de la Comisión Politica de la Central Obrera Boliviana (COB). Como dirigente sindical de las cooperativas agrarias, con origen en Cochabamba, Bustamante es crítico de la actual política de «reforma agraria». En lo ideológico remonta su formación al marxismo e incorpora elementos de las cosmovisiones ancestrales de Bolivia. Aquí recorre la historia de su país y la actualidad. Por María Silvia Biancardi y Marcelo Maggio.


Venís de un viaje al campo, a zonas productivas. ¿Sobre qué temas estuvieron trabajando?

 Sí, hace poco estuve en un lugar que es el emporio de la producción de la papa, una provincia del departamento de Cochabamba que provee a la mayor parte de Bolivia. Ellos me decían que han tenido que usar abonos químicos y que en este momento están con el problema de que cada vez necesitan más abono para la producción de la papa. La erosión del suelo tampoco se prevee, pues se siembra y se cosecha sin ninguna supervisión técnica. Lo que yo les comenté era que había que sustituir el abono químico por el abono orgánico, insecticidas químicos por orgánicos. Hoy lo que hay que hacer es informar que lo químico tiene consecuencias. En la práctica ya lo están viendo, el abono químico no está dando el resultado que ellos pensaban que les iba a dar. Nosotros hemos hecho una consulta para esta sustitución, pero una parte teme el cambio.

 ¿Son campos comunales?

 Hasta el 52 todo era comunitario, se distribuían por comunidad, como los ayllu y otras formas organizativas originarias. El 52 trajo, a través de la reforma agraria, la parcelación y la titulación, o sea les han dado títulos individuales, aunque en algunos casos también títulos comunitarios. Hace dos décadas había 5 mil ayllus. Un aylu está compuesto por varias comunidades, pero con propiedad común.

 ¿Hay lazo familiar?

 Hay todo tipo de lazos, la vida económica, social, familiar, cultural, es comunitaria. Este tema lo podemos tratar sociológicamente desde el punto de vista marxista. El campesino recibió el título ejecutorial luego del 52. Para muchas corrientes trotskistas, el campesino no es el sujeto de la revolución porque tiene su parcela, tiene su tarea individualista, etc. Esta discusión nosotros en el año 2000 la hemos superado en gran medida, en la batalla del agua. Ese es el punto de referencia para que se ubiquen. Ahí nosotros hicimos un alto en la línea de la lucha social y revolucionaria.

Para una génesis del proceso

Pero esto es algo que sobre todo afuera de Bolivia no se entiende. Lo voy a explicar. En 1532 tenemos la llegada de los españoles y su dominio. Podemos decir que hasta 1825. Desde allí la República, hasta 1952. Luego tenemos otro período hasta el 2000. El primer periodo son casi 300 años de esclavitud colonial. Y quién era la masa en esa lucha por la independencia: los originarios, eran los soldados, eran los que realmente hicieron la guerra, no eran los mestizos. De 1825 llegamos a 1952, que se logra con las «milicias obreras y campesinas». La experiencia campesina es de 1532 hasta 1825. Una acumulación de lucha originaria-campesina. Esta acumulación facilita en Bolivia la guerra de guerrillas que nunca fueron derrotadas. Lógicamente los criollos y mestizos han tenido un papel importante en la conducción, pero no todos. Ahora en 1952 obreros y campesinos logran una revolución porque logran cambiar el sistema económico. Desde 1946 había emergido la federación de mineros, y hay un ensamble de campesinos que venían luchando de cientos de años con los obreros que emergían y que desde 1940 sufrían las masacres. Y la extracción de clase del minero es campesina, pues el campesino va a las minas a trabajar y así se convierte en obrero.

El nacimiento de la COB (Central Obrera Boliviana) en 1952 es el origen de una organización obrera fuerte, rígida. Nacimiento que abre las puertas a una insurgencia comandada por la federación de mineros. Los obreros toman el poder, derrotan por primera vez en Latinoamérica a un ejército regular, pero no lo consolidan. El dirigente máximo, Juan Lechín Oquendo [secretario general de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) desde 1944 a 1987 y de la Central Obrera Boliviana (COB) desde 1952 a 1987. Entre 1960 y 1964 fue Vicepresidente de Bolivia] entrega, traiciona, da en bandeja de oro el poder a la pequeña burguesía. Lo importante para nosotros es el 2000, pero rápidamente, el proletariado, habiendo sido traicionado por su máximo lider, del 52 al 85 conduce la Central Obrera Boliviana con la táctica defensiva-defensiva. Y¿qué es la histórica, gloriosa COB? Bien ya estamos a años de aquello y podemos ver. Gloriosa sí, por los mártires, las caídas, las luchas, pero de las bases, de las masas, no de sus dirigentes. Cuando la acumulación llega hasta el precipicio, se retrocede en la negociación. Y se diluye todo el esfuerzo. Eso es la táctica defensiva-defensiva y eso ha ocurrido.

El proletariado fue derrotado, aniquilado ideológica y políticamente. Y del 85 al 2000 la COB y la clase en general fue engullida, prebendarizada. Su expresión más débil ha estado aquí en esta etapa, por eso es que se ha podido privatizar, se ha podido entregar a las transnacionales las empresas estatales. Son más de 200 empresas.

Los inicios de la ebullición

¿Qué pasa en el 2000? No es la COB de Cochabamba ni ninguna organización la que logra vencer por primera vez a una transnacional y al régimen. Quién. En el amanecer del 11 de noviembre de 1999 se inicia la batalla del agua. El 11 ocurrió que al amanecer se dicta la ley de agua potable y alcantarillado. Ahí estaban vendiéndonos, como estábamos en la etapa privatizadora, de que el agua -un manantial, un río, un lago, todo lo que significa el recurso agua- iba a ser concesionado, privatizado, mercantilizado. Cuando nos damos cuenta de eso, hicimos el primer bloqueo en Vinto, Cochabamba. Lo que sucedía era que desde hacía cinco años querían privatizar el agua. Hubo una marcha de 50 mil campesinos en La Paz para impedirlo, y la archivaron. Y en el 2000 con el título «agua potable y alcantarillado» nos ponen aquello. En el primer bloqueo nos dicen que no es, que nos informemos mejor. En avioneta volantean y dicen que no es la lay de aguas. Esa batalla del agua marca un hito histórico en Bolivia. Hay un antes y un despues.

 ¿Por qué tanta adhesión a esta causa por parte de los campesinos?

 Desde hacía cinco años querían dictar esa ley de aguas que significa privatizarla y mercantilizarla. Esto implicaba privatizar el agua de riego y de los ríos. Y el campesino no puede vivir sin agua para el riego. Para el campesino es vida o muerte. Pero en Cochabamba ocurre algo más. Es la zona más débil respecto del agua. Hay racionamiento del agua, porque no hay agua permanente. Y la gente de la periferia se abastece con agua de turriles. Se transporta como la gasolina en camiones y se vende por turril. El agua en Cochabamba es crucial. El 2000 es el hito histórico donde no es el obrero el protagonista principal, pero entra el obrero.

El pueblo logra organizarse y darse una dirección que desde el primer día por la noche se llamó «Comité de defensa de los recursos hídricos». La preparación y organización dura de noviembre a abril. A través del contrato con Aguas del Tunari que es subsidiaria de la Bechtel inglesa, unos de los dueños del agua del mundo, es que ellos quieren avanzar. Pero el pueblo se organiza y se dota de un órgano de poder que despues de ese comité se llamó «La coordinadora del agua y la vida», que ya es muy conocida.

Pero tenemos un problema que es una crisis de dirección. ¿Por qué fracasa este órgano de poder?, porque no se dotó de un programa. Luego se fractura y lo mantiene Oscar Olivera, porque desde el Norte le dieron un premio de 125 mil dólares con lo que ha hecho una ONG y con lo que se mantiene y continúa. Pero para comprender el proceso es importante ver tanto las fortalezas como las debilidades.

En el 2000, de la guerra del agua, surge el cerco y bloqueo de 3 semanas a La Paz, en donde no llegaban alimentos a la ciudad. Sánchez de Lozada hizo un puente aéreo para tener abastecimiento del interior. En la segunda semana estuvimos reunidos algunos dirigentes, en ese momento yo era dirigente departamental [de Cochabamba]. Estaba Felipe Quispe a la cabeza. A las dos semanas golpean la puerta y nos sorprende gente corpulenta, alta, y nos dicen «apróntense, nombren sus ministros, mañana tomamos el poder». Entonces les pedimos dos horas de tiempo para dialogar entre nosotros y finalmente decidimos decirles que no, que en esas condiciones no podíamos tomar el poder, estaba fresco lo de Ecuador. La posibilidad de tomar el gobierno es relativamente sencilla, el problema es permanecer. Por eso el mérito de este gobierno es el de lograr permanecer un año.

2001 empieza con un Congreso de Unidad que propiciamos en Oruro, la unidad entre Evo Morales, Alejo Véliz y Felipe Quispe, que no asistió. La discusión terminó entre alejistas y evistas con un muerto en nuestra contra, un compañero que falleció pisoteado por los evistas. Sabemos quiénes son, hay un proceso abierto en Oruro que no ha prosperado.

Cerca del 2002 los cooperativistas mineros consiguieron 6 millones de dólares tronando dinamita, marchando y con diálogo. Seguidamente, las compañeras prestatarias, con dinamitas que dejaron los cooperativistas, tomaron la Superintendencia de Bancos. El 30 de julio, el ascenso se expresa en la vía electoral, con esos 37 diputados del MAS y 6 del MIP (Movimiento Indígena Patchakuti). También en 2002 el propio pueblo minero, con 48 heridos, se subleva contra la alcaldía de Huanuni y echa a los 5 concejales.

Es un panorama de ascenso contra el neoliberalismo. Aún con Evo continúa la movilización, continúa el ascenso. Lógicamente hay pequeños reflujos, para tomar aliento, pero en términos políticos es una constante acumulación y retroalimentación de acumulación en la vía electoral y en la vía insurreccional. Pero los bolivianos estamos con la debilidad y la carencia de no poder analizar bien si es un período revolucionario o pre-revolucionario y caracterizar si este gobierno siendo reformista tiene posibilidades de hacer un viraje hacia la izquierda para poder continuar. En general, cuando nos preguntan «¿Evo Morales es amigo o enemigo?», decimos, «el proceso es nuestro, por lo tanto hay que defenderlo y profundizarlo». En lo externo, Evo es antiimperialista, el eje Cuba – Venezuela – Bolivia, que se extienda a Nicaragua y Ecuador está bien, lo apoyamos indudablemente. En lo interno, Evo Morales desde un principio dice «no vamos a tocar la propiedad privada de los medios de producción y vamos a dar la seguridad jurídica a todas las inversiones». Caracterizado así, es difícil tomar una posición, porque si decimos «estamos contra Evo» qué pasaría con las bases, que lo ven como un héroe.

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 ¿Cómo está integrada la COB?

 El gremio fuerte que internacionalmente se conoce como vanguardia son los mineros. En realidad estamos en este dilema de puntualizar si continua siéndolo o ya no. En la anterior reunión del comité ejecutivo de la COB les arrojé esta pregunta a los compañeros y se han quedado medio congelados, políticamente hablando, porque ésta es la pregunta que hay que hacerse. En la COB hay cinco mineros, y el ejecutivo tiene que ser siempre un minero. Somos 39 secretarios, pero el ejecutivo tiene que ser minero. Pero desde la anterior gestión estamos tratando que ese comité ejecutivo nacional sea un cuerpo colegiado, un cuerpo que permita elaborar y discutir las políticas. En mi sector, las cooperativas agropecuarias, el campesinado está dividido. El MAS tiene la masa mayor. La que tenemos en la COB está en una situación de debilidad. Estamos en ese proceso de consolidar un discurso, una línea de acción desde el movimiento campesino, recuperando sobre la marcha su unidad. A su vez desde las cooperativas agropecuarias estamos desde hace tres años tratando de desmitificar lo que es el cooperativismo. Así como también se tergiversó el marxismo, se tergiversó el cooperativismo. La revolución del 52 tuvo un aspecto fundamental para que se pudiese desarrollar el campo. Pensaron en las cooperativas agropecuarias y se dicta en el 58 la ley, pero siempre ha sido boicoteada. Hasta ahora no tiene su reglamento esa ley.

 ¿Se manifiesta en Bolivia el conflicto de interés, en recursos por ejemplo, que hay entre la minería como sector y el campo?

 Sí, por ejemplo hay una empresa, Inti Raymi, que ha explotado oro durante unos 20 años y se ha llevado más de 100 mil millones de dólares. Sabemos por internet que han declarado eso en la bolsa de valores de Londres. Pero aquí dicen que la utilidad ha sido sólo de 10 mil millones. Ellos han dejado «un lago» donde hay más de 600 toneladas de mercurio enterradas. Esto es en Oruro. La auditoría ambiental está parada desde hace cinco años. Nosotros como COB estamos interviniendo porque los campesinos denuncian el nacimiento de los animales con malformaciones. Hasta ahora lo han solucionado comprando a los funcionarios. Desde ya que ese debate está en ciernes, hay contradicciones y nos falta todavía homogeneizar criterios para que el debate tenga resultados.

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 Vayamos a la minería entonces, ¿podés caracterizar algo de lo que sucede en minería, los sectores?

 Hay mineros estatales que dependen de la Conmibol, Corporación Minera de Boliva. Todas las minas en Bolivia están nacionalizadas a partir de 1952, pero esto es así «supuestamente». Con el neoliberalismo se privatiza con contratos de riesgo compartido y las empresas que antes eran mineras nacionalizadas ahora están con «riesgo compartido» con las transnacionales. Esto es, hay una minería privada, que puede ser de magnitud grande, mediana y pequeña. En segundo lugar están las mineras cooperativas. Por último está la minería estatal que es Conmibol. Pero el sector de minería privada tiene una parte grande, con transnacionales; y una parte mediana y pequeña con empresarios bolivianos.

Las contradicciones del cooperativismo

Así como el marxismo fue tergiversado, el cooperativismo a nivel mundial también ha sido tergiversado. El cooperativismo tiene siete principios universales. Uno de ellos decía «neutralidad política, no partido político». A través de este principio añadido por el cooperativismo internacional se ha logrado castrar la esencia, la ideología y la política cooperativista.

Desde 2000 nosotros estamos dándole una batalla a esto. Lenin en 1922 se da cuenta de los problemas en el campo, que había bolsones de propiedad privada campesina, campesinos ricos que ocultaban el trigo. En 1922 se dio cuenta que como estaba irresuelto ese problema la única forma de resolverlo sería decretando -y decretó- que el cambio pacífico dentro del régimen socialista de la URSS, despues de la revolución, que la única forma de que el campesino en áreas rurales avance pacíficamente en la transición del capitalismo al socialismo era mediante el sistema cooperativo. Esto no solamente no lo toman en cuenta nuestros intelectuales, pues viven en la elucubración, y no están inmersos en las bases. Nosotros hemos logrado una inserción en la lucha de clases y estamos viendo cuáles son los aspectos fundamentales para que el proceso revolucionario mundial avance.

Incluso a la luz de la realidad latinoamericana. En Argentina los trabajadores toman una fábrica y la reconvierten y la hacen funcionar. En Venezuela Hugo Chávez acierta en tomar como referencia la ley de sociedades cooperativas de Bolivia y ha dictado el año pasado una ley con su reglamento, y hay allí un movimiento cooperativista. Que es cierto, también se tergiversa. Algunos piensan que el cooperativismo es neutro, que es una meta social sin ideología. El cooperativismo es producto de los socialistas utópicos. Owen es el que logra consolidar la visión cooperativa. Y precisamente antes del marxismo. Estos socialistas utópicos soñaron con combatir ese capitalismo salvaje, tan bien ilustrado en Los miserables de Victor Hugo. Cómo trabajaban en galpones durante 16 horas o más, hacinados, incluso niños. Contra esto es que se propone una forma organizativa social y económica que de respuesta al capitalismo y al individualismo. El primer principio del cooperativismo es el no individualismo. Debe primar lo común, lo comunitario, lo colectivo. Y la esencia se plasma en que la propiedad es colectiva, no es individual. Lenin ve esto con claridad en 1922. Sobre esa base, al volver a reideologizar al movimiento cooperativista creemos que debemos volver a tomarlo más allá de su castración. Hoy en Bolivia las cooperativas telefónicas están intentando comprar el sistema de telecomunicaciones privatizado por el neoliberalismo. Y está sufriendo atentados para que no lo logre. Es una prueba de su fuerza.

Luego de la castración, y ahora con la tendencia de reideologizarlo, el cooperativismo constituiría un sustento político y económico del cambio. Por qué Evo Morales no puede acceder al poder. Poque no maneja el aparato económico. Fencomin (Federación Nacional de Cooperativas Mineras) es una fuerza social, política, que ideológicamente ha sido arrastrada por los partidos neoliberales como el MNR.

 Luego de la marcha de cooperativistas mineros en La Paz en febrero de 2007 escuchamos de parte de sectores de izquierda que Fencomin está manejada por empresarios, pseudo cooperativistas, que manipulan una masa de trabajadores precarios. Fencomin marcó incluso su abierta oposición política a Morales a través de sus discursos. Algunos pedían la cabeza del presidente. ¿Podés hablarnos un poco de este sector minero?

 Hay que saber el origen y el proceso para entender lo que pasa aquí. Del 95 al 2000 los cooperativistas estaban arrimados a los neoliberales. Hablamos de sus dirigentes. De aquí todas esas secuelas que tú marcas, que son unos explotadores, una especie de empresarios. Muchos cooperativistas acá piensan que la esencia es ser una empresa y yuxtaponen el cooperativismo con la filosofía neoliberal. Eso hay que entenderlo.

El movimiento campesino, con los cocaleros, venían de lo contrario, de lo contestatario al neoliberalismo. Nosotros le dijimos a los compañeros que para las elecciones del 2002 y 2005 era un error tener como aliados, sólo por los votos, a las cooperativas mineras.

En 2005 hacen un convenio político antes de las elecciones. Las cooperativas mineras fueron el primer sustento y aliado de fuerza social de Evo Morales. No hay que olvidar que Evo viene del movimiento cocalero. Entonces el MAS y Fencomin habían llegado a un acuerdo de que les iban a dar el ministerio de Minas y algunos diputados en las listas del MAS. En el 2005 hacen el convenio por esa cuota de poder. Fencomin estaba pidiendo desmantelar Conmibol [institución estatal de minería]. Contradictoriamente a la política de no-alianzas del MAS, hacen la alianza porque durante las jornadas de octubre de 2003 las masas empujaron a todos a la unidad. Por arriba no comprendían nada, pero las bases empujaron a eso. Entonces el MAS hace alianza con Fencomin, que viene de una política de derecha, y también con el MSM, Movimiento Sin Miedo, de Juan del Granado, el actual alcalde de La Paz, de derecha. Entonces ellos son los principales aliados que consigió para obtener el 54%.

Por qué después rompen. Aquí aparece la masacre de octubre del 2006, lo que sucede en Huanuni. Se rompe el pacto. Fencomin sale del gobierno y del ministerio de minas. Pero Evo les había dado el ministro y el secretario, y de ahí para abajo era todo del MAS. Entonces el ministro ordenaba y nadie le obedecía. Por eso en Fencomin a los que hicieron el acuerdo con el MAS los han barrido y ya no están.

Hasta este momento Evo Morales simplemente lo que ha hecho es administrar el sistema y administrar el conflicto. No hay un norte de un indicio de cambio real. Es netamente reformista. No pretende ir sobre lo que había dejado planteado la agenda de octubre, que tiene cuatro ejes: uno, la nacionalización de los hidrocarburos sin indemnización e industrialización; dos, recuperar los recursos naturales y las empresas privatizadas; tres, derogar las leyes neoliberales; cuatro, implementación del juicio de responsabilidad a Sanchez de Lozada y sus ministros. Ninguno de estos puntos en este año de gobierno se ha cumplido. No se ha logrado a través de esa ley de nacionalización del 1º de mayo convencer al pueblo, y menos hacerlo en concreto, el decreto de nacionalización de los hidrocarburos, que algunos trataron como insuficiente o a medias, nosotros hemos dicho que ha sido una estafa, una burla y un engaño al pueblo.

 ¿Por qué tuvo el MAS que hacerse cargo de esa agenda, con tantos movimientos en ebullición?

 Porque la clase obrera viene de una derrota en 1985 hasta el 2000 engullida por el sistema. El 2000 hace que el pueblo inicie la ofensiva. A partir del 2000 donde se inicia este proceso que estamos viviendo hasta hoy [febrero de 2007, fecha de esta entrevista], proceso ascendente a través de movilizaciones, de huelgas, de crucifixiones, huelgas de hambre. A través de esto en octubre de 2003 efectivamente se logró acumular todas esas fuerzas y plantear la cuestión del poder. Ahí se armó lo que se ha llamado la «agenda de octubre». El 17 de octubre de 2003 todo el país movilizado logró echar al gobierno de Sanchez de Lozada que fue la expresión máxima del neoliberalismo. En ese momento ocurió que el pueblo no tenía posibilidades de avanzar. No teníamos dirección. Las bases habían rebasado a todas las direcciones y lo único que hizo la COB fue cabalgar sobre la cresta de esa ola. Sin dirección, sin organización, hicimos todo lo posible, intentamos, y yo lo puedo decir, internamente se formaron ocho grupos; cuatro fracasaron y cuatro respondieron a medias en este problema del poder. Pero al no haber una dirección consolidada que pueda determinar la toma del poder, el MAS – que se oponía en ese momento a las movilizaciones, que se opuso y las diluyó – llega a un acuerdo con el gobierno. Tenía en el parlamento 37 diputados (más 6 del MIP), en ese momento no quería que el pueblo tomase el poder, hace sus maniobras en el parlamento y llega a un acuerdo con Carlos Mesa para que se haga la sucesión presidencial.

El primer eje era en ese momento [octubre 2003] «no a la salida del gas por Chile, y tampoco por el Perú. El gas para los bolivianos». De ahí viene en un momento la consigna por la renuncia de Sanchez de Lozada. Él dice que no renuncia y decreta la masacre, y ahí viene el levantamiento real del pueblo y la insurrección, con mucha furia pero sin una real organización y medios como para poder avanzar a tomar el poder. Entonces se diluye. Lo que vemos es una suerte de alianza implícita con la derecha, donde la única forma de frenar al pueblo ha sido presentar y darle la posibilidad de ser gobierno a un indígena.

El problema fundamental de Bolivia es la crisis de dirección. En este momento estamos intentando articularla de abajo hacia arriba desde el 2000. En el congreso de la COB se ha determinado construir un «instrumento político de los trabajadores» que seguramente va a ser un «frente». Nosotros planteamos que sea un «entero político», no un partido, porque el partido aquí es sinónimo de delincuencia, de ladrones desde el poder. De derecha o de izquierda es lo mismo, es lo que significa aquí.

De manera que la COB y organizaciones sociales que nunca hemos estado en el MAS queremos articular y consolidar en el corto plazo ese frente de unidad patriótica, en una concepción de frente único, que esté en contraposición a este frente popular-populista que es el MAS. Y en ese sentido nos interesa la articulación latinoamericana con organizaciones políticas y movimientos sociales, para «construir la unidad», con la premisa de ser flexibles en lo táctico, en las formas, pero inflexibles en los principios, en lo ideológico dentro del campo popular. Es decir que las corrientes deben estar de acuerdo con que se acabe la explotación del hombre por el hombre, que se acaben las clases sociales, y que se instale un nuevo sistema social, económico, político, donde desaparezca el capitalismo y que finalmente construyamos un verdadero socialismo.

El Agropoder como clave de la transformación social

Cuando se habla de «La tierra» se hace referencia a los pocos centímetros del suelo en donde se produce. Territorio significa la pertenencia de lo que está debajo de la tierra y lo que está arriba. La pelea por el territorio es una consigna fundamental en Bolivia. La oligarquía, a pesar del 52, mantiene intacto el latifundio y la explotación de la tierra, que en su mayor parte está ociosa. Hay 32 millones de hectáreas en Bolivia, la mayoría pertenece a cerca de 169 familias, y hay 4 millones de campesinos a los que les corresponde aproximadamente una hectárea a cada uno. Además, el Oriente boliviano produce para la exportación, vía Chile.

Mientras Bolivia no resuelva el problema de la tierra es imposible el cambio económico y social. Lo que promulgamos como COB es la anulación de la ley INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria). Este gobierno lo que ha hecho en diciembre es una simple reforma. Las cooperativas agrarias estamos sufriendo el avasallamiento de comunarios, sindicatos agrarios a nuestras propiedades. En la cooperativa agropecuaria, en la ley de sociedades cooperativistas, dice que su propiedad es inafectable. En el Oriente se han cobijado muchos terratenientes en el sistema cooperativista.

En las periferias de las ciudades viven campesinos que se trasladan por algún trabajo y vuelven para la cosecha: abril y octubre son momentos de transición entre la cosecha y la siembra. Por eso nosotros sabemos cuándo decretar una huelga y cuándo no.

Lo que nosotros planteamos es una revolución agraria. Porque la reforma agraria siempre es en el marco del sistema capitalista, y una reforma no es un cambio. Diseñamos un bosquejo, con todo lo que implica la construcción de un programa. Ese es otro problema para analizar: generalmente hacemos los programas en gabinetes, sin trabajo con las masas y después éstas no cuajan con el proyecto. Trotsky dijo el partido es el programa y el programa es el partido, pero eso es teórico, y sirve, pero nosotros sólo podemos hacer borradores y punteos, pero no podemos atribuirnos lo que digan las bases.

Diseñamos, por ejemplo, qué significa el «agropoder»: hacer que en todo el perímetro de Bolivia establezcamos comunidades productivas que resguarden el propio territorio y no el Ejército, que actualmente sólo custodia una décima parte del perímetro. Con el agropoder se pueden defender las fronteras, por un lado, y por otro establecer soberanía real y control. También establecemos que toda economía se basa siempre en la planificación. Si no hay planificación agropecuaria, que es la que produce las materias primas, no es posible industrializar. Muchos insumos de la industria salen del agro. Chile nos hace dependientes en ese sentido porque abastecen a la industria boliviana de insumos. Desde los ojalillos de los zapatos, cualquier insumo, todo se compra en Chile. Somos dependientes por la CAN (Comunidad Andina de Naciones) y porque Argentina siempre ha mirado del puerto de Buenos Aires para Europa.

Esta problemática de la tierra, con la pequeña reforma de la ley INRA es un fraude, es una decepción. Ustedes han tenido noticias de la última marcha desde el Oriente pidiendo la reforma. A la COB nos preguntaban «¿están de acuerdo con la marcha?». Nosotros decíamos: «valoramos el sacrificio y el esfuerzo que hacen los compañeros pero les sugerimos que cambien el objetivo de la marcha, por la derogación y no la reforma de la ley». Hay 20 anteproyectos de ley para ese cambio.

Asamblea Constituyente

En septiembre de 2003 presentamos una propuesta: que la constituyente debería ser convocada por las organizaciones sociales corporativamente y se llegó a una primera cumbre de organizaciones sociales. Ahí intervinieron 1600 organizaciones de todo tipo desde fabriles hasta estudiantes universitarios y magisterios. Hay 420 mil fabriles, por cada 100 mil ellos eligen un constituyente, eso hemos presentado. Ocho departamentos aceptaron así, un sólo departamento quería el sistema mixto, la mitad corporativamente y la otra a través de partidos políticos. A Carlos Sandy [presidente de la Comisión de Constitución, senador del MAS] le planteamos que la constituyente debería ser corporativa.

Incluso FENCOMIN, CONCOBOL (Confederación de Cooperativas Bolivianas), la Confederación de Transporte y las Fuerzas Armadas pidieron que fuera corporativa y que ellos tuvieran 4 representantes. También la policía quería 2 constituyentes.

Hicimos seminarios a los que lasFuerzas Armadas asistían y decían nosotros estamos de acuerdo con la corporativa, y finalmente Sánchez de Lozada les dijo que no pueden deliberar. Ellos hicieron dos intentos de hacer agrupaciones ciudadanas, pero no han sacado ningún constituyente.

El actual vicepresidente ha reconocido su error en impulsar la Constituyente actual con esa ley de convocatoria a través de partidos políticos, ya que ha rearticulado a la derecha. Tienen 60 constituyentes cuando estaban derrotados. 75 parlamentarios se inscribieron para hablar en pro y en contra de la ley de convocatoria, y García Linera boicoteó la posibilidad, de acuerdo al reglamento de debates. Juntó a los jefes de bancada de los partidos políticos presentes y ahí hicieron el acuerdo, incluso la negociación de esa ley de convocatorias, inconstitucionalmente. Nosotros como COB planteamos la constituyente originaria y popular que se delineó en El Alto. La única forma de solucionar esta Constituyente es disolverla. Probablemente no nos escuchen, porque incluso ya los propios masistas dicen «somos levantamanos».

 ¿Cómo ves la relación del gobierno con las Fuerzas Armadas?

 Hugo Chávez conoce el problema militar, controla las Fuerzas Armadas y exporta barriles de petróleo. Tiene dos factores fundamentales: lo militar y lo económico. Evo Morales acaba de decir hace unos días que antes le tenía miedo a las Fuerzas Armadas, y ahora ya no. El bono Juancito Pinto sale después del 1 de mayo, de la nacionalización de hidrocarburos, para que la gente diga «qué gobierno, nos ha dado 200 bolivianos a cada niño para evitar la deserción escolar». Está en la línea del soborno por la supuesta nacionalización. Y le ha dado a las Fuerzas Armadas la función de que los distribuya, y reciben un porcentaje por eso. Además en su gestión ha dado un aumento de sueldo al Ejército. Con el neoliberalismo cada comandante de fuerza recibía 300 mil bolivianos más o menos [37 mil dólares aproximadamente] como «bono de fidelidad», aparte del sueldo. Con eso se ha mantenido siempre el neoliberalismo. Con Evo se cortaron los gastos reservados, de donde salía este bono, pero les ha dado ese aumento y estos estipendios.

Las Fuerzas Armadas han quedado decepcionadas por la Constituyente, pero en general Morales logró que dos generaciones de generales pasen a retiro, aunque los actuales comandantes también han ido a la Escuela de las Américas. Cabe señalar que ha habido por lo menos cuatro intentos de golpe de Estado, uno de ellos el 11 de octubre del año pasado. Las Fuerzas Armadas siguen siendo el baluarte de la derecha y de la embajada norteamericana, indudablemente el golpe en Bolivia es una constante. Aún no son controladas por el gobierno. El desfile de los ponchos rojos hay que pensarlo mucho, desfilan delante de él y después el gobierno ordena a las Fuerzas Armadas que retiren esas armas. Algunos dicen que jamás las van a entregar, otros dicen que sí pero a cambio de ovejas o vacas o de algo.

 ¿Cuál es la tradición del MAS, de dónde viene este movimiento?

 En 1952 están las milicias campesinas, hasta 1980. Les dieron la reforma agraria, parcelas, etc. Se acercaron a la Central Obrera Boliviana, es decir a los obreros. Anecdóticamente: nos reunimos aquí [el lugar de la entrevista], en la sala general de la COB. En el 8º Congreso se presentan para entrar a la COB; en el 9º ocurrió que se integraron y los mineros les decían, «andá a comprarme el periódico, andá a comprarme cigarrillos». Los campesinos iban, hasta que en un momento les dicen, «voy a ir cuando me lustres los zapatos». El obrerismo, sobre todo de los trosko-barrientistas, creen que el campesino es un neófito, servil. Es decir que se acercaron a los partidos sin ningún resultado.

En 1980 coinciden en unidad en la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). De 1980 a 1992, dicen que no han de ser los partidos políticos, no han de ser los obreros, no ha de ser nadie. Estudian de dónde venimos, desde 1532, la colonia hasta el ’52. En ese proceso de 12 años se formaron unos 720 cuadros campesinos y han sacado algunas conclusiones: «Ni Cristo, ni Marx». Esa es la ideología de Felipe Quispe.

En 1992, hay un libro rojo del Movimiento Campesino de Bases donde sacan la siguiente conclusión: «Como no nos han podido liberar, nosotros nos vamos a liberar». ¿Cómo? A través de un instrumento político. Por primera vez surge un partido de abajo hacia arriba con delegados de todo el país, convocando la COB, la CSUTCB, todas las organizaciones. Se hace una marcha y en marzo, en Santa Cruz surge el primer partido campesino-originario, el ASP, Asamblea por la Soberanía de los Pueblos en 1995.

Ahí surge y se dota de una dirección, en el método del partido clásico. Esa dirección era Alejo Véliz, Evo Morales, Roman Loayza, Hugo Moldiz (el único marxista y socialista, periodista y abogado) y William Condori. Consideran que tener un plan es parte de la idea de partido occidental, entonces no se dotan de uno.

En 1998 ya se dividen. Evo y Alejo, ambos caudillos. ¿De dónde surge el MAS? Se hizo la Izquierda Unida en el 1997, donde sacan cuatro diputados: Evo, Román, Sánchez y Guzmán. Esta Izquierda Unida estaba compuesta por cinco organizaciones, la ASP -la más fuerte-, el MAS-U (Movimiento al Socialismo Unzaguista), un desprendimiento de la Falange Socialista de los camisas blancas. También estaba el Partido Comunista stalino (PC), el Partido Socialista y el Eje Patchakuti, desprendimiento del PC.
Evo conoce aquí al MAS, el miembro y el dueño de esa sigla era Añez Pedraza. En 1998 Evo compra las siglas y la personería jurídica. Después confecciona su estatuto.



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