19/06/2003

Choferes recuperaron Transportes del Oeste

Choferes de Transportes del Oeste frenaron vaciamiento de la empresa y reiniciaron recorridos hace 10 días. Permanecen en estado de alerta.


Si bien la empresa Transportes del Oeste (TDO) pidió la quiebra el 4 de junio, la Justicia se la concedió «con
continuidad», por lo que el lunes 9 los trabajadores comenzaron a hacer circular las unidades por los partidos del oeste bonaerense. Pero después de más de 13 días de lucha, los colectiveros lograron que no se despida a
ningún compañero, la conformación de una mesa de trabajo para controlar las rendiciones diarias y el destino de los fondos de la empresa, y 150 pesos del ministerio de Trabajo de la Nación para mantener el nivel de sueldos.

«Querían desconocer el convenio de trabajo, reducir personal y vender la empresa, pero gracias a que hicimos público el conflicto, organizamos ollas populares y rodeamos las terminales para que no se lleven los colectivos, logramos frenar el vaciamiento», cuenta Martín Mendoza, delegado de TDO.

El conflicto estalló en enero de este año. Los trabajadores venían percibiendo sus haberes con atraso desde octubre de 2001 y los directivos les propusieron cobrar el cuatro por ciento de su sueldo por día. Los
trabajadores aceptaron, pero lograron imponer una condición: el control obrero con poder de decisión y de veto. «Estábamos muy contentos porque esta medida no tenía precedentes, pero el control se dificultaba porque había
mucha presión y siempre encontraban la forma de fugar plata con sobrefacturación de gasoil y boletas falsas», aseguró Horacio Acosta, chofer de TDO desde 1985 y delegado.

Otro de los logros de la huelga de 2001, que duró cuatro días, fue que los directivos pasaron de recibir una remuneración de alrededor de cuatro mil pesos a cobrar 750, igual que un chofer. Los trabajadores no fueron las únicas víctimas del vaciamiento. Las carrocerías oxidadas y golpeadas de los coches de las líneas 153, 136, 163,
321, 503, 317, 253, 322 y 635 yacen en la terminal de Merlo. «Las unidades están en pésimas condiciones – explica Horacio, – las gomas están lisas, a veces salimos casi sin frenos, es peligrosísimo». «En vez de invertir, los dueños mandaban a desarmar un coche para reemplazar piezas de otros. Así pasamos de tener 350 unidades a 120. Entonces nos empezaron a decir que la empresa no era viable porque sobraba gente, cuando en realidad faltaban
colectivos», cuenta enojado Acosta.

Desde octubre de 2001 hasta enero de 2003 los trabajadores cobraron. Pero siempre faltaban cuatro días del mes: los domingos. Fue así que se acumuló una deuda de cuatro sueldos en total. Fue el lunes 26 de mayo que los directivos decidieron bajar de cuatro a tres
y medio por ciento el pago diario. Entonces una asamblea de 500 trabajadores de TDO decidió sacar las líneas de circulación. «No se esperaban semejante respuesta. Subestimaron la unidad y conciencia de la gente», explica
Horacio. De inmediato los empleados en lucha organizaron acampes para evitar que retiraran los coches de las terminales, cortaron media calzada de la ruta 200, realizaron movilizaciones e hicieron varios «colectivazos» a Plaza de Mayo. La Unión del Transporte Automotor (UTA) fue invitada a cada una de las actividades que realizaron los trabajadores. «Nunca se presentaron, nos abandonaron a nuestra suerte. Nos decían que siguiéramos esperando», cuenta Horacio.

Los trabajadores reclamaron en instancias oficiales. La secretaría de Transporte de la Nación les prometió 15 mil litros de gasoil y el ministerio de Trabajo destinaría 150 pesos mensuales para pagar los sueldos atrasados.
Cambio de gobierno de por medio, los trabajadores se siguieron reuniendo con funcionarios oficiales. El 3 de junio, el flamante secretario de Transporte, Rodolfo Jaime, les reconoció los acuerdos anteriores y hasta les prometió la firma de Néstor Kircher como garantía. Esa noche, los trabajadores volvieron contentos al oeste bonaerense. Pero a la mañana siguiente, el juzgado número
3 de Morón aprobó la quiebra pedida por el presidente de Transporte del Oeste, Francisco Russo, y ahora los trabajadores van a tener que pelear por los sueldos atrasados en un juicio de verificación de crédito.
Ahora los 150 pesos que aportará el Estado a través del subsidio para empresas en crisis, serán utilizados para mantener el nivel de salarios y la empresa está intervenida por tres síndicos, uno de ellos trabajó en el Grupo Plaza, la empresa de transporte de Franco Macri. En tanto, los trabajadores lograron mantener el convenio colectivo de trabajo, no se produjeron despidos y conformaron una «mesa de trabajo» compuesta por trabajadores a la que la sindicatura debe informar sobre las recaudaciones y el destino de los fondos.

Los colectivos volvieron a circular el lunes 9. Todavía los trabajadores no festejan. «Estamos a la expectativa», dicen.



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