17/08/2006

«Ver mujeres vestidas de hombres e interpretar estereotipos criticables es fuerte y eso genera polémica»

dragk33.jpg Estrenaron la obra hace poco, en junio, y están felices por ver plasmado un trabajo que lleva un año de elaboración. Luego de ver la representación, nos encontramos con las chicas de «Cosas de machos» fuera del escenario, sin barbas, ni bigotes, ni pelo en pecho, para conversar acerca de cómo es interpretar un papel masculino desde una perspectiva de mujer y mostrar el maltrato que recibe el género.


Al terminar el espectáculo, los aplausos prolongados por varios minutos dejan en claro el reconocimiento a una labor excepcional por parte de todo el equipo. Contentas por el eco que encuentran, nos comentan su satisfacción porque chicas de movimientos sociales de San Miguel vieron la obra y les gustó.

La idea de las Mujeres del Sur parece dar resultado: que todas y todos vean una función donde el humor es la excusa perfecta para analizar y reflexionar sobre lo que resulta difícil aceptar. La violencia, el maltrato, la hipocresía, la cobardía, el desprecio son algunos de los componentes del estereotipo del «macho» que recrean cada viernes por la noche estas mujeres.

ANRed pudo conversar con la directora Alejandra Arístegui, la asistente Mónica Arroyo, y las actrices Marcela Díaz, Patricia Roncarolo y Florencia Rosemblat, quien debuta con esta obra y realizó el hallazgo de algunos temas de cumbia villera como elemento «moderno» de agresión a la mujer. Esto nos contaron:

 ANRed: ¿Qué es Mujeres del Sur?

 Mónica: Mujeres del Sur se creó hace 4 años. La idea es que desde el ambiente cultural se resalten las realizaciones de las mujeres, porque como pasa en el resto de la sociedad las mujeres son relegadas. Si vas a la biblioteca del Cervantes, o al teatro San Martín no hay mujeres; si buscás dramaturgia de mujeres no hay, quizás algún libro perdido y ni saben que lo tienen. Entonces se trató de buscar a las mujeres artistas, a las dramaturgas, de hacer una base de datos, y darle espacio para que puedan dar la visión de las mujeres. Mujeres que hacen teatro, literatura, arte y la parte técnica que no tienen lugar porque siempre hay un hombre como iluminista, como sonidista, así como actores y dramaturgos.

El encuentro con las chicas fue querer hacer algo juntas y dar un mirada de esa mujer que puede vestirse de hombre y poner en escena acciones que son naturalizadas en la realidad, darle un aspecto crítico, que es lo pasa con eso naturalizado. Ver la misoginia, el machismo, la denigración de la mujer desde sujetos de distintos sectores, incluso en el seductor que intenta cortejar con un ramo de flores. Todo está atravesado con el mismo sostén de menoscabo hacia la mujer.

dragk22.jpg

 ANRed: ¿Cómo empezó esta idea de realizar una obra de Drag Kings?

 Alejandra: Surge de las chicas. En principio, Patricia y Marcela me llamaron para ver si podía dirigir la propuesta que tenían. Siempre me interesó la temática de género y éste proyecto me pareció bueno; entonces fue organizar el trabajo.

Se dio una creación colectiva, ya que escribimos las escenas juntas y fuimos decidiendo entre todas cual iba a ser el material definitivo, a partir de vivencias personales que nos pasaban como mujeres.

Además sucedió algo gracioso: en 2004 una actriz llamada Susana Cook (argentina que vive en Nueva York) vino e hizo un unipersonal, además de un taller de Drag Kings, cosa que me llamó la atención y fui sola a ver. Aparecían en escena 4 o 5 mujeres que usaban barbas, que eran las chicas del taller. Al otro año me llamaron para preparar un espectáculo… y ¡resultaron ser estas chicas! No nos conocíamos y sin embargo tuvimos el mismo interés por el espectáculo de Drag Kings, ellas por el taller y yo por ver la obra.

 Patricia: Las escenas que trabajamos las fuimos escribiendo de acuerdo a las improvisaciones, a la idea que habíamos tenido, cambiábamos y salían cosas buenas, cosas malas. Nos preguntábamos cómo plasmar todo eso, fuimos buscando la connotación, lo que queríamos decir. El año pasado fue un año de hacer, de elaboración.

 ANRed: Es más común ver hombres travestidos actuando que mujeres travestidas. El estilo Drag King ¿es una línea crítica o hay otros estereotipos no agresivos donde se trate la masculinidad desde otro ángulo?

 Alejandra: Es una línea crítica; puede ser de muy distintas maneras, pero creo que nosotras le damos una vuelta bastante particular. Las Drag Kings que son las mujeres travestidas empezaron en los ’80, sobre todo en Inglaterra y en Estados Unidos. Antes habían surgido los Drag Queens, los hombres que al travestirse en mujeres juegan con esa ilusión de glamour exacerbado y la femineidad, pero no para hacer una crítica política. En general el hombre de raza blanca, de clase media, es como «imparodiable»: está fuera de lo que es la parodia en la tradición teatral. En cambio con las mujeres desde que empezó el teatro se narran personajes femeninos parodiados. Nosotras queremos hacer una critica a la sociedad patriarcal, a la masculinidad y a la identidad masculina.

 Patricia: Susana Cook nos contó que las Drag Kings hacían generalmente play backs, pero nosotras -que estamos en teatro y que tenemos esa avidez por actuar- veíamos que era muy pobre hacer sólo playback. Pero sí lo pensamos siempre como un análisis: nosotras queríamos hacer un personaje que fuera crítico. Y le dimos esa dramaturgia, un poco más abarcativa y más profunda, en escenas cotidianas. Susana pudo ver el espectáculo y dijo que teníamos nuestra propia línea, que le dimos una vuelta de tuerca. Creamos una obra no solamente con playbacks sino con algo más, que tuviera condimento.

 Florencia: Vale decir que en la Argentina somos el único grupo que hace esto.

 Alejandra: Además es más arriesgado. Lo de los play backs tiene que ver con las performances, que es como otra onda. Acá era arriesgarse y decir cosas de una manera más clara y que tuviera humor.

 ANRed: Una de esas maneras es que los personajes fueran figuras reconocibles, cotidianas…

 Marcela: Sí, es el caso de los hinchas. Particularmente a mi me gusta el fútbol, fui a la cancha y pude observar lo que es una barra brava, vi actitudes como los insultos, la prepotencia en la tribuna. Ves que hay cuestiones económicas con las que se manejan determinados grupos o adolescentes, gente joven que es manejada con el miedo.

En el caso del juez misógino, ése fue un aporte de la directora con un caso real ocurrido no hace mucho en La Pampa, donde un juez (a quien le hicieron juicio político por suerte) defendió a un violador esgrimiendo como atenuante el hecho de que usara un arma de fuego, así sus víctimas no oponían tanta resistencia.

La corrupción de los magistrados y el tema de los abortos fue un aporte de los encuentros de mujeres. Yo soy trabajadora social y estoy en un instituto para menores y tengo contactos con abogados; veo algunas cosas, son actitudes cercanas.

Al representar un personaje ves también sus contradicciones. En realidad todos estamos con contradicciones, pero está bueno ver cuál es la contradicción para marcarla.

 Patricia: El personaje del tanguero parece simpático porque viene después de los pibes chorros, que es un estilo agresivo. El tanguero viene en un tono más reparador, pero cuando escuchas la letra del tango que se llama «La fea», no es nada reparador. El tango de por sí en la letra es machista; si se analizan algunas, te das cuenta. Pero no solamente el tango o la cumbia, son machistas. En la música folklórica sucede más de lo que una cree. Por ejemplo yo canto y en una peña en Salta me discriminaron porque era mujer. No me querían dar la guitarra. Se pasaban la guitarra unos a otros, cantaban y sin embargo a mí me excluían. El machismo está muy arraigado y en el interior del país se nota más.

 Alejandra: Una se pone a pensar como es que hay un tango que se llama «La fea», donde la fealdad de una mujer es vivida como un drama, absolutamente naturalizado. ¿Acaso nunca se le ocurrió a nadie que podía existir un tango que se llame «El feo»?

 Florencia: No, porque la mujer tiene el mandato de ser bella, según los parámetros occidentales. Debe ser hermosa, flaca, alta, de buena figura. El hombre no, prescinde de esos requisitos para ser aceptado. En la letra del tango el final es trágico, la chica se mata porque -pobrecita- es tan grave su situación que termina suicidándose, por un drama «insuperable», la fealdad.

 ANRed: En todos estos personajes, ¿cuál es el rasgo que más se detuvieron a analizar?

 Patricia: Básicamente la violencia. En la escena de los marines lo que nos había llevado a plantear un tema así era saber cómo las fuerzas armadas preparan a cualquier persona para pelear, para matar, como les van haciendo un lavado de cerebro y luego las personas entrenadas actúan: matan. Y el que no, termina medio loco. Se quería hablar de la violencia, y en los hinchas, la discriminación, el racismo (el paragua, el bolita, el negro de mierda), la homofobia y la agresión permanente a la mujer, temas que son estereotipados y que en masa se «contagian».

 Alejandra: No fue bienvenido el tema de criticar esos temas. Algunas personas mientras preparábamos la obra me decían «¿vos también estás en esa? Dejate de joder las mujeres no están discriminadas, eso ya es cosa totalmente superada». ¡Me da bronca que digan eso! Desde el mínimo insulto hasta esas operaciones de clítoris que ves en otro países, es terrible. Pero es evidente el error de esta gente, las pocas ganas de analizar y una carga de desprecio tan fuerte, que no da pie para discutir con seriedad.

 ANRed: En un momento de la obra se aprecia la lectura de un texto que bien podría ser denominado «Consejos útiles para domesticar a mujeres», ¿lo crearon ustedes o es real?

 Alejandra: ¡Es real! Es un texto escrito para el bachillerato: el «Manual de las buenas formas», de 1959, de la época de Franco en España. Todas las chicas adolescentes que iban al colegio secundario tenían que estudiarlo, era de lectura obligatoria. Todas debían aprender cómo cuidar a un hombre y nunca contradecirlo ni osar pensar diferente.

 Marcela: ¿Sabés de dónde vino? Lo trajo un compañero de trabajo, estaba circulando por un juzgado, como una cosa de broma. Lo leí y dije ¡algo hay que hacer con este texto, no puede quedar así! Creo que encontré el espacio justo donde «darlo a conocer».

dragk44.jpg

 ANRed: ¿Qué repercusiones tuvieron de los hombres que han ido a ver el espectáculo?

 Marcela: Hasta ahora no hemos visto que se levanten y se vayan (risas), quizás algo les moleste. Pero, por ejemplo, hay gente de edad que quizás tenían otra idea de lo que iban a ver, entonces estaban serios durante todo el espectáculo. No deja de ser algo novedoso para el que viene.

 Patricia: En general a la gente le llama mucho la atención. Se preguntan «¿son hombres, no, son mujeres?», los confunde el hecho de que tengamos barba, pelo en pecho, que es pelo nuestro cortado y pegado con pegamento.

Básicamente ver mujeres vestidas de hombres e interpretar estereotipos criticables es fuerte y eso genera polémica. Alguien muy cercano a mi, dijo que en realidad ellos son las víctimas, primero por estar 9 meses en el vientre de una mujer, luego porque las madres los llevan de las narices hasta los 13 años, y después de esa edad, cuando empiezan a tener más libertad están tranquilos, pero por ahí los agarra otra mujer y ahí sonaron. Ver la obra le dolió. Yo creo que esta opinión que recibí es una de las cosas que puede llegar a pasar, que otros piensen de esta manera, negando muchas realidades.

 Florencia: Están totalmente acostumbrados a ver hombres vestidos de mujeres. Pero muchos nos dicen que les encanta, que se mueren de risa, se ven reflejados en algunos personajes, especialmente en los hinchas. Creo que por más que veas una escena en donde le dicen puta a la mujer, la estás viendo en un contexto en donde es evidente que se critica eso, y no con otra intención. Incluso nos han dicho que cómo podemos hacer humor con cosas que son fuertes, pero nosotras pensamos que verlo con humor ayuda a reflexionar sobre la misoginia o la violencia.

 Alejandra: Hicimos una apuesta y nos jugamos. Lo creamos de manera espontánea, lo cual no quiere decir que no hayamos trabajado intensamente en esto. Era con lo que sentíamos, con lo que nos pasaba en la realidad, y tenemos un producto original, un discurso que no es algo tan común, humor ácido que no se queda ahí nada más. Es desarrollar situaciones y cosas. La obra es peculiar.

Sí, el término peculiar le cabe, cuando no original. Aunque nos quedamos pensando que los temas y personajes no son originales. Están a la vuelta de cada esquina, aquí, allá, en todos lados. Impuestos por una cultura patriarcal capitalista y sostenidos por una larga tradición sexista. Todos y todas estamos atravesados por esa cultura, por esos mandatos heteronormativos de la sociedad. Al rato de pensar en esto, caemos en la cuenta de lo positivo: ver obras como ésta, que rompen con ese esquema y apuntan desde lo novedoso a cuestionar esa cultura, y desde la reflexión y el debate proponernos un cambio. El cambio que parte de resistir el sentido instituido y disputar desde el arte un espacio a este sistema.

Ernestina Arias



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba