06/01/2018

«Volvemos a las calles, volvemos a los escraches»

ruben-lopez.pngCompartimos las palabras de Rubén Eduardo López, hijo de Jorge Julio López, ante la prisión domiciliaria otorgada al genocida Miguel Etchecolatz, principal acusado de la desaparición de su padre.


«A mi viejo lo desaparecieron por segunda vez en 2006. Pasaron tantos años y todavía no se sabe dónde está. Hoy Etchecolatz -dos veces responsable de nuestro dolor- está libre y eso me genera bronca, impotencia y más dolor. Pero también mucha fortaleza.

«Hoy estamos en Mar del Plata concientizando a la gente de la ciudad y la que llega de veraneo: acá hay genocidas sueltos.

«Y Etchecolatz no es el único con prisión domiciliaria: en Mar del Plata son 34 y en todo el país son 540 los genocidas libres.

«No estamos paseando, estamos creando conciencia. A eso vinimos: queremos que todos los genocidas cumplan sus condenas en la cárcel común.

«La lucha es ardua pero las Abuelas y las Madres nos marcan el rumbo a seguir. Son nuestra brújula entre tanta desolación. Ellas, junto a los organismos de Derechos Humanos, siempre defendieron a propios y ajenos. Como lo hicieron con la búsqueda de la familia Maldonado el año pasado, lo hacen con nosotros ahora y siempre.

«Volvemos a las calles, volvemos a los escraches, tan necesarios en varios sentidos: en la calle creamos conciencia, difundimos las injusticias, nos encontramos y nos abrazamos en la lucha.

«La fuerza que te da la gente en una marcha es la que te mantiene arriba para seguir. Porque no es fácil ante tanta injusticia pero se sigue».



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