23/10/2017

El combustible del acosador

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Una mujer sonidista de la señal de noticias A24 denunció por acoso sexual al periodista Aarón Fabián ‘Ari’ Paluch. El episodio, que fue captado por las cámaras de seguridad del canal, llevó a que las autoridades decidieran apartar al conductor de la cobertura de las elecciones legislativas 2017. Hoy por la mañana, el autor de «El combustible espiritual», en su programa radial matutino «El Exprimidor» (Radio Latina FM 101.1), se victimizó: «Lo que me está pasando es muy desagradable y me parece injusto». Y se excusó y minimizó el tema: «quise hacerle un ‘give me five’ y toqué su cadera y su parte íntima». Por ANRed.


El hecho, sucedido el martes 17 de octubre a las 14 en el estudio 1, fue denunciado por la sonidista Ariana Charrua a las autoridades de A24 a través de una carta donde detalló: «A las 14 finaliza el programa conducido por dicho conductor y comienza otro. En ese momento mi labor es quitarle los micrófonos y retornos a cada uno de los conductores. Me acerqué a retirar los equipos del señor Paluch, continuando con una de las panelistas. En ese instante el señor Paluch me tocó el trasero. Esta situación me resultó ingrata, sorpresiva, abusiva, ofensiva, desagradable. La expresión en mi rostro se transformó y al ver él mi actitud, intentó apaciguar lo hecho diciendo ´perdón, no me di cuenta´, con un tono un tanto altanero. La panelista vio toda la situación, mi falta de reacción y con enojo le respondió: ´Sí, claro, no te diste cuenta´. Y él se retiró rápidamente mientras ella intentaba calmarme con sus palabras”, relató la sonidista en su carta.

La situación quedó registrada en las cámaras de seguridad del canal. Por ese motivo Paluch fue convocado el jueves 19 a una reunión en el canal con la gerencia periodística y la gerenta general de América TV, Marta Buchanan, que vio el video y le comunicó al conductor que se le iniciaría un sumario interno y que hiciera un descargo por escrito para resolver sobre su futuro en el canal. Además, el canal decidió apartarlo de la cobertura de las elecciones legislativas del domingo y en su lugar pusieron al periodista Pablo Vilouta. Allí el conductor le quiso quitar gravedad al abuso explícito que todos y todas estaban viendo en el video.

En tanto, el Sindicato Argentino de Televisión Telecomunicaciones, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (SATSAID) permanece expectante sobre lo que pueda ocurrir con este caso.

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Hoy, en su programa matutino «El Exprimidor» (Radio Latina FM 101.1), el autor del libro de autoayuda «El combustible espiritual», hizo su descargo público brindando una «pequeña explicación, porque considero que no tiene que ser más que eso», según relativizó. Poniéndose en lugar de víctima expresó: «lo que me está sucediendo es muy desagradable y me parece injusto«. Luego se excusó: «cuando me quiero despedir de la chica que me pone el micrófono. En vez de hacerle un ‘give me five’, porque ni hablamos, toqué con una de mis manos su cadera y me voy. Cuando hago eso, me doy cuenta que además de la cadera habría tocado algún otro lugar más íntimo».

En una reciente nota en la revista Noticias de la periodista Alejandra Daiha, titulada «Caso Ari Paluch: La denuncia lo dejó sin aire», se deja entrever que no es la primera vez que Ari Paluch abusa de la impunidad de su posición como varón y conductor estrella en el canal: «A mí también me tocó un par de veces y delante de compañeros”, confesó a la revista una de las maquilladoras del canal, que pidió resguardar su identidad por miedo a perder su trabajo.

Allí la periodista deja bien en claro que no debe desvirtuarse, relativizarse ni quitársele la gravedad a una situación de acoso: «¿Qué debe hacer un canal con un conductor acusado de toquetear a una compañera de trabajo? ¿Cuál es la delgada línea que separa el acoso de la palmadita desafortunada? ¿Cuántos segundos debe durar el roce, el contacto, el apoyo, para merecer el repudio? Muchachos: no está bueno que nos toquen el culo, ni siquiera un poquito. El debate que se viene es cuán grave fue el hecho que lo tiene emplazado. El directorio de América deberá decidir si en estas cuestiones el «gradualismo” importa. ¿Te tocaron mucho o poquito? La respuesta debería ser nada.«



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