10/10/2017

Catalunya: Puigdemont se encomienda a Europa con una declaración de independencia que nace suspendida

puigdemont_pleno_pantalla.jpgEl president de la Generalitat, Carles Puigdemont, hace una declaración de independencia que suspende instantes después. Su llamamiento al diálogo no cuaja en PP y Ciudadanos, que vuelven a pedir mano dura contra el Govern. Socialistas y Comunes, favorables a que no se pronuncie la DUI. La CUP rechaza la suspensión de la declaración. Por Pablo Elorduy | El Salto.


«Llegados a este momento histórico, y como presidente de la Generalitat, asumo presentar los resultados del referéndum ante todos ustedes y ante nuestros conciudadanos, el mandato de que el pueblo de Catalunya se convierta en Estado independiente en forma de República.

Con la misma solemnidad, El Gobierno y yo mismo proponemos que el Parlamento suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada”.

Esta (ponga su adjetivo aquí) declaración de independencia de Catalunya se ha producido a las 19.37. Un instante más tarde, Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, ha dejado en suspensión la declaración de «un Estado independiente en forma de República” y ha pedido que esa moratoria sirva para el diálogo con España y con la Unión Europea, en quien Puigdemont deja gran parte de la responsabilidad de encontrar soluciones al conflicto.

La «DUI blanda” o suspendida era una de las hipótesis que rodeaban el discurso de hoy de Carles Puigdemont. Una declaración con la que el Govern trata de interpelar a la Unión Europea en un contexto, el de la política española, que no ha admitido ninguna de las vías de mediación propuestas desde el referéndum del 1 de octubre.

Paradójicamente con esa declaración, que no se ha votado y que en ciertos momentos ha dado la impresión de que, directamente, no ha existido, Puigdemont comenzaba a cerrar el camino de la DUI y abría el de otra cosa, seguramente elecciones. El final abrupto de la sesión «“el president no ha usado su turno de réplica»“ ha sido como toda la sesión, una anormalidad democrática parlamentaria de difícil análisis. Quizá aclare algo más el diario de sesiones y cómo quede redactado lo que hoy ha pasado en el Parlament. Quizá.

Poco antes de la cita, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pedía públicamente a Puigdemont que no anunciase nada «que haga imposible el diálogo”. Una solicitud que ha precipitado la suspensión inmediata de una declaración que ha sido aplaudida «˜ma non troppo»™ por los dos grupos partidarios de la independencia, JxS y las Candidaturas d»™Unitat Popular. La CUP, partidaria de una declaración efectiva, ha escenificado su rechazo a la opción «blanda” propuesta por el Govern.

«Habíamos pensado una declaración en varios idiomas”, ha explicado la portavoz de las CUP, Anna Gabriel, que dice que su grupo creía que hoy «se iba a proclamar la república catalana”. Gabriel ha dicho en su discurso que la de hoy, 10 de octubre, es «una oportunidad perdida” para el nacimiento del nuevo Estado catalán. Las CUP han aludido a la Unión Europea en su discurso: «A Europa le podemos ofrecer una República que se construya para que todo el mundo quepa».

A la espera del 155

El discurso de Puigdemont ha adolecido de un análisis de las consecuencias inmediatas de la proclamación en diferido de la República. El president ha abundado en la explicación de los hechos que han llevado a esta situación, desde el «cepillado” y la deformación por parte del Constitucional del Estatut votado en Catalunya en 2005, hasta las medidas legales contra los impulsores de la Consulta del 9 de noviembre de 2014.

En cambio, sobre los pasos a dar, el discurso ha sido evanescente. La parte más sustanciosa de esos pasos, Puigdemont la ha dicho en castellano cuando se dirigía a los ciudadanos del resto de España: «Soy consciente de la información que les trasladan la mayoría de los medios y de narrativa que se ha instalado”, ha dicho el president, que ha pedido «un esfuerzo por conocer y reconocer lo que nos ha llevado hasta aquí”.

Pero el bloque de los partidos nacionalistas españoles ha evitado que la confrontación se mida en términos de diálogo. El artículo 155 planea desde las 19:30, y puede estar acompañado de la declaración de estado de alarma en Catalunya. El tono de la intervención de la jefa de la oposición, Inés Arrimadas, ha invocado el espíritu de esos artículos: «La autonomía de Catalunya, la ha puesto usted en peligro”, ha dicho la portavoz de Ciudadanos.

Fuera del Parlament, el Gobierno del Partido Popular aseguraba que la declaración «˜implícita»™ es «inadmisible”. «No nos ha quedado muy claro” si se ha producido la proclamación, ha reconocido el portavoz del PP en el parlament, Xavier García-Albiol, que ha negado la vía del diálogo si es para proclamar «una república independiente de Catalunya”, algo que «no sucederá”, según Albiol. Aún así, los populares no han mencionado la puesta en marcha de los artículos que suspenderían la autonomía de Catalunya.

Miquel Iceta ha pedido en reiteradas ocasiones a Puigdemont que retire la moción que se votará en el pleno. «Usted asume un mandato que yo discuto y a la vez propone suspender una declaración no hecha”, ha dicho el portavoz del PSC, más inclinado al diálogo que la representante de Ciudadanos.

En la misma línea, Lluís Rabell, de Catalunya Si Que es Pot, ha considerado una DUI, que aún nadie da como válida, «una huida hacia adelante”, que produciría «la división” en la sociedad catalana. Rabell ha confiado en el diálogo como camino hacia un «referéndum pactado”.

Menos de una hora después de la declaración, el debate continuaba en los términos enquistados en los que se ha llegado a esta situación. Con la misma retórica ambigua del Procés, resucitada a pesar de todo para una ocasión tan poco solemne como la que se ha vivido hoy en el Parlament. La principal diferencia es que, ahora sí, los ojos de los gobernantes europeos estaban situados sobre el Parlament de Barcelona. Continuará.



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