08/10/2017

Terroristas

astiz1.jpg

Ya no es ese joven con cara de niño que marcaba con un beso en la mejilla. Ya no tiene esa sonrisa con mueca al borde de la trompa que supo tener cuando sus 24 ó 25 parecían casi adolescentes. Y las Viejas, bellas y valientes, hermosas y temerarias, lo protegían de la crueldad. Ahora es un hombre que en apenas un mes cumplirá 67 años. Por Claudia Rafael para APE


Que ya hace rato dejó de ocultarse detrás de las polleras de esas Madres que lo hacían hijo sin saber que abrazaban al símbolo más categórico de la tragedia. En una tanguedia (como Piazzola rebautizaría más tarde a ese tango en su homenaje inicialmente llamado Los Lagartos) que olía a muerte y a sangre. Que devoraba a cada paso a los portadores de utopías. Porque como dijo ahora, cuarenta años más tarde, «la guerra contra el terrorismo no se gana, es una guerra sin tiempo. Unicamente se pueden ganar batallas”. Y diseña en sus últimas palabras durante el megajuicio Esma III un programa político e ideológico que trasciende las épocas. Aquel que reivindica barrer con las armas y el fuego todo atisbo de semilla de libertad y de equidad.

Regalo discursivo dedicado a sus «camaradas” que fueron «sometidos” en «celdas sucias, húmedas y sin sanitarios adecuados”.

Cachetada feroz en el rostro de los sufrientes. Los que intentan rearmar los racimos desperdigados de una cantata a la vida. Mientras «“no importa desde que púlpito- los múltiples Astiz recuerdan que cambian los nombres, que mutan los tiempos, que se transforman las fechas y los mecanismos. Pero que la feroz cruzada de los cruentos marioneteros del poder más férreo contra los desgarrados de la historia avanza o retrocede según la conveniencia del momento. Pero siempre y sin distracciones, permanece ahí. Ayer fueron Dagmar, Alice, Leonnie, Azucena y tantos otros con sus voces que queman como queman hoy los nombres de Jorge Julio, de Santiago, del pueblo mapuche, en una redefinición constante del enemigo terrorista. Es una guerra sin tiempo, repitió el angel rubio de la muerte. Sin tiempo.

Habrá que quemar el miedo (llevando a un tiempo futuro aquel poema de Gelman), habrá que mirar frente a frente al dolor, antes de merecer esta esperanza.

fuente: Agencia Pelota de Trapo



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba