19/09/2017

Movilización por Jorge Julio López, a 11 años de su desaparición

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Una multitud se congregó en Plaza de Mayo a 11 años de la desaparición de Jorge Julio López. Se sumó el reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado. Desde el escenario se leyó un documento con críticas al gobierno de Néstor Kirchner y de Mauricio Macri. Por Liliana Giambelluca para ANRed


Bajo la consigna «Julio López a 11 años: Basta de impunidad”, organizaciones de derechos humanos, sociales, sindicales, estudiantiles y partidos de izquierda que conforman el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ) marcharon este lunes desde el Congreso hacia Plaza de Mayo, donde hubo un acto al promediar la tarde.

Al pedido por la aparición con vida de Jorge Julio López se sumó el de Santiago Maldonado y el repudio por su desaparición: «Yo sabía / yo sabía / que a Santiago / lo llevó Gendarmería” y «el Estado y el Gobierno son responsables” fueron algunos cánticos de los manifestantes.

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En un documento que leyeron en Plaza de Mayo integrantes de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) se responsabilizó al Gobierno nacional y al Estado por la desaparición de Santiago Maldonado. El joven fue visto por última vez hace 49 días tras una acción represiva llevada adelante por la Gendarmería Nacional para desalojar la ruta 40 de Esquel. Maldonado acompañaba una protesta de mapuches del Departamento de Cushamen y algunos integrantes vieron que gendarmes lo subieron a una camioneta de esa Fuerza.

Se sostuvo que «A once años de la desaparición de Jorge Julio López estamos ante una nueva desaparición forzada: la de Santiago Maldonado, a manos de la Gendarmería. El gobierno nacional y el Estado son responsables. Así lo demuestran la participación directa de Pablo Noceti en la represión a la comunidad Pu Lof y el encubrimiento de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich”.

El documento del EMVyJ también destacó que el gobierno de Néstor Kirchner «silenció la ausencia de López”, a la vez que «nunca se investigó a Etchecolatz, ni a los genocidas que él denunció, ni a su entorno, ni la pista de la maldita Bonaerense”. También se señaló la ineficiencia de las fuerzas de seguridad, quienes «simularon una búsqueda” y se dieron «versiones y pistas falsas”.

Myriam Bregman, una de las abogadas de Jorge Julio López en la causa por delitos de lesa humanidad, dijo a ANRed que «los organismos de derechos humanos siempre sostuvimos que la impunidad sólo genera más impunidad y ello se demuestra porque hoy nos preguntamos dónde está Jorge Julio López y dónde está Santiago Maldonado”.

Agregó que si las desapariciones forzadas se repiten «es porque las fuerzas de seguridad saben que quedan impunes”. Por ese motivo, «es importante romper ese pacto de silencio para que la causa de Julio López deje de ser el monumento a la impunidad”.

En el acto también se pidió la libertad de Elizabeth Loncopan, detenida este lunes en su comunidad de Cushamen mientras se realizada un allanamiento pedido por el juez federal de Esquel, Guido Otranto, a cargo de la investigación por la desaparición de Santiago Maldonado. Mientras era trasladada a la Comisaría Primera de Esquel, Loncopan dijo a la prensa que «Estaba dentro de mi casa, (los policías) iban a buscar elementos y terminan con mi detención. Me señalan por ser la persona que increpó a Otranto”, informó Página 12.

La movilización fue encabezada por Nora de Cortiñas y Mirta de Baravalle (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora) junto a dirigentes y militantes de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), Servicio Paz y Justicia (SerPaJ), Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CEPRODH), Asociación de Profesionales en Lucha (APeL), Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), Partido Obrero (PO), Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Izquierda Socialista (IS), Polo Obrero, Jubilados Clasistas, Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma, Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), entre otros.

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En la ciudad de La Plata hubo un acto en Plaza Moreno y también en otras ciudades del interior del país.

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El encubrimiento cómplice deviene en impunidad

Jorge Julio López era albañil y tenía 77 años de edad cuando desapareció el 18 de septiembre de 2006. Dos días más tarde fue condenado a reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad «en el marco del genocidio cometido en la Argentina entre los años 1976 y 1983” su secuestrador Miguel Osvaldo Etchecolatz, comisario y director de la Dirección de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires durante la dictadura cívico-militar.

El testimonio de López fue clave en la causa ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata, donde también fue querellante. Involucró a 62 militares y policías, y logró la condena a Etchecolatz, quien lo detuvo ilegalmente el 21 de octubre de 1976. Relató las torturas y vejaciones que padeció durante su cautiverio en cinco centros clandestinos de detención y tortura del denominado «Circuito Camps”, dependiente de la policía de la provincia de Buenos Aires. A Etchecolatz lo definió como «Una porquería, un asesino serial. No tenía compasión, él mismo los pateaba así. Él personalmente, les digo a todos los que están presentes, dirigió la matanza esa”.

Del horror del cautiverio fue liberado el 25 de junio de 1979. Libertad que volvió a perder hace 11 años, cuando se produce su segunda desaparición.

Ese día López salió de su casa del barrio Los Hornos, de la ciudad de La Plata, para escuchar los alegatos del juicio, pero nunca llegó al Tribunal. Aún se desconocen las circunstancias de su desaparición. La causa judicial, a cargo del juez Manuel Blanco, no tiene procesados ni detenidos, y no se agotaron las líneas de investigación. Tampoco se llamó a declarar al genocida Etchecolatz, el principal sospechoso, quien el día de la sentencia exhibió un papel que decía «Jorge Julio López”.

Sus abogadas en la causa por delitos de lesa humanidad, Myriam Bregman y Guadalupe Godoy, y las organizaciones que conforman el EMVyJ sostienen que sólo recibieron de la Justicia y del gobierno kirchnerista «el silencio de la impunidad, de la complicidad y el encubrimiento” para no crear «malestar” dentro de la policía bonaerense. En esa época, el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Sola, aún mantenía en sus cargos a 9.026 efectivos policiales que habían actuado durante la dictadura.

Documento del EMVyJ, a 11 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López

Basta de encubrimiento e impunidad

Jorge Julio López fue uno de los 30.000 luchadores que desapareció la dictadura. Sobrevivió y se sumó a la pelea contra la impunidad de los genocidas. Testimonió en el Juicio por la Verdad, fue querellante en la causa contra el represor Miguel Etchecolatz y declaró en ese juicio. El mismo día en que los abogados de Justicia Ya! debían alegar en su nombre pidiendo perpetua para Etchecolatz, Julio fue secuestrado y desaparecido por segunda vez.

La silueta de su rostro recorrió el país, en grandes marchas por su aparición con vida. Pero en todos estos años, la única respuesta oficial fue silencio, encubrimiento e impunidad. Y si la responsabilidad criminal es de los autores materiales e intelectuales de su secuestro, la responsabilidad política de que Julio aparezca con vida es de los gobiernos nacional y provincial.

Pero el Estado encubrió la desaparición. Aníbal Fernández dijo que estaría «tomando mate en lo de su tía”. Cada fuerza de seguridad simuló una búsqueda por su cuenta. Lanzaron versiones y pistas falsas. Por más de nueve años, el gobierno anterior silenció la ausencia de López. Y nunca se investigó a Etchecolatz y los genocidas que él denunció, ni a su entorno, ni la pista de la maldita Bonaerense.

Ahora el gobierno macrista, con aval del Ministerio de «Justicia y Derechos Humanos”, quiere a Etchecolatz y demás genocidas en sus casas. Dilata los juicios de lesa humanidad como la causa ESMA. Y desde que asumió promueve la reconciliación con los genocidas, como el decreto de autonomía de las Fuerzas Armadas y el 2×1 de la Corte Suprema. Pero la enorme movilización contra ese fallo mostró la resistencia popular a esos planes. Por eso hoy volvemos a decir:

Cárcel común y efectiva a Etchecolatz.
Continuidad de los juicios, sin dilaciones.
Castigo a todos los genocidas, sin prisión domiciliaria ni absolución.
No a la reconciliación y a la «teoría de los dos demonios”.
No a la injerencia de las FF.AA. en la vida social y la represión interna.
No a las bases militares extranjeras.

Compañeras y compañeros:

A once años de la desaparición de Julio López, estamos ante una nueva desaparición forzada: la de Santiago Maldonado, a manos de la Gendarmería. El gobierno nacional y el Estado son responsables. Así lo demuestran la participación directa de Pablo Nocetti en la represión a la comunidad Pu Lof y el encubrimiento de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. A la vez, y con gran respaldo mediático, el gobierno macrista demoniza y ataca a todos los que luchan:

Como antecedentes tuvimos la represión en Pepsico, una referente de la CCC baleada en Capital y las amenazas a miembros de la APDH Matanza.

Preparan un proyecto para que las Fuerzas Armadas intervengan en la «lucha anti-narcotráfico y anti-terrorismo”, retomando así la senda que inició el gobierno anterior al designar al genocida César Milani al frente del Ejército.

Persigue a los docentes y alumnos que reclaman por Santiago en las escuelas. Y demoniza las tomas de colegios secundarios contra la reforma inconsulta y anticonstitucional de sus programas de estudios en CABA.

Militariza los barrios populares y criminaliza la pobreza y la juventud.

En Córdoba, allanaron once locales de organizaciones sociales y políticas.

Al servicio de los Benetton, los Lewis y las corporaciones, acusa a la comunidad Pu Lof de terroristas y mandó operativos policiales contra otras comunidades mapuches en Neuquén.

Ante la enorme movilización del 1º de setiembre en Plaza de Mayo, el gobierno montó una provocación con policías de civil para justificar la represión posterior y la cacería de manifestantes y periodistas.

Y también hubo infiltrados en la marcha en El Bolsón.

Toda esta ofensiva represiva del gobierno y los gobernadores tiene un claro objetivo: avanzar con más ajuste, saqueo y una nueva reforma laboral flexibilizadora. Y por eso también se niegan a prorrogar la Ley 21.160 que suspende los desalojos a territorios en conflicto con las comunidades originarias.

Pero así como no lograron opacar la enorme movilización a Plaza de Mayo, tampoco logran derrotar la resistencia popular. Así lo confirma cada lucha social. Y así lo confirman los jóvenes que en todo el país marcharon en el nuevo aniversario de la Noche de los Lápices, levantando los retratos de Santiago.

Es más: ante las enormes evidencias el gobierno tiene que ensayar un nuevo libreto para negar la desaparición forzada de Santiago: que no fue la institución, sino un «exceso” de algunos gendarmes sueltos.

¡Acá no hubo errores ni hubo excesos: es represión al servicio del ajuste y la entrega! ¡Santiago Maldonado no se perdió ni se fue por el río! ¡Lo detuvo y lo desapareció la Gendarmería, cuyo responsable político es el gobierno nacional, en cabeza de la ministra Patricia Bullrich Luro Pueyrredón!

Por eso, cuando el 1º de octubre se cumplan dos meses de la desaparición forzada, volveremos a convocar a Plaza de Mayo y en todo el país tal como lo hicimos el 1º de setiembre, en forma masiva y con la mayor unidad de acción posible por la aparición con vida de Santiago y el castigo a los culpables.

Compañeras y compañeros:

El testimonio de Julio López contra Etchecolatz ya es parte de la memoria de este pueblo que dijo y dice Nunca Más, que rescata la lucha de los 30.000 compañeras y compañeros desaparecidos, que derrotó cada intento de impunidad a los genocidas y que lucha por un país sin opresión, explotación, injusticia ni represión.

Por eso hoy, a once años sin Julio, y a 48 días sin Santiago, desde esta Plaza histórica decimos:

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos.
Apertura de todos los archivos de la dictadura.
Restitución de la identidad a los jóvenes apropiados.
Derogación de las leyes «antiterroristas”.

Y también exigimos:

No a los despidos, la reforma laboral, los tarifazos y la entrega.

Basta de encubrimiento, impunidad y represión.

Fuera Bullrich y Nocetti.

Libertad a Facundo Jones Huala, Agustín Santillán, Milagro Sala y demás presos por luchar.

Aparición con vida ya de Julio López y de Santiago Maldonado.

Juicio y castigo a los culpables.

30.000 compañeros desaparecidos, ¡presentes!

Buenos Aires, 18 de septiembre de 2017

Fotos: LG
Foto de Myriam Bregman: Izquierda Diario

Fragmentos del testimonio de Jorge Julio López sobre su desaparición

Veredicto al genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz



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