23/03/2006

Medios de comunicación y dictadura: «En general la tendencia fue un apoyo sobre todo a la parte militar de la dictadura».

gente_25_03_76.jpg «La dictadura cuando toma el poder el 24 de marzo del 76 aún con su discurso liberal, conservador, de capitalismo flexibilizante no privatiza los canales porque los ubica en una lógica de guerra».

«El Golpe Militar fue el 24 de marzo, pero el Golpe Civil de Estado fue el 16 de febrero cuando se hace el paro empresario argentino que incluyó hasta los kiosqueros, y ahí si los medios tuvieron mucho que ver con la creación del clima como lo tienen hoy, como lo tendrán hasta el día del juicio final.»


ANRed entrevistó a Carlos Mangone, profesor titular de las materias Comunicación I y II de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, Universidad de Buenos Aires.

 Anred: ¿Qué rol tuvieron los medios en la dictadura y cómo funcionaron?

 Carlos Mangone: En general la tendencia dentro del capitalismo llamado dependiente de América Latina es de un oficialismo al mercado y del poder político. Además, los medios mantenían en ese momento una característica que hoy la siguen teniendo, que es la centralización metropolitana. Un sistema con pocos canales de aire, en realidad la misma cantidad de canales de aire metropolitanos que hoy, pero con repetidoras, sin el cable, sin FM, con un sistema de periodismo gráfico muy desarrollado y una venta masiva de diarios. Con una medida que tomó el gobierno peronista en el año 74 que fue la estatización de los canales, este es un detalle importante porque la dictadura cuando toma el poder el 24 de marzo del 76 aún con su discurso liberal, conservador, de capitalismo flexibilizante no privatiza los canales porque los ubica en una lógica de guerra. Estamos en presencia de medios del capitalismo oficialistas que van preparando el terreno, sobre todo a partir de las huelgas de julio del 75 cuando López Rega es sacado del gobierno por la movilización obrera, hacia el orden. Ésto se ve en los editoriales de los periodistas.

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Aunque era una sociedad mucho más politizada, sumamente ideologizada y con gran movilización social, ni remotamente en los medios de comunicación había tanta política como hoy. Por ejemplo en Radio Rivadavia, que era la más escuchada, había un sólo programa político al mediodía que lo hacía Gómez Fuentes (después va a ser periodista de ATC en la época de la dictadura) y Mario Monteverde (periodista en la época de Alfonsín). Había programas de interés general como el Fontana Show a la mañana, Antonio Carrizo, Larrea, Munóz en el fútbol.
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Los medios no estaban muy politizados, no había referencias políticas, no había noticieros a toda hora. La radio tenía un nivel informativo importante pero no había tanto tratamiento político. Si había una preparación del golpe militar a partir de titulares, de publicidades del Consejo Empresarial Argentino, del Consejo Publicitario Argentino que empezaban a hacer publicidades de los soldados como guardianes de la paz, de la defensa de las instituciones. Eso fue el preámbulo de la política comunicacional de la dictadura que podríamos definirla como una modernización reaccionaria, porque en gran parte modernizó el mecanismo de publicidad ayudado por algunas modernizaciones tecnológicas como el color televisivo, la filmadora televisiva portátil.

Lo principal es que intervienen los diarios. Eso les sirve después a los grandes diarios para justificar su apoyo a la dictadura diciendo que tenían una comisión interna, pero en general la tendencia fue un apoyo sobre todo a la parte militar de la dictadura. Clarín desarrolló una crítica sobre el plan económico de Martínez de Hoz a partir de su credo desarrollista, pero en el aspecto militar apoyó. Un ejemplo es que la propia Maria Elena Wals en el famoso artículo de agosto del 79, «En le país del jardín de infantes», donde ataca a la censura en la dictadura, también agradece que la dictadura haya acabado y aniquilado a los subversivos. En ese aspecto había una unidad de acción de los medios que era la misma unidad de acción del verdadero golpe. El Golpe Militar fue el 24 de marzo, pero el Golpe Civil de Estado fue el 16 de febrero cuando se hace el paro empresario argentino que incluyó hasta los kiosqueros, y ahí si los medios tuvieron mucho que ver con la creación del clima como lo tienen hoy, como lo tendrán hasta el día del juicio final.

 ANRed: ¿Cuándo empezó a virar el discurso de los medios?

 Mangone: La dictadura se puede dividir en varias etapas en relación con los medios. El núcleo duro de la dictadura va del 24 de marzo del 76 hasta finales de los 80. De todas maneras si uno ubica el parámetro de las desapariciones de la CONADEP (también otras investigaciones) se da cuenta que hay matices incluso en las desapariciones, en los asesinatos, en los secuestros, en los encarcelamientos políticos y en las cesantías laborales. Hasta abril del 76 hay desapariciones, después baja el nivel hasta noviembre. Ahí se ya se está hablando de un proyecto político de Massera, ya que las elecciones estaban anunciadas para el 17 de octubre del 76. El golpe se da para impedir la conformación de un frente popular de izquierda, de la unificación de las fuerzas populares después de las huelgas del 75. Entonces, el núcleo duro de la dictadura lo encararon Videla- Martínez de Hoz.

Para dar algunos detalles de los medios, se dice muchas veces que La Prensa hizo hincapié en algunas denuncias de derechos humanos. Primera cuestión, la denuncia sobre desapariciones aparecía en los diarios, pero parecía que no se leían. Si bien, La Prensa publicó la primer solicitada en reclamo de desaparecidos, en general tomó una actitud frente a los desaparecidos, pero fue muy oportunista ya que fue producto del enfrentamiento que La Prensa tenía con Papel Prensa (la empresa estatal que nucleaba a La Nación, La Razón y Clarín) que había dejado afuera a La Prensa, Ámbito Financiero y Crónica. Lo que hace La Prensa está vinculado a los manejos empresariales. Clarín mantuvo una línea crítica a Martínez de Hoz, pero eso pasaba por ser una cuestión de modelos y tampoco se metía en la cuestión militar. No es casual que Oscar Camilión, secretario de redacción de Clarín, pasa a ser canciller de Viola.

Después de finales del 81 cuando cae Viola, sube Galtieri que sería como una especie de vuelta a la ortodoxia de Martínez de Hoz. A partir de Malvinas analizar los medios es analizar el oportunismo. ATC era una verdadera cloaca de la dictadura. Canal 9, 2 y 13, donde estaban las fuerzas, en los noticieros había verdaderos editorialistas de la dictadura. Omar Rodríguez en Canal 9 reflejaba la posición de Videla. En Canal 11 estaban José Gobello (presidente de la Academia Nacional del lunfardo) un videlista extraordinario, que defiende a Videla hasta el día de hoy; y una editorialista que se llamaba Puyeta Videla Adorna (que no tiene nada que ver con Videla, pero es un apellido tradicional de la oligarquía) que era increíble como hablaba con respecto a Estados Unidos, a Carter, a la política de los derechos humanos, a lo subversivo internacional, a que los desaparecidos estaban vivos.

 ANRed: ¿Cómo fueron los análisis pos dictadura sobre lo ocurrido en el proceso?

 Mangone: Eso fue progresivo. De todas maneras, en las movilizaciones había un canto, que fue muy temprano, fines del 81, que después Malvinas generalizó, que fue «no hubo errores, no hubo excesos, son todos asesinos los milicos del proceso». Este canto estaba vinculado a que la Ley de autoamnistía militar hablaba de errores y excesos. Se iban a establecer esos niveles de responsabilidad que dieron lugar a la obediencia debida, si uno establece un nivel de responsabilidad es porque estás dando entrada a la posibilidad de errores y excesos. El error se había metaforizado en el famoso «error de agenda»; cayó gente por una agenda. Y el exceso estaba vinculado a torturas. Estas dos imágenes estaban hablando de locos, que es una de las características o caracterizaciones que se dio al principio «los militares se volvieron locos».

Pero, fue un plan sistemático, científico (por eso se los relaciona bastante con los campos de concentración nazi) para implantar un plan económico que puso al país en un antes y un después.

Los partidos políticos que volvieron impune el castigo, o que avalaron las políticas de indulto, fueron votados efectivamente, y uno puede decir que la gente los votó tapándose la nariz o por el voto cuota, pero lo votó a Menem, no había tal convicción de «yo a Menem no lo puedo votar porque indultó». Había una situación social apoyada por los medios.

 ANRed: ¿Cómo ayudó la dictadura en la actual despolitización?

 Mangone: Se puede plantear que la despolitización puede venir desde el terror. Pero también hay una situación, para mí la más importante, que es la destrucción del tejido social solidario, a partir de la destrucción del núcleo de la sociedad más importante. Hay un discurso social que dice que la célula primaria de la sociedad es la familia y en realidad no es tan así, sino que el tejido solidario se crea en el trabajo, en la vida cotidiana y es ahí donde la dictadura atacó las condiciones internas, la flexibilización laboral, dividir a la clase obrera por horas extras, rotar a los grupos de trabajo, tercerizar la economía. Es el proceso más fuerte que va a promover en cierta manera la insolidaridad social y de ahí la despolitización. Esta fue una dictadura cívico militar que tiene características diferentes de la brasilera, uruguaya, chilena, con una clase media importante, con una productividad económica importantísima, la productividad en argentina durante la dictadura aumentó enormemente por el nivel de explotación.

 ANRed: ¿cómo se dio el consenso social en la dictadura?

 Mangone:El consenso a favor de la dictadura no se transmitía automáticamente a las clases populares, no puedo hablar de consenso si la clase obrera está trabajando en la Ford con militares en el patio, con fusiles Fald apuntándoles. El consenso del revolver en la sien no existe. Pero, la clase media no tenía revolver en la cien. El teatro San Martín funcionaba, los viajes de la convertibilidad de Martínez de Hoz funcionaban. Además, la clase media era antiperonista, el gobierno que había caído era peronista. Pero también en la clase media había un núcleo de los desaparecidos.

Nunca hubo la sensación de una economía potente más allá de los discursos oficiales. Había algunas ventajas comparativas, para viajar para comprar importado, que son deslumbramientos que repercutían, sobre todo en la clase media. Eso genera un consenso casi inercial, un desplazamiento hacia no cuestionar otras cosas. Después estaban los productos importados que daban una idea de pertenencia a un mundo desarrollado.

La dictadura no solo ejerció censura ideológica, sino también política. Menem lo que construyó sobre la base de lo que había hecho la dictadura fue un consenso bonapartista, entre los que más tienen y los que más sufren, a partir de la flexibilidad. Menem cosechó sin necesidad de tirar un sólo tiro. Porque su violencia se daba en la periferia del sistema, lo que se llama la lucha de clases desviada, que es el delito. El sistema en Menem mataba a partir de su funcionamiento, era en los barrios donde se daba. Son los nuevos desaparecidos sociales, los torturados en las comisarías. Esto no es otra casa que las facetas que tiene el capitalismo.

 ANRed: ¿Como influyo la dictadura en el conjunto de la masa critica?

 Mangone: Si bien la universidad de los 70` fue de masas, es incomparable con la actualidad. Lo que había era una cuestión cualitativa, eran cuadros formados en la resistencia peronista, en la modernización de las Ciencias Sociales y en la lucha política. Creo que influyo notablemente. Pero, esto es lo mismo que la cuestión de la guerra: cuando vos vas a una batalla y te caen soldados, si vos tenés el ejército organizado de buena manera, vas reemplazando a esos soldados muertos, heridos. Ahora si vos sufrís una derrota impensada, lo que se produce es un bloqueo radial, que fue lo que paso en la dictadura. Si te atacan al grupo de manera terrorífica, con desaparecidos, sin explicación alguna, genera un terror radial. Produce una desmovilización mucho más grande. Lo que después se va a producir es una revisión autocrítica sobre la lucha armada, partido político, sindicato clasista, vanguardia político. Hay que pensar que hoy Kirchner habla de la década del 70` cuando en realidad en esa época era un pichón de abogado. Cuando se habla de generación del 70`se habla de los que tenían entre 25 y 35 años en esa época, que es la generación que verdaderamente influye.

 ANRed: ¿Qué puede decir de la política del gobierno de Kirchner en relación con los medios?

 Mangone: Con Kierchner lo que se esta dando es extraordinario, es la concentración de la palabra política aprovechando algo que la dictadura generó: la flexibilización. El hecho de que el Gobierno de la Ciudad sea el principal auspiciante de los medios lo dice todo. Si bien hay propaganda oficial en Perfil, no es igual que en otros diarios y ello permite explicar su nivel de oposición. Lo mismo hacia La Prensa con la dictadura por no estar en Papel Prensa. Es un análisis mecanicista, pero lo que salta a la vista es que los medios que son más auspiciados por el gobierno, son menos opositores a él. Esto es parte del vínculo del gobierno de Kirchner con los medios. Es gravísimo porque no es lo mismo hablar de la influencia de los medios en 1960, 1970 o 1980 que ahora. Hoy es mucho mas grave ya que se está dando en un contexto de construcción de opinión publica por parte de los medios. Hoy es peor. El panorama es oscuro con el kierchnerismo.


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