04/02/2017

Trump se largó al mismo tiempo en contra de todos

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Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada (México), donde reflexiona sobre los principales acontencimientos políticos internacionales. Por Mario Hernandez


Mario Hernandez: Quisiéramos escuchar su relato respecto del escándalo que involucra a la esposa de Francois Fillon, el candidato conservador a la presidencia francés. Parece que en Francia se han latinoamericanizado.

Guillermo Almeyra: Sí, tiene un gran sentimiento por la familia.

M.H.: Esto complica electoralmente a Fillon.

G.A.: Sí porque ya cayó aproximadamente un 20% el índice de aceptación, que era alto, tenía un 56% y ahora anda por el treinta y pico y va a seguir cayendo porque ya lo agarraron en otras tres mentiras, él decía que no tenía cuentas de banco y no es así, no era solamente la mujer, eran también los dos hijos, y así. La suma no es enorme pero tampoco es desdeñable: un millón de dólares.

M.H.: Esto de alguna manera favorece a un candidato inesperado como es Hamon.

G.A.: Un rebelde de la izquierda socialista que se había opuesto a la Ley de trabajo, a las medidas anti ecológicas y a los cierres de fábricas. Lo interesante es que los electores socialistas hundieron a los liberal socialistas tipo Hollande, tipo Valls, que se acabaron y se presenta un candidato de la izquierda socialista que, entre otras cosas, plantea eliminar la Ley del trabajo que es reaccionaria, pero además propone una renta de ciudadanía de 650 euros que son cerca de 700 dólares por mes, que estimularía sin dudas el mercado interno y además es partidario de un aumento de salarios en toda Europa. En una palabra propone cambiar la política y sobre todo la política social.

M.H.: ¿Qué posibilidades tiene este candidato?

G.A.: El problema es que hay tres candidatos de izquierda, Hamon es uno, al que no todo el Partido Socialista va a seguir porque los liberal socialistas no lo van a votar, pero de todas maneras va a recuperar votos perdidos por el socialismo; también está Melenchon con su grupo Francia Insubordinada y un tercero, más los candidatos de extrema izquierda. En una palabra, el electorado socialista y comunista representaría en el máximo de los casos un 36% y está fragmentado.

M.H.: Pregunto esto porque aquí se hablaba de que Hamon buscaría un pacto con la izquierda radical y los ecologistas.

G.A.: La izquierda radical y los ecologistas llaman a la unidad de todos los candidatos y él se va a agarrar de ahí, son sectores minoritarios pero que traen unos cuantos votos también. El problema es, como contingente de votos importantes, la fusión no sé si en la primera, pero por lo menos en la segunda vuelta entre el Partido Socialista, el Partido Comunista, Melenchon y los votos de la extrema izquierda.

M.H.: En el día de ayer hubo nuevas movilizaciones contra el gasolinazo en México y hacia la embajada de los EE. UU. ¿Qué información tiene al respecto?

G.A.: La Jornada de hoy (1/2) dice que la manifestación de ayer en la ciudad de México convocada por los sindicatos combativos, la nueva central obrera y algunos sectores que no son del PRI, reunió 40.000 personas. Pero lo importante son esas 40.000, que para una ciudad como la de México no es muy grande, sino que son un sector muy combativo y fueron acompañados en todas las ciudades del país por decenas de miles que se movieron en ambientes muchos más chicos, donde normalmente no hay manifestaciones y que sigue la toma de Casas de gobierno, de Parlamentos, de estaciones de servicio en todo el norte. Esto es importante.
Hay que contrastar esto con el sur, donde la enorme movilización de los maestros en Oaxaca no ha sido replicada por movilizaciones ahora sobre este problema y, sobre todo, en Chiapas donde hay una pasividad muy grande del EZLN. No han hecho movilizaciones ni declaraciones al respecto.

Hay una campaña grande del candidato López Obrador, pero también de sectores importantes de la burguesía, la Cámara de Comercio, Slim y otros más, para la unidad nacional. El mismo López Obrador llama a la unidad nacional detrás de Peña Nieto, como si México ya hubiera sido invadido, por tropas norteamericanas. Si eso ocurriera, sin dudas no hay que fijarse en quién es el Presidente, hay que defenderlo. Pero hacer la unidad sin que haya sucedido con el que se arrastra detrás de Trump, con el que hace una política de hambreamiento de la gente y de asesinatos, como lo hace Peña Nieto, que tiene sobre sus espaldas decenas de miles de muertos, eso ya es un hecho criminal.

M.H.: Hizo mención a Trump, quien ya ha tomado las primeras medidas y supongo que usted ya tendrá alguna apreciación respecto de la marcha de su gobierno.

G.A.: Hay una cosa interesante que publicaba ayer un diario español, el índice de aprobación de Trump está por debajo del 51%, a Obama eso le llevó más de mil días, a los Bush otro largo tiempo, a Trump en 8 días le bajó el porcentaje de apoyo a la mitad.
Sus medidas son abiertamente antipopulares, porque se largó al mismo tiempo en contra de todos y no tiene ese respaldo porque el Partido Republicano es muy reaccionario, pero él cuenta con un pequeñísimo sector militante de derecha, los del Tea Party, pero no con el Partido Republicano en su totalidad.
Se largó contra los ecologistas abriendo dos nuevos gasoductos que Obama había cerrado, uno de ellos en terreno sagrado de los Sioux, por lo tanto, se largó también contra los indígenas, se largó contra los jóvenes, hay cientos de detenidos, se largó contra sectores constitucionalistas que dicen que no se puede impedir la entrada a EE. UU. de una persona simplemente por su religión, en un país que se hizo con inmigrantes de todos los países y todas las religiones. Se largó contra las mujeres, contra los mexicanos, contra todos simultáneamente, al único que respetó fue a Putin, que no es muy popular en EE. UU. En cambio se fue de frente contra China que tiene intereses muy vastos en EE. UU. y que hay muchas empresas que comercian no solamente con China sino también con otros países asiáticos y que emplean en la industria electrónica, a técnicos hindúes, musulmanes, indonesios, de todos los países. Recogió el repudio general, no creo que pueda mantener ese tipo de locura ni ese tipo de medidas. Acaba de largarse en contra de la Unión Europea también.

Rusia no va a caer en el canto de sirena de Trump respecto a China

M.H.: Precisamente quería detenerme en el tema de China, porque previo a su asunción dos importantes medios vinculados al Partido Comunista chino hablaron inclusive de posibles enfrentamiento bélicos si Trump insistía en el tema de Mar de China meridional y en alguna oportunidad recuerdo que usted señaló el peligro de un enfrentamiento nuclear.

G.A.: Se ha intensificado, porque China ha completado su ciudad flotante en el Archipiélago de las Perlas, quiere decir que han ampliado en más de 200 millas su soberanía marítima en ese sector, por el que pasa una gran parte del comercio mundial. No va a dejar que la flota de EE. UU. le impida esa libre circulación, por el contrario, va a ejercer mucha más presión sobre los vecinos, Vietnam, Taiwan, Japón. Las mismas medidas de Trump contra el comercio exterior y el proteccionismo ayudan a China, porque empezó a recibir mercancías e inversiones de esos países del sudeste asiático que son discriminados también por Trump. Es decir, que es una lucha que va a ser larga.

El intento de separar a Rusia de China a mi juicio es absurdo, porque China penetra profundamente con sus capitales y su gente en Siberia oriental y Rusia necesita vender sus armamentos y tener una sinergia con China desde el punto de vista económico y diplomático. No va a caer en el canto de sirena de Trump.
Es una política de pasos muy cortos, está contando con crearle tales dificultades a China que ésta caiga por sí misma. Algunas dificultades hay, por ejemplo, el sistema bancario en China es muy frágil y hay una corrupción gigantesca. El intento de crear un mercado interno en China se ha visto frenado porque hay mucha especulación, hay enormes ciudades vacías, que han sido construidas por una ola de inversión inmobiliaria, pero que no tienen nadie adentro. El crecimiento de China ha sido importante, 6,7%, pero no llega a 7%, que es el mínimo para mantener un rumbo permanente y estable. Y hay problemas internos en el Partido Comunista chino, sobre todo los sectores más ligados a las grandes empresas y a EE. UU., algunos de los cuales son incluso dirigentes del Partido que tienen inversiones en las Islas Caimán, en Jamaica o directamente en EE. UU., esos sectores no están muy de acuerdo con una medida que será sin dudas también proteccionista del lado chino frente a EE. UU. Pero hasta ahora todo eso es para presionar a China, para negociar con posiciones fuertes, porque China también quiere negociar.

M.H.: Hay dos temas que han llamado mi atención y quería consultarle, uno es si Trump no está repitiendo la política de Nixon a comienzos de los ´70 pero al revés, buscando un acuerdo con Rusia que debilite a China como en su momento lo hicieron Nixon y Kissinger respecto de la URSS y evidentemente les dio resultado. Por otro lado, la otra cuestión, es que me da la impresión de que hay una división en la burguesía norteamericana a partir del ascenso a la presidencia de Donald Trump. No parece ser tan hegemónico como ha sido durante los últimos 30 años el sector de la burguesía financiera ligada a Wall Street. ¿A qué sectores de la burguesía norteamericana está representando Donald Trump?

G.A.: Hay un fractura en el llamado establishment, tiene sectores de las altas finanzas que han ganado bastante, como un ex dirigente de Goldman Sachs que ahora está al mando de la política monetaria de Trump. Tiene sectores de la burguesía y sectores de la media y pequeña burguesía industrial que trabajan para el mercado interno, porque un aumento del mercado interno los favorecería aún más, por ejemplo, los farmacéuticos agrupados en una cámara están esperando ver este resultado.
Pero no van a poder imponer por mucho tiempo esa política a sectores industriales porque con el aumento del dólar y la caída del peso mexicano, el salario de México se ha devaluado un 20% más, quiere decir que en este momento un trabajador mexicano que gana por hora 60% menos, es todavía más barato. Entonces no es un negocio para las empresas del automóvil fabricar en EE. UU. con salarios que, sin dudas, al haber menos trabajadores porque van a echar a los inmigrantes, van a ser más altos y, en cambio, perder los bajos salarios a 200 kilómetros de distancia. Por más miedo que le tengan a la tasa del 30%, poner una tasa de ese valor hoy, que en realidad es del 17% porque el salario mexicano cayó a la mitad, lo hace aún más competitivo.
Tiene diferencias con sectores importantes de la burguesía, quienes más lo apoyan son los sectores petroleros, porque si Obama paraba ,con medidas defensoras del medio ambiente, el fracking y que además la caída del precio del petróleo hacía carísimo, ahora al eliminar esas medidas, va a ser más barato sacar el petróleo con fracking y ese sector se puede salvar.

M.H.: ¿Y con respecto a esta comparación al revés, respecto de los acuerdos con los chinos en los ´70?

G.A.: Lo que pasa es que Mao era un hombre sumamente limitado, además no conocía el mundo exterior, no hablaba otra lengua que el chino. Entonces, en las respuestas desgravadas de la negociación con EE. UU., Mao hace concesiones facilísimas y no le importa lo que pueda pasar en el resto de Europa.
En cambio, la actual dirección china es una dirección formada en China misma, en los campos de trabajo a donde los mandaron cuando se dio la llamada Revolución Cultural, es decir, que no son maoístas; son todos grandes industriales, grandes financistas y sectores que están ligados también con la política internacional. Xi Jinping habla varias lenguas y conoce mucho más de lo que conocía Mao. Y miden mucho más el mundo, Rusia, Medio Oriente, la Unión Europea, que Mao, que hacía una política internacional sumamente reaccionaria apoyando a todos los perdedores. Al FNLA en Angola, a Mobutu, a todos los dictadores posibles y no entendía bien lo que estaba pasando en el mundo.



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