31/12/2016

El ajuste en el ajuste, tras la salida de Prat Gay

56cbabd19a31a-820x460.jpgPodemos trazar algunas razones de la salida de Alfonso Prat Gay, y de lo que viene, a pesar de lo reciente de la noticia. Por Demián García Orfanó | Economistas de Base.

¿Qué está sucediendo con la salida de Prat Gay?

Uno de los puntos centrales está fronteras afuera, con el triunfo de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos, que inclina el mercado de capitales a nivel internacional hacia a EEUU con la suba de las tasas que se proyectan desde la Reserva Federal. Menores capitales disponibles para la especulación con materias primas reducirán no solo los flujos de capitales hacia nuestro país sino que abaratarán nuestras exportaciones y deteriorarán el balance comercial. En ese marco gran parte de las monedas del mundo se han devaluado (Euro 6% Peso Mexicano 12%, etc.), haciendo encareciendo relativamente las mercancías de producción local.

La economía brasilera, segunda socia comercial argentina, sigue sin despuntar, manteniendo al sector automotriz local en su crisis y a muchos otros sectores también, mientras se intentan colocar en nuestro país enormes cantidades de mercancías sin mercado en el país carioca (que por el momento sigue siendo una excepción al proceso de devaluaciones latinas).

El modelo Prat Gay tenía por pilar fundamental un tipo de cambio alto debido al endeudamiento, al ingreso de capitales especulativos y el blanqueo de capitales. El esquema recesivo resultante debía tender a planchar la inflación, y la apuesta era a que los sectores sociales beneficiados por la salida del cepo y por el dólar apreciado sean los motores de la próxima elección (con un deterioro social y productivo relativamente lento por culpa de la apreciación cambiaria y el estancamiento).

Sin embargo, la recesión se profundizó por demás por la crisis internacional y la política monetaria dura de Sturzenegger, que mantuvo altísimas las tasas durante varios meses. Si bien esto fortaleció al peso, en línea con los planes del ex Ministro, hizo más dramática la recesión. El costo de ser una gestión noventista aún es muy alto para el macrismo, y lo va a pagar en la próxima elección. Si la culpa era del Ministerio de Hacienda o del BCRA, es parte de la pulseada de los últimos meses entre sectores políticos del Gobierno Nacional.

Con este modelo Prat Gay, el Ministerio requería mantener el ritmo de endeudamiento el año que viene, pero el escenario internacional se tornó más desfavorable para el endeudamiento masivo. Empeorando la situación, el esquema que se configuraba al sumar la ley de reforma del sistema jubilatorio, el desarme relativamente lento de los subsidios (en relación con las propuestas originales), la ley de emergencia social mantuvieron al gasto público llamativamente alto para una gestión que hizo campaña contra el déficit del estado.

Con respecto a los ingresos fiscales, la quita de las retenciones a las exportaciones y a las compras de bienes en el exterior y con tarjetas de crédito tuvieron un alto costo para la ecuación financiera del Estado. En conjunto con la última reforma de ganancias, el endeudamiento implicaba mucho más que un parte para cubrir un par de años de transición, se iba a convertir en una condición de gobernabilidad.

Al final, llegó el final

En la interna del macrismo hubo una estocada. Los anuncios de R. Frigerio (ministro de Interior) de poner en marcha una reforma integral de los impuestos, para conseguir alivio fiscal claramente implican un nivel aún menor de ingresos del estado. Por el ideario de la gestión, una reforma se orientará a disminuir costos laborales y otros impuestos indirectos -cheque, retenciones, impuestos internos, etc.-.

Esa estocada terminó de dinamitar la proyección 2017 de Pray Gay, que con estos nuevos condicionantes solo cerraría con una política aún mayor de freno al gasto público, contraria a lo que aquel economista estaba dispuesto a sostener para que no se hunda aún más la actividad económica -sumado a los entretelones que no conoceremos sobre la interna de la discusión sobre Ganancias, y la relación del ex Ministro con el resto del equipo económico y el PJ.

Sacando cuentas

¿Qué cálculo poltico lleva a encarar esta acción al sector de Frigerio? Sin duda, una sensación de fortaleza polìtica. El año cierra sin lluvia de inversiones pero con una enorme ingreso de dinero del exterior al estado, blanqueándose en ese impuesto al delito llamado «Sinceramiento fiscal». A ese apoyo empresarial se suma el apoyo de los movimientos sociales alineados con el Papa, garantizando por un tiempo cierta paz social. Y por último, la CGT brindando con Macri en la Quinta de Olivos hace pocos días, luego de la reforma de ganancias.

Con estos puntos sobre la mesa, el camino de la próxima gestión del Ministerio de Hacienda se orienta a frenar todo aumento del gasto público o reducir lo que se pueda (la salida de Isela Constantini de Aerolíneas tiene un sentido similar, sumado a las maniobras de poca monta de sectores empresariales en el Gobierno por el mercado aerocomercial). El Ministerio de Finanzas tendrá que garantizar la deuda para el déficit que es imposible que cierre sin que explote la situaciòn social.

El panorama cambiario se mantiene difuso. La cercanía de las elecciones no señalan a este período como el más indicado para una devaluación, aunque no sería un escenario inimaginable una leve depreciación -con efectos inflacionarios acotados por la recesión- que le de aire fiscal a la próxima gestión y evite que se acelere el proceso de cierre de empresas e impacte antes de los próximos comicios.

Si bien estas líneas no plantean demasiadas novedades sobre los esquemas en danza, nos proponemos polemizar con aquellas visiones que avizoran tras este cambio una crisis fatal del Gobierno. No hay tal cosa, sino un ajuste en su estrategia, sobre la base de la fortaleza política de la gestión actual.

Esa fortaleza política superestructural convive con la existencia de un ideario social progresista muy extendido y niveles de organización y movilización popular que también serán condicionantes del proceso político-económico que se viene.



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