23/10/2016

Agustín Ramírez: una vida por los humildes

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La vida de Agustín Ramírez muchos no la conocen, pocos se encargaron de difundirla y recuperar su historia y su lucha. Un militante social que perdió su vida asesinado por la policía bonaerense en junio de 1988. Su muerte sentó uno de los mayores precedentes de «gatillo fácil” en los jóvenes de las barriadas. Un caso aún impune. Factores: responsables políticos, negocio inmobiliario, testigos secuestrados y torturados. Una vida para los demás, por una causa que aun hoy es fundamental: la tierra. Agustín en las voces de su familia y amigos. Por Federico Paterno.


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«Ya de chico me decía que me fije lo que pasaba en el barrio. Buscaba que los padres se organizaran para cuidar de los que estaban en la calle”, así comenzó la historia de su hijo Francisca Quintana en su casa de San Francisco Solano entre mate y tortillas, en una charla que tenía como testigo la imagen de Agustín en cada pared de la humilde vivienda del sur del conurbano.

La localidad bonaerense de Solano y parte de Quilmes fue el escenario principal de trabajo para Agustín Capi Ramírez, uno de los seis hijos de Francisca y Juan. Los Ramírez llegaron en 1968 a Solano cuando solo había campo y no se especulaba con negocio inmobiliario como ocurrió en los 80 y los 90.

El ejemplo: el cura y los sin tierra

A los 13 años Agustín ya era parte de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) de Solano en la parroquia del Padre Raúl Berardo. En ese momento comienza a participar de las reuniones de organización de la tarea y a fortalecer el interés que siempre tuvo por la ayuda hacia los que menos tienen.

«Raúl es un santo hizo mucho por mi familia”, asevera la madre de Agustín.

En 1981 el obispo de la diócesis de Quilmes, Jorge Novak, había calificado la situación social de San Francisco Solano como «Una ciudad sitiada por el hambre”. El padre Raúl Berado había viajado a Brasil y había advertido la situación social del hoy ya conocido Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil (MST).

El padre Berardo replicó el trabajo de la organización brasilera, pero en el conurbano bonaerense. Las familias venían siendo despojadas de sus viviendas desde la Capital Federal tras el comienzo de la construcción de las autopistas, lo que generaba que a cambio de unos pocos pesos les hacían dejar sus hogares.

En 1981, mes de septiembre, con una dictadura militar en el poder, Berardo desde la parroquia de Itatí, al sur de la provincia de Bs As veía la necesidad de la gente por un lugar donde vivir. En ese momento fue que San Francisco Solano sería uno de los lugares donde se dio el puntapié inicial en América latina para las hoy llamadas tomas de tierras.

Al acercarse a las dos hectáreas del actual barrio La Paz (Solano, partido de Quilmes) las más de 100 familias que estaban organizadas para la construcción de sus viviendas ingresaron al predio. La forma de la toma tuvo una particularidad: dividir las catorce manzanas del barrio y los espacios para las calles. Esta organización que fue fruto del trabajo de Berardo tenía en sus filas a familias enteras de las CEB. Entre ellos estaba Agustín Ramírez.

Claudio Rodríguez, compañero de militancia de Agustín agrega «En villa 31 y Villa Tranquila ambas de Capital en esa época los milicos pasaban con las topadoras entonces todos las familias se venían para acá (conurbano)”.

«Raúl siempre insistía que los terrenos una vez hechas las tomas tenían que ser bien divididos, así con el tiempo cada familia podía tener su casa”, recordó Francisca.

Cuando tenga la tierra

La organización de la cual era parte el Capi llevaba el nombre «Gente sin techo”. La tarea a cumplir dentro de la organización que significaba una toma de tierras era grande. Siempre dispuesto a estar en donde sea necesario. Organizar a las familias para defender la toma era vital y esa era una de las labores que cumplía junto a otros compañeros de las CEB. A partir de esta primera toma en el año 1981 surgen todas las restantes que se expanden, inclusive, a la localidad bonaerense de Florencio Varela en el pasar de los años.

Ante los desalojos de la policía de ese entonces (dictadura militar) Berardo se exponía en defensa de los vecinos «Raúl siempre se ponía adelante en las tomas cuando entraban los milicos, se ponía con las mujeres y los chicos delante de todo y el resto atrás para que las topadoras no avancen” así lo explicaba la madre de Agustín.

Las tomas posteriores que se dieron fueron las de «El Tala”, «Santa Lucia”, «2 de abril”, «Santa Rosa” y el último fue «Barrio Jerusalem” en 1986. Estos asentamientos sumaban más de cien hectáreas. Se calculan mas de mil familias las que organizadas pudieron generar lo que actualmente son estos tres barrios de San Francisco Solano. La noche era el momento puntual para hacer el ingreso de agua y comida en la toma. El lugar de encuentro era la parroquia del sacerdote Berardo.

«Nosotros lo veíamos a Agustín y su grupo como compañeros muy arraigados al trabajo territorial y de las comunidades. Se lo conocía mucho, todos lo referenciaban en el movimiento de las CEB”, advierte Claudio, compañero de Agustín. El joven de Solano siempre priorizó la militancia social en los barrios antes que la discusión política o partidaria. La urgencia era la gente y la organización por las tierras.

A lo largo de las dos horas de charla y entrevista con la familia de Agustín (mates y tortilla de por medio) el hermano mayor, Javier, en un momento aclara «A mi hermano pocos días antes de que lo maten la policía lo paro más de una vez y le dijeron que se dejara de joder y que la cortara con lo estaba haciendo”.

La madre del joven militante de base cristiana agrega que también hubo otros momentos de amenazas muy claras por parte de la Policía Bonaerense. Fueron varios los avisos que le hicieron notar a Agustín que la tarea que estaba cumpliendo no era bien vista para la política de turno, la policía y el negocio inmobiliario de la zona, más precisamente la inmobiliario «Martino”. «En una de las marchas que acompañe a Agustín uno de los policías lo freno y le dijo que se dejara de joder porque lo iban hacer boleta”, contó Francisca entrecortando su relato por las emociones que le causan recordar esos difíciles momentos.

«Varias veces le ofrecieron participar en política, pero él no quería saber nada, tenía otras preocupaciones más importantes, nunca lo pudieron convencer”, explica la madre de Agustín sobre la postura de su hijo en la participación política partidaria.

ES.LA.GA y los fogones

El Equipo Social Latinoamérica Gaucha (ESLAGA) coordinado por Agustín tenía una publicación escrita con nombre homónimo a la organización: «Latinoamérica Gaucha”. Allí se podían encontrar diversas notas y producciones armadas por los mismos vecinos. Un dato para tener en cuenta en esta publicación de esos años es la aparición de los nombres de los desaparecidos dentro de la revista. Sumado a esto tenía entre sus líneas datos concretos sobre los negociados inmobiliarios con las tierras fiscales de la zona. El Capi tenía un interés y un compromiso hacia los dd hh, su madre aclara que él siempre iba a ver a «Las Madres de Plaza” y como le insistía que se acercara a hablar con ellas.

La revista fue siempre a pulmón y autogestionada por los que participaban del proyecto. La humildad y la entereza de este joven supo generar una conciencia social en el resto de sus compañeros de militancia cristiana, una frase cotidiana de Agustín marca a fuego su pensamiento «De nada sirve la vida si no hacemos algo por los demás”.

Los fogones era el espacio de charla del grupo de las comunidades de base para poder acercarse a los pibes de la esquina, al que estaba todo el día ahí sentado. A partir de ese espacio, creado por Agustín, pueden enterarse lo que pasaba en el barrio y como buscar una salida a esa realidad. «En ese tiempo no había celular ni facebook, sólo mate cocido y torta frita”, asegura Claudio entre risas. Y destaca el apoyo que prestó el obispo de Quilmes, Jorge Novak, a los curas de la zona con la mirada puesto en lo social.

Objetor de conciencia

El Servicio Militar Obligatorio fue otra de las instituciones a las que se opuso Agustín. El primer objetor de conciencia de la Argentina, nombre formal con que se conoce a los desertores del la «colimba”, fue el actual referente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH) Pablo Pimentel. El segundo fue Agustín. En ese momento se funda el Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio (FOSMO). Las reuniones de FOSMO eran cada jueves en el barrio porteño de Once.
Agustín fue construyendo este espacio junto a Pimentel, quién le dio una gran mano con los informes de catastro en La Plata para saber el estado de las tierras que eran fiscales.

Francisca recuerda una charla de ese momento (1983)

-«Parece que vos tenes miedo de hace el servicio militar”- Madre

 «No mami, yo lo que quiero es que se saque este servicio militar porque a mucha gente la pisotean, ¿cuántos mas tienen que hacerlo?”
– Agustín.

Al momento que llega la carta al domicilio de los Ramírez deciden presentarse en La Plata, ingresan en las oficinas del lugar, el primero en pasar es Juan, papa de «el Capi” y da su explicación de por qué su hijo no realizaría el servicio militar obligatorio. Lo más importante que expresó fue que no había una idea de Agustín de no presentarse por temor a lo que sea, sino por una convicción de que se elimine la exigencia de su obligatoriedad. La respuesta del uniformado fue que no iban a poder salir del país por 10 años. Lo invita a retirase a la sala de espera a repensar la decisión. Juan ingresa nuevamente y mantiene firme lo decidido.

De las comunidades de base a los MTD

El origen de estos movimientos de militancia cristiana de base, conducida por el sacerdote Raúl Berardo, con sus orígenes en el movimiento de sacerdotes por el Tercer Mundo, todo lo que logró en torno a ese trabajo con las familias y con los jóvenes del conurbano engendra, en agosto de 1997, al Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD), en la capilla Nuestra Señora de las Lágrimas en Solano.

La dinámica de construcción evocaba a la realizada por Agustín y sus compañeros. En Florencio Varela también se dio origen a este movimiento de desocupados. Las decisiones siempre fueron asamblearias y se convirtió en un espacio donde se pudo recuperar la palabra para poder escucharse y buscar salidas a las crisis sociales.

En esta etapa hace su aparición otro cura destacado por su lucha por los humildes, Alberto Spagnolo, fue denominado como el «Cura de los desocupados”. La parroquia de este cura era el lugar de referencia como lo fue con Berardo, siempre respondiendo a una idea de la teología de la liberación. Hasta el año 2000 donde recibió por parte del obispado de Quilmes una orden de desalojo ante la negativa del obispo Novak tras el resguardo que había propiciado Spagnolo a seis familias sin techo. Ante la posición de resistir en ese lugar por parte del sacerdote y negarse al traslado a otra iglesia deciden alejarse de la parroquia.

La DIPPBA Y el final

La Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) fue quien entregó en el 2014 a Sandra Raggio, directora general de Promoción y transmisión de la Memoria de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), legajos donde se admite la persecución ideológica a Agustín Ramírez. Estos informes fueron solicitados por la CPM desde el 2001.

«Los policías se tomaron el trabajo de hacer croquis y cuadros relacionales, recolectaron volantes y afiches de convocatorias a marchas, y hasta conservaron notas emitidas en la prensa; este intensivo registro comprueba que a Agustín lo estaban investigando como militante político y social”, aseguró Raggio en una entrevista a la agencia de noticias Andar de la CPM.

El legajo lleva el número 27.910 y es caratulado «Homicidio de Javier Santos Sotelo y José Agustín Ramírez”.

La DIPPBA de la localidad bonaerense de Lanús se refiere a Agustín de la siguiente manera «Uno de los cabecillas de un grupo de personas que se dedicaba a captar carenciados sin lugar de residencia para introducirlos en terrenos fiscales y así radicar asentamientos”.

En 1987 el hermano menor de Agustín, Jorge, tuvo que dejar su escuela secundaria por un tiempo, por las amenazas y persecuciones que venía padeciendo. «En un momento la directora del colegio me llama y me dice si quería tener custodia y yo tenía miedo, pero a la policía”, recuerda Jorge y agrega «En los informes de la DIPPBA están los informes de la Comisión de Familiares y Amigos de Agustín, y figuraba de qué se hablaba, lo que se resolvía, los proyectos que se realizaban. Había un infiltrado y nunca supimos quien era el amigo que estaba infiltrado. En 1988 una de las jóvenes se fue del barrio, fue amenazada también, era una joven de la iglesia Luján. Recién hace poco tiempo logramos hablar con ella y nos contó lo que le había pasado en aquella época. Ella estando trabajando en Capital, se había cruzado con gente que le dijo: «córtenla con el caso de Ramírez”, esto fue al año de la muerte de Agustín”.

Apenas días antes de ser asesinado, Agustín decide el 24 de mayo de 1988 radicar una denuncia en la comisaria de Rafael Calzada, tras la represión que habían sufrido los vecinos el día 9 de abril luego del intento de ocupar diez hectáreas, las cuales tenían como destino el negocio inmobiliario.

Al hacer mención de estos informes de la DIPPBA el hermano menor de El Capi de Solano remite al golpe durísimo que fue enterarse de esta información. «La persona principal del grupo era Agustín, era el referente, sabían que volteándolo se desarmaba”, advierte Jorge.

La noche del 5 de junio de 1988 marca el final de la vida de Agustín Ramírez. Camino al asentamiento «San Martín” ubicado en las calles 826 y 898; es interceptado por integrantes de la Bonaerense. Su tarea esa noche era llevar unos postes de luz para la toma, pero no pudo cumplir. Su cuerpo fue encontrado sin vida y con evidentes muestras de haber sufrido torturas y vejaciones en su cuerpo. Javier Sotelo, amigo del capi, estaba presente al momento de la muerte de Agustín y su camino fue el mismo, asesinado por la Bonaerense, por estar en el momento equivocado en el lugar equivocado.

En ese periodo Antonio Cafiero era el Gobernador de la provincia, el Intendente de Quilmes Eduardo Caamaño y la presidencia estaba a cargo de Raúl Alfonsin. Luis Brunatti era en aquel entonces Ministro de Seguridad de Cafiero y había confirmado que no podía tener control sobre la Policía.

Al ser asesinado Agustín la ambulancia que viene a llevárselo tiene una particularidad que no imaginaron: su enfermero. Florencio Reyes era amigo de Agustín y fue quien debió trasladarlo en la ambulancia. Paso a ser el testigo primordial de la causa al ver de las torturas y los golpes sufridos por el joven de Solano.

La causa estuvo a cargo del juzgado Nº 2 de La Plata en manos de la jueza Rodriguez.

Brunatti le ofreció protección a Reyes al momento de reunirse con él en La Plata. La propuesta del ministro de Seguridad a Florencio es que se quedara en el lugar donde le podía asegurar protección. El enfermero decide de todas maneras regresar a su casa. Al bajar del colectivo en su barrio (Solano) es interceptado por un Ford Falcon que lo secuestra, golpea y tortura. Posterior a este episodio de violencia vuelve a ocurrir otra intimidación para que no declare y es lo que despierta en Reyes su decisión de viajar al Paraguay para radicarse allí.

Francisca asegura que había aparecido un testigo que podía ser clave, sin embargo no llego a declarar. El testigo tenía familiares que eran de la Policía. Él había pedido protección. La madre de Agustín toma contacto con su abogado de ese momento de apellido Colella y en pocas horas se reúnen para evaluar la situación. El abogado pidió que lo esperen 15 días a que regresara de sus vacaciones ya programadas, esto ocurrió un día miércoles, para el sábado el testigo estaba muerto con un balazo en la cabeza.

Uno de los datos más relevantes para ubicar bien las fichas del rompecabezas de responsabilidades políticas y empresariales de la muerte de Agustín está en la toma del barrio hoy llamado «Tierras de Jerusalem”, esta toma de tierras generó problemas con los dueños de la inmobiliaria Martino. «Se calcula que el brazo ideólogo de la muerte de Agustín fue este señor Martino, junto con la policía Bonaerense y los políticos de turno. El Intendente de Rafael Calzada era Jorge Villaverde. Ellos son los principales preocupados por la tarea que Agustín estaba llevando adelante”, señala Javier hermano de Agustín.

Es para destacar que dentro de los legajos que la CPM obtuvo por parte de la DIPPBA se sobresale «Fue el primero en objetar el Servicio Militar Obligatorio. Este militante de izquierda fue abatido el 05-06-88 por la Policía de la Provincia de Buenos Aires”.

Otros de los párrafos a tener en cuenta del informe dice «las víctimas pertenecían a la agrupación «COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE” organización que trabaja en barrios marginales y asentamientos ilegales”. Además de detallar con lujo las actividades de Agustín como la dirección de la revista «Latinoamérica Gaucha” y sumando recortes periodísticos de la época.

La búsqueda de justicia por familiares y amigos está en marcha de la mano de su abogado de la APDH Alejandro Bois junto a Pablo Pimentel. El juicio se debe hacer al estado porque la causa ya prescribió, recordemos que la muerte de Agustín tuvo un falso culpable que fue el chanchero de la zona de apellido Forciforce, ex integrante de la policía federal, y al momento del asesinato era cuidador de animales de la zona. Fue declarado inimputable por lo cual fue llevado a un neuropsiquiatrico del cual salió en libertad.

La peregrinación al cementerio de Rafael Calzada con el cuerpo de El Capi fue histórica. La distancia de donde partieron los restos de Agustín hasta el lugar era de unos 100 Kms, atravesada por más de cuatro cuadras de gente que acompañaron ese momento.

El impulso de la Comisión de Familiares y Amigos de Agustín Ramírez es poder elevar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estas pruebas de la DIPPBA para reabrir urgente la causa. «La Policía bonaerense aparece como brazo ejecutor del asesinato de Agustín en los informes de la DIPPBA. Ese material ahora es fundamental para la causa”, finalizó Javier Ramírez.

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1 comentarios

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  1. Veronica · 2018-06-05 14:19:25
    Gracias por contar esta historia desconocida para muchos. Que ejemplo tan atinado y necesario fue su vida para estoa tiempos tan oscura! Un calorcito pal corazón nomas ✌✌✌

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