05/10/2016

Así fueron despojados los Avá Guaraní por la Itaipú

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El violento desalojo de la comunidad indígena de Sauce, en Minga Porâ, volvió a exponer el caso. El documental Henda»™yva (Los que no tienen lugar) relata ese proceso de despojo. Aquí el documental completo. Por Eá


El pasado viernes 30 de setiembre se conoció el caso del violento desalojo de la comunidad indígena ava-guaraní Sauce, de Minga Porâ, Alto Paraná. Los mismos reclamaban dichas tierras como territorio ancestral, que les fue despojado durante la construcción de la represa Itaipú, para luego ser adquirido por terratenientes.

El documental Henda»™yva (Los que no tienen lugar), del año 2013, expone el caso de los ava guaraní y todo el proceso de despojo que sufrieron. En la década del 70, unas 36 comunidades indígenas Ava Guaraní, del subgrupo denominado paranaense, habitantes de la ribera paraguaya del Paraná, fueron desplazadas en contra de su voluntad para la construcción de la represa hidroeléctrica Itaipú. Violando tratados internacionales, los Ava Guaraní fueron destinados a pequeños territorios que debían compartir con otros grupos, lejos de las aguas del Paraná, perdiendo su antiguo hábitat que iba desde los Saltos del Guairá, en Canindeyú, a los Saltos del Monday, en Alto Paraná. Desde su expulsión, ninguno de los mismos ha recibido un resarcimiento territorial por parte de la empresa hidroeléctrica que pertenece a los Estados de Brasil y Paraguay, muchos de los mismos incluso hasta hoy siguen peleando por el reconocimiento de sus comunidades.

«Aquí nadie mato a nadie con los fusiles, pero sí en otros sentidos, culturalmente fueron prácticamente aniquilados”, asegura en el documental el antropólogo Enrique Gaska, de la Coordinadora Nacional de Pastorales indígenas, quien asegura que la gigante hidroeléctrica Itaipú puede ser acusada por genocidio.

Según la antropóloga Mari Blanca Barón, la mayoría de ellas desaparecieron, y sus habitantes fueron destinados convivir con otros grupos indígenas lejos de la ribera del Paraná, su principal sustento cultural y fuente de alimentos.

Para el traslado, en algunos casos se debió utilizar fuerza militar incluso, la mayoría no recibió resarcimiento económico alguno. Las indemnizaciones que se llegaron a realizar a algunas pocas familias variaron entre 30.000 y 80.000 guaraníes como mucho. En esa época, fines de los años 70, una hectárea de tierra costaba 70 mil guaraníes. El número de familias afectadas oscilan entre 234 y 543, según diversos estudios.

«Desde Hernandarias hasta los Saltos del Guaira era el tekoha guaraní”, asegura julio Martínez, de las Asociación Yvy Paraná rembey»™pe, la agrupación conformada por los desplazados entrada la década del 90, y quienes vienen solicitando unas 50.000 hectáreas de tierras como resarcimiento, desde la caída de la dictadura, siendo desatendidos por las distintas administraciones. Martínez resalta la importancia del rio Paraná para su cultura, «nosotros antes con el Paraná teníamos todas las facilidades”.

Según el Convenio 107 de la OIT, ratificado por Paraguay en 1968, en su artículo 12 especificaba que «no deberá trasladarse a las poblaciones en cuestión de sus territorios habituales sin su libre consentimiento”. Cuando «fuere necesario tal traslado a título excepcional, los interesados deberán recibir tierras de calidad por lo menos igual a la de las que ocupaban anteriormente”. Esto fue pasado por alto por la Itaipú y la dictadura de Stroessner.

El documental es una producción de la Coordinación Nacional de Pastoral Indígenas (CONAPI), con el apoyo de la Secretaria Nacional de Cultura, el Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch, Misereor y la Pastoral Indígena Espíritu Santo de Nueva Esperanza, Canindeyú.

Ficha técnica: Dirección y producción general: Miguel Armoa. Asistente de dirección y cámara: Sofía Paoli Thorne. Coordinación general: Pablo Bogado. Asistente de producción: Magali Casartelli. Edición y cámara: Juanca Lucas. Diseño gráfico: Mónica Omayra. Musicalización y composición: Julio Rodas



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