Información enterrada: la corrupción en los medios masivos (III)
La banda sigue tocando. Mientras las imágenes de Pérez Corradi y José López se mantienen en el «prime time”, quien hasta hace poco era su abogada hoy participa en «Showmatch”. Los cuatro detenidos por las muertes en la fiesta Time Warp fueron liberados aunque siguen procesados, de los prófugos ni noticias, y si retrocedemos 10 años, podemos repasar cómo el refuerzo en las medidas de seguridad en el rock «post Cromagnón” le dio poder a personas como un tal Juan Carlos Blander, que fue parte de la patota que atacó a la cooperativa de Tiempo Argentino en la madrugada del pasado lunes. Por Ramiro Giganti, para ANRed.
El Show de la corrupción
Detenciones fuera del país, dinero enterrado, acusaciones de abuso sexual, tuits falsos»¦ Este podría ser (y en parte lo es) el resumen del capítulo anterior de una serie. La imagen del acusado con el chaleco mencionada en notas anteriores sería una de esas imágenes que se repiten en un capítulo y el siguiente, como las huellas digitales de Pérez Corradi, o las grúas un par de meses antes.
Posiblemente en alguna de las notas previas esté presente, a modo de ironía, la relación de estas investigaciones con el programa Showmatch. Seguramente la realidad ya haya superado la ficción con presencias políticas bailando, de hecho ya había ocurrido. Pero sin la velocidad con la que una abogada defensora de un acusado de corrupción se sume al «bailando”, como pasó en estos días. El morbo machista y sexista muchas veces mencionado, que abunda en ese programa, tiene su nueva figura: la «abogada hot” (como la llaman los medios masivos) Fernanda Herrera, quien tomó presencia mediática al ser la abogada de José Lopez hace escasas semanas.
La noticia de su presencia en este programa televisivo llegó antes que su decisión de abandonar la defensa de su cliente. Interesante puede ser el pasado político de la abogada, ligada al peronismo y al partido Unión Popular, que apoyó la candidatura de Eduardo Duhalde en 2011, de Martín Redrado y también tuvo vínculos con el massismo.
Defender a la corrupción: un método para alcanzar la fama y ser parte del show. Los medios masivos de TV lo premian a diario. Eso si, a la hora de pedir «seguridad” o de criminalizar a quienes protestan, la información se presentará como seria.
Entre muchos episodios, cabe recordar cuando un grupo de trabajadores despedidos del grupo Indalo irrumpió en el programa con remeras que denunciaban los 40 despidos. No hubo violencia por parte de los manifestantes, que fueron retirados rápidamente. Su conductor los denunció y acusó de barras bravas y patoteros. No eran ni barras bravas ni patoteros, eran trabajadores de la fábrica de dulce de leche «La Salamandra”, que acababa de despedir a 40 trabajadores, porque supuestamente la empresa «no cubría los costos”, sin embargo la empresa había sido comprada en 7 mil millones y anualmente facturaba 5 mil millones. La empresa pertenece al empresario Cristóbal Lopez, socio de Marcelo Tinelli en Ideas del Sur en ese entonces, y uno de los principales «empresarios K”.
El rol jocoso de un imitador, la supuesta «simpatía” de un gobernante o candidato para ir a bailar y reírse de un chiste superficial opera en ese sentido. En el año 2009, mientras Luciano Arruga estaba desaparecido Tinelli pedía seguridad, a poco tiempo de cerrar las campañas electorales. Francisco De Narváez bailó reggaeton con su imitador en el programa. Luego, en el cierre formal de su campaña dijo «alica-alicate”, recordando la parodia que su imitador hacía en el programa. Ese candidato ganó aquellas elecciones, mientras uno de sus punteros había sido el impulsor del destacamento donde torturaron, mataron y desaparecieron por cinco años a Luciano Arruga.
El tiempo no calla
Ya pasó un tiempo de las muertes en el festival Time Warp. Poco se investigó sobre los negociados con los terrenos de Costa Salguero. Los pedidos de indagatoria al Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta fueron bloqueados y rechazados. Hubo cuatro procesados detenidos y otros prófugos. La última noticia es que los detenidos fueron liberados, si bien siguen estando procesados alegando que «no hay peligro de fuga”. Lo curioso es que hay procesados prófugos. Eso si: se sigue criminalizando a jóvenes y hablando de «la droga”.
Las relaciones con Cromañón siguen presentes, las medidas de seguridad reforzadas a favor de intereses que no siempre son los de los jóvenes que asisten al evento, la persecución a espacios independientes y una mayor burocratización que rara vez condena a los culpables. Pero por muchos motivos la palabra «tiempo” va a estar presente en estos renglones. No solo porque el festival se llame «Time Warp”, o por el tiempo que pasó desde Cromañón, tiempo que para muchos puede ser sinónimo de olvido y que casualmente la palabra Cromañón viene del francés Cromagnón, un adjetivo que se utilizaba para describir a restos fósiles del paleolítico, que de hecho es el nombre de una cueva francesa donde se encontró arte rupestre y restos fósiles de aproximadamente 40 mil años de antigüedad.
Luego de la Masacre de Cromañón las medidas de seguridad en recitales de rock se reforzaron. En la visita de los Rolling Stones, en el verano del 2006, hubo 150 detenidos por incidentes en uno de sus conciertos en el Estadio River Plate. Pero las muertes en recitales de rock no solo no terminaron, sino que fueron generadas por las mismas fuerzas de seguridad que incluso tomaron el incidente «rollinga” (donde los jóvenes fueron detenidos por el intento de algunos de colarse) para utilizar la excusa como defensa de cualquier crimen.
El caso de Rubén Carballo es uno de ellos: Rubén fue brutalmente golpeado por la policía en las inmediaciones del Estadio Vélez Sársfield el 14 de noviembre del 2009 en la previa de un concierto del grupo «Viejas Locas”. Luego de semanas de agonía falleció el 8 de diciembre. La policía acusó a Rubén de intentar colarse, pero en su bolsillo tenía la entrada que se había comprado con mucha anticipación. Más reciente en el tiempo es el asesinato de Ismael Sosa, mientras estaba por comenzar un recital del grupo La Renga en la provincia de Córdoba. Ismael había ido con su novia al recital, ella pasó primero los controles, y a Ismael lo detuvieron y se lo llevaron. Estuvo desaparecido un tiempo mientras su familia lo buscaba en todas las comisarías: su familia recibió la noticia: Ismael fue encontrado muerto cinco días después del recital.
Pero todavía falta una vinculación más con la palabra tiempo y que tiene que ver con el crecimiento de las fuerzas de seguridad en recitales de rock luego de Cromañón: uno de los «históricos” en lo que significa la organización de la seguridad en recitales de rock se llama Juan Carlos Blander. En una entrevista realizada en el suplemento «No” del diario Página 12 (o sea, en el suplemento «joven”, no en la sección de policiales) en el año 2005, poco tiempo después de la masacre de Cromañón, Blander da explicaciones y justifica el accionar de la seguridad. La nota lo presenta más como «una figura del rock” que como un servicio de seguridad. Una suerte de intento de comunión entre las fuerzas de seguridad y el rock, impensada años atrás. En la nota cuenta anécdotas, nombra recitales de bandas famosas, aunque aclara que el no habla de música sino de seguridad. Dice también, que uno de sus hijos fue sobreviviente de Cromañón, y que él era uno de los que «le sacaba las bengalas a los pibes” en recitales de Callejeros previos a la masacre. De algún modo la nota lo presenta como «el hombre bueno de la seguridad”…
En la madrugada del pasado lunes 4 de julio una patota atacó la redacción del diario Tiempo Argentino, puesto en funcionamiento por sus trabajadores, que hace meses no cobran el sueldo. La patota rompió equipos y se benefició de la ausencia de la Policía Federal. Al frente de esa patota estaba Juan Carlos Blander.
Notas anteriores:
Información enterrada: la corrupción en los medios masivos (I)
Información enterrada: la corrupción en los medios masivos (2 )
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