06/10/2015

Parto humanizado: un paso mas

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Después de 11 años, finalmente llegó la reglamentación de la Ley 25.929 de Parto Humanizado, que pone prioridad a los derechos de las mujeres a recibir información antes, durante y después del parto, así como de elegir la persona que la acompañe y la posición en la que quiere parir. Esta ley es un paso más en la lucha por los derechos de género. Por Corriendo la voz


La Ley de parto humanizado, también llamado «Parto respetado”, pone el foco en los verdaderos protagonistas del hecho que son la mamá y el bebé. Se busca destacar el lado humano y natural de la situación y no tomarlo como una intervención quirúrgica más. Así, la mujer se encuentra amparada y puede hacer valer sus derechos a la intimidad, al respeto y a la información.
«Cada persona tiene derecho a elegir de manera informada y con libertad, el lugar y la forma en la que va a transitar su trabajo de parto (deambulación, posición, analgesia, acompañamiento) y la ví­a de nacimiento”.

Además, se especifica que toda mujer tiene derecho a estar acompañada por una persona de su confianza y elección durante su embarazo, trabajo de parto, parto y posparto. Muchas denuncias por violencia obstétrica se basaron en la negativa del personal médico frente al pedido de que alguien acompañe a la mujer durante la cesárea.

¿Qué es la violencia obstétrica?

Para la ley 26.485 es «aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales”.

Cualquier persona del equipo de salud puede ejercer violencia hacia la mujer durante la atención del preparto, parto y post parto, y esta violencia puede manifestarse de diferentes maneras: maltrato, falta de atención o consideración, intervenciones médicas injustificadas sobre el cuerpo de la mujer, falta de información sobre las prácticas médicas, falta del pedido de consentimiento informado o que te hayan negado el derecho a estar acompañada durante todo el proceso del parto.

¿Qué derechos tenemos durante el parto?

La Ley 25.929 promueve que se respete a la mujer en sus particularidades «“raza, religión, nacionalidad- y que se la acompañe en la toma de decisiones seguras e informadas.

La mujer tiene derecho:

 A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto y participar activamente en las decisiones que acerca de las alternativas distintas si es que existen.

 A ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.

 A un parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados.

 A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.

 A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.

 A elegir quién la acompañe durante el trabajo de parto, parto y postparto.

 A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.

 A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.

 A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.

 A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.

Por su parte, toda persona recién nacida tiene derecho:

 A ser tratada en forma respetuosa y digna.

 A su inequívoca identificación.

 A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia.

 A la internación conjunta con su madre en sala.

 A que sus padres/familiares reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.

La familia de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen los siguientes derechos:

 A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.

 A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.

 A un consentimiento informado sobre cualquier práctica médica que se le realice al niño o niña.

 A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida.

 A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.

Cuando estos derechos no se cumplen se está violando también la ley 26485 de protección integral a las mujeres.
Sin dudas la reglamentación de esta ley es una conquista en la lucha por los derechos de la mujer. La mujer no solo es oprimida en cuestiones sociales, muchas veces la violencia de género se ve en lugares de la realidad cotidiana donde el sentido común ni siquiera lo percibe.
Respetar el parto y el nacimiento hace que se respete el poder de dar vida, el poder de las mujeres.
Respetar el parto es respetar al ser humano.



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