14/10/2005

Teatro: «Guayaquil», el encuentro de Bolívar y San Martín

El sueño de la consolidación de estados americanos independientes, la persecución de la ansiada liberación del sometimiento español y de países devenidos en potencias que desde los trasfondos del escenario mundial pretendían dirigir los rumbos de las Provincias Unidas del Río de la Plata fueron algunas de las quimeras que impulsaron a Simón Bolívar y a José de San Martín a reunirse en Guayaquil en 1822.


El escenario que permitió a decenas de personas asistir a ese encuentro y ser partícipes de un diálogo clave para el devenir histórico de Latinoamérica fue el del Teatro del Pueblo, y el público estuvo convocado por Pacho O’Donell, Lito Cruz y Rubén Stella.

Guayaquil fue la plataforma para poder concretar así una unión político-militar que permitiese entrar a Lima y obtener el triunfo sobre las tropas realistas del rey FernandoVII. Comprender y analizar este encuentro único, magnánimo y definitorio es lo que nos permitirá conocer un poco más acerca de los hilos que han conformado nuestra historia y cómo está presentado el tejido de la inserción de nuestro país en la región.

La obra tiene como título el sitio del famoso encuentro, «Guayaquil», y la singularidad de la puesta teatral es el intento de romper con las imágenes consolidadas en el acervo cultural popular: quebrar la clásica y oficial imagen de San Martín y de Simón Bolívar.

¿Cómo logra cumplir este cometido? A medida que el público va ingresando a la sala y acomodándose en sus butacas, ya pueden observarse sobre las tablas a los actores sumergidos en sus respectivos papeles, sufriendo sus penas e incertidumbres.

Se presencian entonces, las dudas, los temores, y se crea el clímax propio de un momento acuciado por conspiraciones, egoísmos y traiciones, que ambos personajes no desconocen. Se abre así la puerta del mundo teatral.

¿Qué nos queda decir de las actuaciones?, por momentos se ve a un Lito Cruz incólume, que en el devenir de sus parlamentos refleja la actual y candente situación que atraviesan los países sudamericanos ante la presión que ejerce Estados Unidos en el cono sur.

Durante el transcurso de la obra, en ese diálogo público y al mismo tiempo íntimo, se puede pensar en cómo a pesar de los años algunos temas continúan vigentes para definir nuestra situación.

Todo esto no hace más que iluminar un acertado guión que muestra con una exactitud lacerante cómo en las sábanas del poder la conspiración y la traición pueden gestarse desde los lugares menos pensados.

En la apertura que hace Lito Cruz -por mencionar sólo un instante-, con certeza pero con rastros de decepción afirma: «en mi país no existe la independencia». Cualquier semejanza con la actualidad está enteramente confirmada por largos años de dependencia económica.

O bien a un Stella que hacía sentir a flor de piel cómo en momentos revolucionarios (o de crisis sociales) las mezquindades individuales de los gobernantes, el abuso de poder o la simple ignorancia pueden destruir el más noble y altruista de los proyectos.

La Utopía de consolidar a América del Sur como región libre fue la entelequia que impulsó el dichoso encuentro entre Bolívar y San Martín, y quizá este tipo de obras pueda servir para dar comienzo a un análisis crítico y tenaz acerca de la posición de Latinoamérica con relación al mundo.

Por el momento, lo que la obra deja tan pronto como se encienden las luces y pueden al fin escucharse las opiniones del público en medio de las ovaciones, es una reflexión sobre los grandes problemas de América que nunca se solucionaron, la desunión que potencias como España, Inglaterra, y también Estados Unidos lograron forjan en el cono sur.

Stella en la voz de su personaje, Bolívar, con encono grita en un acto perplejo la paradoja de la supuesta independencia que se obtiene si se forman estados «libres» pero débiles y dependientes; «independientes» pero dominados.

Contar el final de la obra no hace falta aquí, es harto conocido por todos; pero puede ser que tal vez el final, el destino de la historia de nuestra región no esté tristemente «escrita en inglés», como afirmaba compungido Stella.

Intérpretes: Lito Cruz y Rubén Stella

Guión de Pacho O’ Donnel

Dirección de Lito Cruz

Teatro del Pueblo

Av. Roque Sáenz Peña 943, Ciudad de Buenos Aires.

Tel. (011) 4326-3606

E-mail info@teatrodelpueblo.org.ar

Jueves, viernes y sábado 21 hs.

Localidades: $12 – Estudiantes: $ 7 – Jubilados: $5




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