El tango del que preferimos no hablar: niños, pobreza, drogas y violación de derechos
Otro episodio de violencia institucional ocurrió ayer por la noche en la estación Pueyrredón de la línea D de subtes de la Ciudad de Buenos Aires. Tras una pelea entre cuatro chicos de entre 10 y 12 años en situación de calle por una bolsa de poxiran, un oficial de la Policía de la Ciudad creyó que la mejor forma para contener a un grupo de menores que estaban en situación de consumo problemático era a macanazos, y comenzó a pegarles. “Se están muriendo de hambre y frío, entonces se drogan porque es más barato. Para lo único que les alcanza. Y la única respuesta que tiene el Estado para esto es pegarles”, relató Jazmín, que pudo filmar los videos de lo sucedido, que compartimos. Por Antena Negra TV.
Lunes, 9 PM.
Hacen 8º en el centro de la Ciudad de Buenos Aires.
Cuatro niños de entre 10 y 12 años estaban consumiendo poxy-ran en la estación Pueyrredón del subte D. Alguien al que los chicos llamaban “ciruja”, según lo que cuenta Jazmín, una de las pasajeras que pudo recopilar la historia, quiso sacarles la bolsa y se las derramó encima. Los chicos se enojaron y comenzaron a pelearse.
La pelea, y probablemente la vestimenta, el olor y la apariencia de los niños fue motivo para que la gente se alarmara y llame a la policía.
La situación no mejoró cuando la policía llegó. El oficial de la Policía de la Ciudad creyó que la mejor forma para contener a un grupo de menores que estaban en situación de consumo problemático era a macanazos y comenzó a pegarles.
Esto aumentó la volencia de los chicos. Uno de ellos le pegaba patadas a otro sin reparar en que el que estaba en el piso tenía encima los varios kilos del policía.
Al enterarse de esta situación, Santiago, docente de un colegio del Bajo Flores, llamó a la Guardia Permanente de Abogados del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, ya que son “el organismo encargado y responsable de tomar las medidas de protección de derechos correspondiente a cada situación y de realizar la denuncia e investigación judicial pertinentes de ser necesario” (Res. 1956/2006 del Ministerio de Salud) de quienes lo único que obtuvo fue la declaración de que ellos “confiaban en que la policía iba a actuar bien”.
Además, Jazmín comentó que al decir que esa no era forma de tratar a niños y que estaban violando sus derechos otros pasajeros hicieron comentarios sobre el olor a pegamento que tenían y su aspecto como si esto justificara la ausencia de derechos.
Hace más de un año, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta presentó a la nueva policía como un cuadro eficaz, técnico y “un nuevo paradigma en seguridad”. Sin embargo, en este último año lo que hemos visto son situaciones en que demuestran todo lo contrario. Por su parte, las instituciones del Estado, que deben velar por nuestros derechos, tampoco parecen funcionar correctamente.
Con este frío, los niños no sólo estaban muy desabrigados sino que también se los veía en un estado de desnutrición muy avanzado. “Se están muriendo de hambre y frío, entonces se drogan porque es más barato. Para lo único que les alcanza, y la única respuesta que tiene el Estado para esto es pegarles”, concluyó Jazmín.