España: Se cae a pedazos el gobierno de Rajoy
El Partido Socialista impulsó una moción de censura contra Mariano Rajoy tras el fallo judicial por la “Trama Gürtel”, que involucra cientos de casos de corrupción en el Partido Popular. El apoyo de nacionalistas vascos e independentistas catalanes es clave para la destitución del actual presidente. Por Santiago Torrado / Foto: Dani Gago.
El jefe del Partido Socialista, Pedro Sánchez, presentó el pasado 25 de mayo una moción de censura para remover a Mariano Rajoy de la Presidencia del estado, debido a la reconocida financiación ilegal de su partido, que ya cuenta con un gabinete de ministros al completo, cumpliendo condena en la cárcel.
El Partido Popular comienza a sumir su derrota y prepara el terreno para dejar el poder. Hasta ayer por la noche se discutía en La Moncloa la posibilidad de que Rajoy dimitiese para dejar sin efecto la moción de censura y convocar elecciones anticipadas. Sin embargo, esta jugada permitiría que Ciudadanos -la versión española del PRO- avanzara sobre el electorado conservador que desde hace tiempo le disputa al PP, debilitando considerablemente la posición de los “populares” como bastión de la derecha conservadora y abanderados de la banca. Frente a esta situación, la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, descartó en diálogo con El País la posibilidad de la dimisión.
Podemos, la formación de Pablo Iglesias, manifestó su “apoyo incondicional” a la moción de censura, e incluso propuso al PSOE un gobierno de coalición. Sin embargo, tras el acuerdo de Sánchez con los nacionalistas vascos, la bancada morada ha elevado críticas, dado que la condición de los vascos para avalar la iniciativa del PSOE es aplicar plenamente los presupuestos de 2018. Según afirmó Rajoy en sede parlamentaria los podemitas se van a “comer con patatas el presupuesto”.
Vascos y Catalanes, la clave para echar a Rajoy
Los partidos independentistas catalanes han apoyado la moción, previendo mejores condiciones para negociar el regreso de sus exiliados, o incluso la salida en libertad de sus presos políticos. Tanto Esquerra Republicana como los posconvergentes del PdeCAT avalan la iniciativa parlamentaria, previa negociación con los socialistas, a pesar de que éstos no reconocen el estatus de presos políticos de los dirigentes catalanes en prisión, y fueron pieza clave en la represión política e institucional que aún hoy vive Cataluña.
Por su parte, el pragmático Partido Nacionalista Vasco (PNV) pone como condición para su aval la aplicación del presupuesto recientemente aprobado, y no es casualidad, dado que el mismo otorga una inversión para Euskadi de 450 millones de euros, ofrecidos por el gobierno del Partido Popular a principios del mes corriente, como tributo al PNV, dado que sin ellos no reunían el quórum parlamentario para aprobar la partida presupuestaria. “El que a buen árbol se arrima… etcetera”
¿Un Gobierno post Pepero?
En resumen: la crisis institucional reacomoda todo el arco político y cada formación barre para casa. Una síntesis elocuente del perfecto desorden que reina en el reino (de España), mientras aún se discute puertas adentro quienes y cómo sustituirán en el poder ejecutivo al saliente y putrefacto PP lo que queda de legislatura.
Fuente: Enfant Terrible