30/05/2018

Macri y las consecuencias de decretar la continuidad del tarifazo

Tensión en el Gobierno de Cambiemos. Todo parece indicar que el Senado aprobará el proyecto de ley que buscar frenar el tarifazo en los servicios públicos a noviembre del 2017. A pesar de las continuas maniobras, ofrecimientos y negociaciones, Macri no logró sumar las suficientes bancadas para contener el proyecto de la oposición que ya fue aprobado en la Cámara Baja. El gobierno ya anunció que vetará la ley  mediante un DNU. Qué consecuencias se asoman en el escenario político. Por ANRed

La inestabilidad vuelve a hacerse carne cuando todo parece indicar que se aprobará en la Cámara Alta el proyecto de la oposición que busca moderar el alza en los servicios públicos y retrotraelos a noviembre del 2017. La medida ocurriría cuando todavía está fresca la crisis cambiaria que empujó al dólar al espectro de los 25 pesos poniendo en ridiculez a las paritarias salariales del 12% que impuso el Gobierno y desatando otra nueva carrera inflacionaria que voló por los aires los 15% proyectados por el ocifialismo durante este año. El encarecimiento del costo de vida arreció aún más a los bolsillos golpeados por los anteriores incrementos en los servicios públicos. Ayer, el Presidente Mauricio Macri esquivó a las conferencias y salió mediante una pseudo cadena nacional a explicar por qué había que detener el proyecto de ley, anticipándose, quizá, al decreto que deberá emitir una vez derrotado en el Senado. Pero ello recurrió al recurso duranbarbístico de polarizar con «la pesada herencia», una estrategia ya descartada por el hartazgo pero considerado un recurso estratégico útil pero como manotazo de ahogado cuando la imagen pública del Gobierno de Cambiemos está por el piso. El presidente nombró directamente a Cristina Fernández de Kirchner acusándola de ser artífice del proyecto de ley que amenaza los incrementos en las tarifas. La idea sería reaviviar el fantasma anti-k y poder contener la fuga de votantes propios siempre sensibles al kirchnerismo. Sin embargo, la jugada mediática tan utilizada es poco prometedora para el comando de Cambiemos.

  Hoy, todo parece indicar que Macri saldrá a vetar la aprobación en el Senado y con ello la derrota de pagar el costo político que intento evitar por medio de un proyecto alternativo que divida a la oposición. Mauricio Macri ya no tiene el aire que un mandatario cuenta en sus inicios de mandato, cuando en una oportunidad le cerró el paso por decreto a la Ley de Emergencia Laboral que organizaciones sociales y sindicales impulsaban para contener los despidos que se multiplicaban de a miles. Esta vez el decretazo amenaza con traer en junio mayor clima de conflicto social como en las jornadas sucedidas el 14 y 18 de diciembre cuando todo el país fue testigo de las imágenes de multitudes oponiéndose a la Reforma Previsional mientras la policía de Macri arremetía contra la protesta. Sabe el Gobierno que desde esos días las fisuras en su propia alianza se pusieron candentes al calor de la represión y de los cacerolazos. Hace unas horas en en el canal América tv el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, confirmó afirmó que Macri está listo para eliminar por DNU a la ley que se aprobaría. “No vamos a dudar ni un instante en hacer las cosas que tenemos que hacer” dijo y agregó “el Presidente fue muy claro en lo que iba a pasar con esta ley”. A su vez dijo: “tenemos que dar claras señales al mundo que ahora nos está mirando con mucha inquietud, de que no vamos a dudar ni un instante en hacer las cosas que tenemos que hacer”.

La inminencia de un decreto del presidente para continuar con los tarifazos agita las aguas dentro de la conducción de la CGT en medio de la interna entre los sectores que promueven el diálogo con el Gobierno de la mano de Rodolfo Daer, y los que quieren activar un paro general de la mano del moyanismo. El DNU abre la posibilidad del rompimiento de esa alianza que tenían estos sectores dialoguistas de la cgt con el gobierno y un plan de lucha de los sectores obreros más fuertes.

A la espera de pasar este trago amargo, el Gobierno no da cuenta del momento exacto en el que implementará el decretazo que resonará en la sociedad como un mensaje hostil en el que continuarán los aumentos en todos los servicios públicos. También sabe que el Congreso no será el mismo tras el decreto: los opositores se encolumnan y no quieren pagar el precio de un Gobierno en crisis y ajustador que incluso mancha a su propio recambio de figuras candidateables como María Eugenia Vidal, actual gobernadora de la Provincia de Buenos Aires. Mientras, el próximo Mundial de fútbol puede ser un oasis entre tanto mala noticia. El poder futbolístico puede curar heridas y hacer milagros como sucedió otras veces en la triste historia Argentina y el oficialismo se esfuerza pero llega exhausto a su orilla. La euforia de una victoria o la furia de una pronta vuelta puede acabar en la inestabilidad tan temida.



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