09/05/2018

La calle y el Congreso como tribunas, tras la vuelta al FMI

El presidente Mauricio Macri anunció el inicio de conversaciones con el FMI para conseguir un préstamo para paliar la turbulencia económica del país, en medio de la incontrolable corrida del dólar, que se mantiene en alza. Se desconocen los detalles, pero los antecedentes del organismo indican que como condición solicitará a Macri que abandone el gradualismo y avance más aún con el ajuste. En éste marco, desde el mediodía se tratará en Diputados un proyecto de ley de la oposición para retrotraer los tarifazos a fines del año pasado, y a las 18 diferentes sectores gremiales, políticos y sociales marcharán al Congreso Nacional en repudio a los tarifazos, la inflación, los despidos masivos y las políticas de ajuste. Con su imagen popular en caída, el fantasma de las masivas movilizaciones del 14 y 18D contra la Reforma Previsional, y la vuelta al FMI, los tiempos se aceleran y acortan para Cambiemos. Por ANRed.


La señal de ajuste: lo único claro de la era Cambiemos

A ccuatro meses de anunciar en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional que «lo peor ya pasó», tras una segunda fuerte corrida del dólar, el presidente Mauricio Macri anunció ayer que su gobierno inició conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para pedirle una «línea de financiamiento preventivo», que hace recordar el «blindaje financiero» del gobierno de la Fernando De la Rúa (Alianza) previo a la peor crisis económica de la Argentina, en diciembre de 2001.

Como extraña paradoja, el mismo ministro de Hacienda Nicolás Dujovne que en 2016 posaba en un programa de TN con un cartel donde llamaba a no volver al Fondo, ahora se encuentra en los Estados Unidos para cerrar el acuerdo con el organismo de crédito. El ministro justificó la medida asegurando que «el FMI es diferente a lo que era hace 20 años».

Tras el anuncio de Macri el ministro dio una rápida conferencia de prensa, donde no brindó detalles sobre el monto acordado en la negociación con el FMI, ni sobre las condiciones del organismo por el préstamo. Pero la agencia Bloomberg detalló que préstamo sería de U$S 30 mil millones, cifra que equivale al monto del vencimiento de Lebacs del próximo martes.

En el programa «Siempre es hoy» (conducido por Daniel Tognetti y que va por AM 1030 Del Plata), Claudio Loser, ex Director para el Hemisferio Occidental del FMI, señaló que «Macri no puede decir que ésto está acordado. Van a que sentarse a negociar: ‘A ver, apúrense en el ajuste fiscal, hagan lo que dijeron que iban a hacer en dos o tres años, háganlo más rápido», detallando que el abandono del «gradualismo» se estima será una de las condiciones centrales del FMI por el préstamo.

En el marco de una Argentina que tiene como problema estructural que su economía no genera los dólares que necesita, porque nunca llegó la «lluvia de inversiones» prometida por Macri, la política del gobierno nacional seguirá, entonces, centrándose en reducir el déficit fiscal, y con el pedido del préstamo al FMI se acortan los tiempos de margen del ajuste y la imagen popular del equipo de Cambiemos, por el impacto social que generarán esas medidas.

Luego del FMI no le estaría quedando otra opción al gobierno de Macri, para continuar con su política de ajuste popular y beneficio al sector financiero especulativo, el gran ganador en medio de toda ésta turbulencia político-económica. En el horizonte de corto plazo, el único alivio inmediato del gobierno parece ser el comienzo del Mundial de fútbol a mitad de junio, elemento siempre utilizado por los gobiernos para desviar la atención de su población de los temas claves.

Justamente, en medio del furor por la Selección Nacional Macri tiene pensado vanzar con la Reforma Laboral en el Congreso, que castigará a la clase trabajadora al precarizar aún más sus condiciones laborales, y que va en el sentido de impulsar un mercado laboral más flexible. Una de las medidas básicas que siempre pide el FMI.

Las calles y el Congreso, calientes

El contexto no podría ser peor para el gobierno de Cambiemos: a pesar de la maquinaria publicitaria puesta en funcionamiento por el Gobierno para mejorar su imagen, y tras el anuncio de Mauricio Macri de que Argentina vuelve al FMI, al cierre de ésta nota, el dólar sigue en alza, llegando a alcanzar los $23.09 para la venta. Por su parte, los bloques opositores buscarán frenar los tarifazos en el Congreso, y por la tarde se esperan movilizaciones masivas en los alrededores del parlamento en repudio a los tarifazos y las medidas antipopulares del gobierno de Cambiemos.

Desde el mediodía, los bloques opositores de la Cámara de Diputados buscarán convertir en ley el proyecto de «Emergencia Económica», que propone eliminar las subas de las facturas de los servicios públicos de 2018, retrotrayéndolos a las tarifas de fines de diciembre del año pasado. La oposición tendría los votos necesarios para aprobar el freno a los tarifazos, tras negociar la quita de algunos artículos del proyecto, que generaban trabas. Si se convierte en ley el Gobierno buscará frenarlo en el Senado. Pero si no lo logra en ese nivel tampoco, desde Cambiemos ya anunciaron que Macri vetará el proyecto, lo que generaría un nuevo costo político para el presidente por tomar otra medida antipopular.

Mientras dentro del parlamento continúen los debates por el proyecto antitarifazos, desde las 18 un amplio arco de organizaciones sindicales, políticas y sociales – la CGT «21F», las CTAs, los partidos de izquierda, y los movimientos sociales – se convocarán alrededor del Congreso para repudiar los tarifazos, pero también los despidos y las políticas de ajuste del Gobierno. Y queda la expectativa de si la movilización no se irá replicando luego en otras protestas y cacerolazos, como los que ya hubo en diferentes puntos del país en contra de la suba de las impagables facturas de luz, agua y gas.

La vuelta al FMI, en éste contexto, expone las debilidades del modelo político y económico de Cambiemos, que ahora queda atado a más condicionamientos externos que se traducirán en más tarifazos, inflación, despidos y ajuste que sufrirá la clase trabajadora, acelerando y acortando los tiempos de un gobierno cuyo presidente y equipo ven caer en picada su imagen popular.



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