28/04/2018

«¡Vamos las pibas!»

El sábado 22 de abril se llevó a cabo el Festired “Vamos las pibas” en la placita de Cobo y Curapaligüe. Un festival organizado por la Red de Familias, Docentes y Organizaciones del Bajo Flores. Desde las tres de la tarde hasta pasaditas las siete, la plaza del barrio estuvo de fiesta con juegos, radio abierta, música, murgas y capoeira. Por Red de Familiares, Docentes y Organizaciones del Bajo Flores | Fotos: Lucía González.

Nuestra Red lleva más de dos años de trabajo en el Bajo, y se fue nucleando a partir de escuchar relatos, en general de madres, sobre niñas y adolescentes que faltaban de sus casas. Las familias de las pibas no encontraban la forma de ser escuchadas, tampoco la manera de acceder a la Justicia. Lo que sí se encontraban era con grandes dificultades para que se les tome la denuncia, para que se adopten todas las medidas para realizar las búsquedas y se movilicen todos los recursos necesarios para la aparición.

¿Para qué sirve una red?

Una Red sirve “para ser muchxs”, escribió alguien en un papel que dejó colgando en una telaraña de totoras coloridas. Y es que si nos quedamos solxs con el dolor de la ausencia de una hija, una hermana, una amiga, una estudiante, una piba del barrio, la soledad se nos hace inmensa, nos pesa y nos cuesta dar cada paso para atravesarla. En cambio, entre muchxs nos fortalecemos, nos organizamos y nos apoyamos para romper la lógica de quienes nos quieren imponer esa ausencia como un destino prefijado. Una red sirve, como decía una murguista en el Festival, para enfrentar a “la gorra peligrosa… la que lleva chapa y te tira a matar… para decir que aunque nos quieran callar el gajo está despierto y se va a reinventar. Una y mil veces y todas las que sean necesarias…”

Una red sirve para comunicar lo que les pasa “a lxs que la sociedad tapa como se tapan las cosas que se pueden dejar para después”. Así de clarito, como lo decía la murguista de lxs Herederxs. La búsqueda de una piba de nuestro barrio no puede quedar para después. Es una ausencia que nos ata un nudo en la garganta y nos impulsa a buscar. Por eso pasamos por encima de la sanata de las comisarías que dicen “ya va a volver”, versito repetido que no hace más que prolongar la ausencia de la piba y dejarla expuesta y sin protección de sus derechos.

Una Red sirve para difundir con respeto. ¿Qué sería esto? A menudo, los medios de comunicación – que son una herramienta importantísima para visibilizar las búsquedas- te hacen “pagar un costo” para difundir. Para vender la mierda que les conviene que circule, exponen a las pibas con información innecesaria para su búsqueda y alientan los prejuicios con los que las mujeres solemos lidiar. Entonces, desde la Red y con las familias, organizamos la visibilización cuidando la información o recurriendo a medios independientes y comprometidos, brindando los datos que sí son necesarios para que aparezca la piba, y para que, cuando aparezca, pueda reintegrarse a su medio comunitario sin sentirse incómoda, observada o juzgada. Porque para ponerse a buscarla importa bastante poco si se fue porque quiso o porque se la llevaron a la rastra. Nada importa el largo de la pollera o la cantidad de cerveza que tomaba. Hay que buscarla y punto.

“Los mandatos que cargamos a la mierda los tiramos”

Muchas veces ante la indiferencia o las miradas juzgadoras, las familias se inhiben de pedir apoyo para las búsquedas, como si los ecos de la lógica de “si desapareció por algo será” llegaran a lo más recóndito del Bajo Flores. Ahí donde el Estado llega poco y lento para tender una mano pero corre con rapidez y voracidad para gatillar un arma. Por eso hay que tirar a la mierda los mandatos, esos que nos dicen que las “buenas pibas” tienen que estar encerradas en sus casas cuidando niñxs y limpiando, o disponibles para realizar los deseos de los varones.

Sobre un rincón disputado de la canchita estaba el “Tiro al Choma”, un juego de Kermesse para tirar latas con las caras de los peores referentes del patriarcado que ha dado la política, la televisión y hasta la actividad artística. Un juego como motivo, impulso o excusa para destituir los arquetipos masculinos que refuerzan la desvalorización de las pibas.

Y para dejarlo clarísimo, la Red también es la voz de las familias que en la radio abierta dieron testimonio de su experiencia para animar a otras familias a perder el miedo y la vergüenza. Porque una piba no desaparece porque hicimos mal las cosas en casa, aunque también haya que cambiar lo que allí sucede, esto pasa porque la desigualdad de género y de clase social, dejan para nuestras pibas los girones de sus deseos. Por eso, para llegar al cielo de nuestra rayuela antipatriarcal, dibujada en la calle, había que vencer el control, la violencia y la cosificación de las mujeres por el camino de la marea feminista cuyo cielo siempre conduce a la libertad.

En la plaza, en el barrio “Esta cultura se respeta” sin importar de dónde uno venga, como sueltan los versos de los pibes del Frente Inmigrante. Y la Red también está para que existan espacios donde las pibas pisen fuerte, disfrutando de su vida en el barrio.

“Nosotros no caímos, la elegimos de verdad” (Canto de la Murga Maestra)

En la Red de totoras de nuestro Festival alguien dejó escrito “deseo ser como quiero ser”. Así de deseantes queremos a las pibas, no las queremos ni invisibilizadas, ni encerradas, ni desaparecidas. Las queremos en las calles, bailando, de fiesta, siendo lo que desean, estudiando, explorando y desarrollando sus potencias desde bien chiquitas.

Gracias a todxs lxs que vinieron y compartieron sus emprendimientos de cocina y de ropa, a lxs capoeristas y al grupo de tambores de “Pará la Mano” que disiparon las nubes con sus toques, sus cantos y sus rodas; a los Caminantes, Frente Inmigrante y a Sólido Mc, que con sus rimas abrieron juego al festival; al DJ Rico Selecta, al grupo Ayni que nos hizo bailar los ritmos del barrio; a las murgas Maestra, Herederxs de la Locura y Cachengue y Sudor que cantaron las cuarenta con humor, poesía y baile; a la Escuela 12 y a lxs que fotografiaron la experiencia de ser una Red. Porque una Red como la nuestra también sirve para transitar el peligro como en esos números difíciles en que los trapecistas se sostienen fuertes en el aire, pero si algo falla, abajo está ese entramado que sostiene y permite que vuelvan a intentarlo.

Ahí abajo está nuestra Red, pero nosotrxs no caímos, la elegimos de verdad.

 

 

 

 



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