29/03/2008

La causa contra los delegados de la Lista Bordó, a un paso del juicio oral

Foto: Delegados Lista BordóLa causa contra 24 ferroviarios, entre los que se encuentran los delegados de la Lista Bordó y otros activistas, está por ser elevada a juicio oral. En los próximos días, estarán sentados en el banquillo de los acusados enfrentando una de las más claras ofensivas judiciales contra la organización sindical de los últimos tiempos. La causa se originó en 2004, cuando los trabajadores cortaron las vías durante un paro contra la proscripción de la lista para las elecciones del gremio dirigido por José Pedraza. «En este país es más fácil presentarte como candidato a presidente que para las elecciones en un gremio -señaló Rubén «Pollo» Sobrero, presidente del cuerpo de delegados y uno de los imputados en la causa-. Si logramos salir de esta, puede ser el puntapié inicial para que entre un poquito de democracia sindical, que nos hace mucha falta».


Estaba previsto para la primera semana de abril, pero los vericuetos judiciales hicieron que se demorara sin fecha firme de inicio. El Juzgado Federal de Morón sentará a dieciocho ferroviarios acusándolos de haber violado en 2004 el artículo 194 del Código Penal, conocido como entorpecimiento del transporte público, que prevé de 3 meses a 2 años de prisión. Por entonces, los trabajadores se encontraban realizando un paro exigiendo el derecho de poder presentar una lista de oposición a la conducción oficialista de José Pedraza. TBA denunció a los trabajadores por los cortes de vías, medida tomada frente a la decisión empresarial de mantener el servicio a pesar del paro, con un esquema de emergencia con personal jerárquico y de otras seccionales.

A pesar de que finalmente pudieron presentar la lista por las gestiones en el Ministerio de Trabajo, perdieron las elecciones con un padrón inflado, práctica habitual del gremialismo burocrático. Pero la empresa -con apoyo de la conducción del gremio y el propio gobierno- decidió sostener el proceso penal, ya que los delegados de la Bordó venían realizando una serie de denuncias contra la concesionaria, además de obtener reivindicaciones gremiales muy por encima de las logradas en las seccionales donde dirige el oficialismo de Pedraza.

Además de esta causa, que está por ser elevada a juicio oral, los delegados de la Bordó afrontan otras 16 causas abiertas por distintos conflictos. La importancia de ésta, para los imputados, es el precedente que puede dejar como un caso de judicialización de la protesta gremial y un oscuro precedente contra la democratización de las organizaciones sindicales.

El inicio del conflicto

Durante la segunda mitad de 2004, los delegados de la Lista Bordó presentan su postulación para dirigir el gremio nacional. La dirigencia, con Pedraza a la cabeza, les proscribe la lista, alegando cuestiones formales que luego fueron rebatidas por el Ministerio de Trabajo. «En realidad, lo que se estaba cuestionando era que nosotros somos una lista opositora a la vieja burocracia sindical, una lista que se apoya en los métodos de democracia sindical. Eso parece que le molestaba mucho al oficialismo y a los empresarios, que venían recibiendo permanentemente denuncias por parte de nosotros no solo por el servicio que brindan sino también por el uso de los subsidios y todo lo que tiene que ver con obras que ha invertido el Estado y que no se ven reflejadas en el ferrocarril», analiza Rubén Sobrero, delegado imputado en la causa. «Nosotros convocamos a una asamblea, se decide realizar un paro exigiendo la oficialización de la lista Bordó. Se trata de un paro histórico, porque no se recuerdan muchos conflictos intergremiales. Más bien todo lo contrario, las elecciones en los distintos gremios se dan con listas únicas sin que las otras partes puedan participar».

Se realizó la presentación ante el Ministerio de Trabajo y luego de una clara demora en la resolución, se convoca a un nuevo paro. «El gremio viene con gente de otros ferrocarriles, viene con patotas, intentando que los trabajadores no participen, los propios trabajadores no permiten el ingreso de ellos a la seccional. Allí se decide un nuevo paro, que es cuando el Ministerio nos reconoce la lista y podemos participar de las elecciones».

El rol del Gobierno

Si bien en principio puede encuadrase como un conflicto intragremial, no sólo la empresa ha tomado partido por uno de los sectores. El gobierno nacional lejos se ha mostrado de declararse prescindente y por el contrario tiene un rol activo, más allá del silencio general que predomina sobre el estado de la causa. «Dentro de dos causas que estamos llevando adelante, un juez escribe en la causa que recibió presiones del [por entonces] Ministro del Interior Aníbal Fernández para sacarnos a palazos, de lo cual se deduce que la presión política fue tan grosera que hasta el propio juez que nos está procesando tiene que decir que sufrió presiones del gobierno» declara Sobrero. «Por esto estamos tratando de organizar un Comité de Apoyo para que vengan a respaldar nuestro reclamo. Fijate que en este país es más fácil presentarte como candidato a presidente que para las elecciones en un gremio. Si nosotros logramos salir de esta, puede ser el puntapié inicial para que entre un poquito de democracia sindical, que nos hace mucha falta» reflexionó el dirigente.

«El juicio se gana en las calles»

Los testigos propuestos por la querella incluyen al propio Secretario General de la UF, José Pedraza, que compartirá argumentos con los propios representantes de la concesionaria. Oportunamente, Pedraza se posicionó contra los delegados de la Bordó en los medios durante la protesta, e intentará ahora discutir la legitimidad de los delegados a los que se empeñó en proscribir.

Para Sobrero, se trata de un caso testigo para la lucha contra la judicialización de la protesta «Si lo perdemos, va a ser muy difícil que ante un atropello por parte de los viejos dirigentes sindicales un trabajador quiera levantar cabeza, porque va a ver que cuando se intentó se fracasó. Nosotros llegamos a hacer algo muy importante, que fue pararle al gremio a nivel nacional, no hay muchos hechos así. Si sale mal este juicio, los compañeros lo van a pensar cuatro o cinco veces, por eso es muy importante que toda la sociedad acompañe este reclamo». En este sentido, la pelea excede las estrategias legales, «El juicio se gana en las calles, no se gana en los tribunales. Si bien los abogados que tenemos se están matando para armar los aportes legales, tanto ellos como nosotros sabemos que el juicio se gana si logramos que la sociedad nos acompañe, si no lo perdemos».

Lo que está en disputa también es el futuro de las nuevas dirigencias gremiales, que enfrentan distintos desafíos «Las nuevas conducciones gremiales están enfrentando la judicialización de la protesta y las patotas (como lo vimos en el caso Línea 60, en el INDEC, en Las Heras…). Quiero decir: no es un hecho aislado. Las conducciones de los gremios -con el apoyo del gobierno- avanzan sobre las nuevas conducciones gremiales. Esto, sumado a la judicialización de la protesta, sumado a los ataques de la patronal, la verdad es que es complicado mantenerse» define Sobrero. «Ahora, hay algo bueno, en los lugares donde surgen estas nuevas conducciones gremiales, por suerte, los trabajadores están acompañando este proceso. Todavía es minoritario, pero me da la impresión de que si podemos poner sobre el tapete la discusión, si podemos lograr que la sociedad vea que reaparecen las patotas como en el ’75, que reaparecen muchas cosas que desembocaron en la triste historia que tiene el movimiento obrero, me parece que podemos torcer un poco este avance contra los trabajadores».



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