Semana Santa en España: la Corona y la Cabra de la Legión
Se desata la polémica en España por la decisión del Ministerio de Defensa de arbolar los pabellones a media asta para conmemorar la muerte de Jesucristo. Cuarteles militares, comisarías y delegaciones de ministerios permanecerán con las banderas a medio izar a pesar de ser España un estado aconfesional. Por Santiago Torrado para ANRed.
El ejecutivo de Rajoy acompaña en pleno la decisión de participar de los fastos de Semana Santa y la polémica está servida. Con fuerte presencia militar y policial, las hermandades y cofradías de toda España lucirán sus trajes encapuchados de gala junto con delegaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y representantes de las tres armas. Los ministerios de Interior, Defensa y Cultura acompañaran en la persona de sus responsables la Res Sacra.
Si bien las relaciones carnales del estado español con la parte más vetusta del dogma católico datan de siglos, ese compromiso no se ha modificado sustancialmente en la actualidad. Sin ir más lejos el inefable y destacado militante del Opus Dei, Jorge Fernández Díaz (quien fuera ministro de Interior) condecoró hace algunos años con medalla de oro al mérito policial a la Virgen María Santísima del Amor, acompañada de una sustanciosa bonificación económica para la cofradía. Entre otras extravagancias.
A pesar de ser el máximo responsable militar de las tres armas, el Rey Felipe VI -llamado “el preparao”- no participa este año de uno de los acontecimientos que más interés suscita la Semana Santa, la procesión del Cristo Yacente de Mena.
El “Cristo de la Buena Muerte” como es conocido popularmente será llevado nuevamente en andas por lo más selecto de la Legión Española, ese Miles Gloriosus que es un pilar maestro de la democracia y las garantías constitucionales, salvaguarda de las libertades y los valores occidentales, sin olvidar también a La Cabra, que paseará con su sombrerito militar por la calle, muy afecta a la liturgia católica.
En resumen, el modernísimo estado español hará gala nuevamente de su capacidad de conciliar la tradición católica apostólica, con lo más surtido del mundo castrense, así como los elevados valores democráticos, la separación de poderes y pluralidad ideológica que, como todos sabemos, encarna el Ejecutivo de Mariano Rajoy y sus ministros.