18/03/2008

«La desaparición de Julio demostró qué pasa cuando el aparato represivo queda intacto»

dsc_2693.jpgA un año y medio de la desaparición de Jorge Julio López , nada parece haber cambiado. No hay imputados en la causa y no se han seguido líneas de investigación contundentes. La abogada Guadalupe Godoy, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), afirmó que existe un «total acuerdo de impunidad avalado por el Gobierno nacional, el Gobierno provincial, el Poder Judicial y por la Procuración General de la Nación».



 ANRed: ¿Qué panorama se abrió con el secuestro de Jorge Julio López?

 Guadalupe Godoy: La desaparición de López hizo varios quiebres. Muchas veces se pensaba que los juicios eran ir sobre el pasado o modificar el pasado ó se los veía como una cosa disociada de la lucha popular de hoy. De hecho, hay quienes planteaban que dedicarnos a la memoria era obviar lo que pasa hoy. La desaparición de Julio lo que puso sobre el tapete fue lo que pasa cuando el aparato represivo queda intacto. Pasa esto: los mismos que ayer torturaron, mataron, desaparecieron son los culpables del gatillo fácil y la tortura. Además, deja en evidencia por qué este aparato represivo queda así: porque se sigue necesitando.

 ANRed: ¿Cómo repercutió la desaparición de López en los testigos de los juicios que estaban por comenzar?

 GG: El otro quiebre que produjo fue con respecto a los propios protagonistas de los juicios. Nosotros en alegato contra Miguel Etchecolatz, en el mismo momento en que Julio desaparecía, planteábamos el tema de la revictimización de los testigos. Pero decíamos que no podemos sostener la reiteración de testimonios porque queda en el sobreviviente y en el familiar la obligación constante de recordar. Justamente porque muchos decían: ‘Basta, cuántas veces más tengo que venir a decir lo que ya dije hace 30 años’. Porque la mayoría ya habían declarado en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CoNaDeP). En sí, la desaparición reforzó la obligación de los testigos. Nadie dejó de declarar por miedo. Al contrario, algunos que habían mostrado prurito a tener que volver a declarar, dijeron: ‘Ahora es más necesario que nunca’.

 ANRed: ¿Qué fallas hubo en la investigación por el secuestro y desaparición que impidieron que hoy haya algún imputado en la causa?

 GG: A un año y medio, lo que se puede decir es que absolutamente nadie quiso investigar. Es llamativo que no se pudo encontrar fisuras dado que hay un total acuerdo de impunidad avalado por el Gobierno nacional, el Gobierno provincial, por el Poder Judicial y por la Procuración General de la Nación.
Desde el principio, el intento de evitar que esto se transformara en un hecho político, en tratar de pegar la idea del viejito perdido o extraviado, la negativa a que estuviera en la Justicia Federal- que era la forma de reconocer que estaba relacionado con los juicios. Hubo un momento que vivimos con gran esperanza que fue cuando la Corte reconoció que era un hecho claramente relacionado con los juicios. Después de ahí, un juez que no quiso, que en todo momento permitió y delegó la investigación prácticamente en la policía bonaerense, que es como poner un zorro a cuidar un gallinero.

 ANRed: ¿Qué rol cumplió la Policía Bonaerense en la investigación?

 GG: La policía hizo todo lo que pudo para evitar que la causa pudiera avanzar, quebró cada una de las líneas de investigación propuestas por nosotros. Líneas que no eran más que el sentido común: investigar a los policías mencionados en su declaración, a los miembros del Sistema Penitenciario Federal que están detenidos por la causa de la Unidad 9, a todos aquellos que están en Marcos Paz y obviamente a la policía bonaerense en actividad, que no tiene solo continuidades ideológicas con la de los 70 sino que tiene relaciones económicas, agencias de seguridad privadas en común y muchos efectivos subsisten dentro de la fuerza.

 ANRed: ¿Cómo se evalúa el papel desempeñado por el Gobierno Nacional, ese mismo que se autoproclama como el de los Derechos Humanos?

 GG: El único esfuerzo que hizo en la causa fue evitar que, a nivel internacional, esto se viera como una desaparición forzada de personas, cosa que planteamos desde el principio. No porque pensemos que el Gobierno lo secuestró sino porque hubo aquiescencia del Estado para permitir que López esté desaparecido y que un año después su desaparición y su secuestro estén impunes. En todo momento, el Gobierno nacional trató de eludir la cuestión López. Lo ha hecho marcando la cancha desde el primer día con Aníbal Fernández diciendo que no tenía elementos para pensar que no estuviera en la casa de su tía. Continuó con la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) a cargo de varias líneas: no hay nada prácticamente hecho por la SIDE en la causa, salvo embarrarla en varias oportunidades. Han omitido en todo momento expedirse sobre López, salvo cuando Rodolfo Mattarolo dijo frente a la Comisión Interamericana que había grandes avances, cosa que también repitieron León Arsalanián y Felipe Solá antes de irse. Fue de una caradurez extrema por todas las expectativas que generó en los compañeros que pensaron que realmente había pistas firmes.
La única actividad por parte del Gobierno ha sido intentar bajar las expectativas pero, a la vez, intentar que el tema se termine diluyendo y que, en definitiva, todos nos olvidemos.

 ANRed: ¿Cuál es la responsabilidad que se le atribuye a la Justicia?

 GG: La Corte Suprema no designó a una sola persona para que investigara la desaparición de López. El Procurador general de la Nación tampoco destinó a un solo fiscal. Eso permite que tanto el juez como el fiscal se escuden en la falta de personal para investigar, lo cual es inadmisible e iremos a la Corte a demandar por denegación de justicia. También estamos analizando ir a las vías internacionales- que debe ser lo único que le moleste a este Gobierno, que alguien intente romper esa imagen de gobierno de los Derechos Humanos que ha sabido conseguir a nivel internacional.

 ANRed: ¿Cómo influye el cambio de gestión en la causa por la desaparición de López?

 GG: Ahora tenemos una etapa más compleja aún porque siempre las nuevas gestiones se deslindan de las responsabilidades de las anteriores aún cuando sean sus continuadores políticos. Y es lo que nos está pasando, entre otras cosas, con Daniel Scioli que prácticamente no sabía quién era López pero sí tuvo el conocimiento suficiente para dar la orden a quienes están a cargo de las páginas web de la Provincia de sacar la foto de Julio del margen superior derecho y pasarlo al inferior. Hasta en esa simbología está la omisión constante que tienen sobre el tema.

Un año y medio con Julio López desaparecido .



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